La Audiencia Nacional mantiene en libertad a Villarejo tras su condena por el caso Tándem al no apreciar riesgo de fuga
- Al finalizar la vista, ya pudo marcharse a su casa hasta que se adoptase la decisión
- La Sala había llamado a Villarejo y a su socio Rafael Redondo a comparecer a petición de la Fiscalía Anticorrupción
El tribunal de la Audiencia Nacional que ha condenado al excomisario José Manuel Villarejo a 19 años por el caso Tándem ha decidido dejarle en libertad con medidas cautelares al no apreciar riesgo de fuga, como ha alegado la Fiscalía Anticorrupción al pedir su ingreso en prisión.
Tras la celebración este lunes de la vistilla solicitada por la Fiscalía para pedir la prisión para Villarejo y su socio Rafael Redondo, condenado a 13 años de cárcel, el tribunal ha dejado a ambos marcharse a su casa hasta que adopte la decisión, lo que ha sido interpretado ya en ese momento como una señal de que iban a quedar en libertad.
En un auto dictado horas después, los magistrados de la Sección Cuarta de la Sala Penal deciden dejarles libres con la obligación de comparecer en el juzgado más próximo a su domicilio cada quince días y también ante la Audiencia siempre que fueran requeridos, así como con la prohibición de salir del territorio nacional, retirada de pasaporte y comunicación de cualquier cambio de domicilio.
Ingreso en prisión, asociado a una condena elevada
La Sala considera que no solo se requiere para acordar el ingreso en prisión la existencia de una condena elevada, sino que esta debe ir acompañada de circunstancias adversas que evidencien un riesgo de fuga. Y en este caso señala que Villarejo estuvo en prisión desde el 3 de noviembre de 2017 hasta el 10 de febrero de 2020, que ha atendido a todos los llamamientos judiciales y ha comparecido a todas las sesiones del juicio menos aquellas en las que se autorizó su ausencia.
Apunta, además, que se personó sin demora en la Secretaría del Tribunal para que se le notificara el pasado jueves la sentencia a pesar de que era conocedor del fallo condenatorio, que aún no es firme, ya que cabe recurso ante la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
La Audiencia explica que Villarejo ha sido condenado a 19 años de prisión, pero no lo fue en virtud de un delito de extrema gravedad merecedor de tan severa sanción punitiva, sino que esa condena resulta de la adición de penas impuestas por delitos de encubrimiento y revelación de secretos de empresa y particulares (cuatro) y falsedad en documento mercantil (dos).
En el caso de Redondo, los magistrados tienen igualmente en cuenta que estuvo en prisión desde el 3 de noviembre de 2017 hasta el 14 de septiembre de 2018, que ha atendido los llamamientos del Tribunal y que ha comparecido a las sesiones del juicio oral salvo una que se le autorizó por fallecimiento de su padre.
Villarejo denuncia torturas físicas y psicológicas
A su llegada a la Audiencia Nacional, el excomisario también ha querido hablar con los periodistas porque no tenía claro si luego "iba a salir" por su propio pie. Las palabras más duras han sido contra la Fiscalía Anticorrupción, que es la que ha pedido la celebración de esta "vistilla", y tras acusarla de filtrar que la comparecencia se iba a dejar a septiembre para presionar al tribunal, ha expuesto que resulta evidente que no hay riesgo de fuga cuando, según ha destacado, "he tenido el fin de semana para huir".
Aun así, ha manifestado que se encontraba tranquilo "con el tribunal" porque, pese a la "severidad de la pena" impuesta, "ha sido muy correcto" con él y le ha permitido ejercer en libertad su derecho de defensa. Su desconfianza es, por tanto, con la Fiscalía, de la que ha dicho que espera que solo "pretenda conculcar mi derecho de defensa", en el sentido de que le será imposible defenderse porque no tendrá acceso a ordenador, entre otras cosas.
En la misma línea, Villajero ha acusado al Ministerio Público de "encubrir" las torturas "físicas y psicológicas" que asegura que sufrió en prisión y ha lanzado también graves acusaciones contra funcionarios de prisiones y el director de la cárcel en la que estuvo preso.
"Si al final triunfa el estado profundo no creo que me traten bien en prisión", ha subrayado para después recrear lo que sucedería si aparece muerto en su celda: "dirán que Villarejo estaba solo en la celda, nadie entró ni salió" o pueden también, ha añadido, "alterar el visionado" de las cámaras. "Todo eso lamentablemente ocurre", ha denunciado.
Por ello, ha destacado que mientras siga vivo, aunque sea dentro de la cárcel, seguirá denunciando lo que sabe en los medios de comunicación, según él, "los únicos que me puede salvar de los abusos".