'Taxista', el clásico del underground español inspirado en 'Taxi Driver' y 'Dick Tracy'
- Se publica una edición integral del mítico cómic de Martí que apareció serializado en 'El Víbora'
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En 2021 la revista Rockdelux publicó una lista de los 100 mejores tebeos españoles de la historia y en el puesto 14 nos encontramos a Taxista, la obra maestra de Martí Riera (Martí), que fue una de las series estrella de los inicios de la mítica revista El Víbora. La historia de un taxista envuelto en una historia de venganza contra las redes criminales de su época que se inspiraba en Taxi Driver (Martin Scorsese, 1986) y el no menos mítico cómic Dick Tracy, de Chester Gould.
De esa explosiva mezcla solo podía surgir una obra maestra como esta que la editorial La Cúpula nos ofrece en Taxista. Edición definitiva. La historia de Taxista Cuatroplazas, un héroe, casi un cruzado intachable, que recorre una ciudad asediada por los vicios y las bajezas humanas. Y que acabará convirtiéndose en paladín, redentor, azote y conciencia de criminales.
Un pulp cañí rebosante de violencia y oscuridad, en el que destaca el humor negro y el surrealismo, que desafían cualquier atisbo de credibilidad en función de la diversión. Este cómic es una auténtica locura lisérgica, pero una locura de una calidad incuestionable.
Destacar los espectaculares dibujos de Martí, que, a pesar de que las historias sean underground, tiene un toque clasicista. Y es que el dibujante es un consumado maestro del blanco y negro.
Este volumen integral, en el que ha participado en propio Martí, contiene las dos aventuras largas del personaje (serializadas en la revista El Víbora entre 1983 y 1983 y entre 1985 y 1987). Además de un teaser de lo que debía haber sido la tercera parte y portadas e ilustraciones del personaje.
Un taxista dispuesto a limpiar las calles
Taxista Cuatroplazas es un conductor que intenta ser el mejor en su trabajo, y cuando un criminal intenta asaltar a uno de sus clientes lo detendrá, convirtiéndose en un héroe. Pero la mafia se vengará de él, matando a su madre y robando la herencia familiar, que estaba oculta en el ataúd que contiene el cuerpo (casi) incorrupto de su padre.
Por eso, Taxista iniciará una venganza contra esas mafias, guiado por el mismísimo san Cristóbal, el patrón de los taxistas, que se le manifiesta cuando menos se lo espera. Luchando contra esos delincuentes marginales, pero también contra el egoísmo y la ambición humana, porque intenta no caer la corrupción moral que le tienta a casa paso de su cruzada.
Mientras, tendrá tiempo de enamorarse de Prudensia Kokoloco, una joven filipina.
Por cierto que esa apariencia de héroe pétreo e intachable, siempre vestido con un traje impoluto, también nos recuerda un poco a Roberto Alcázar, del que este personaje también podría ser una parodia. Y otra curiosidad, en estas páginas aparece una primera versión del Doctor Vértigo, que luego se convertiría en otro de los personajes más populares de Martí.
Un cómic trepidante, divertido y en el que los giros de guion y las sorpresas son constantes. Como hemos dicho, la influencia de Taxi Driver es incuestionable en la génesis del personaje y su cruzada contra el crimen organizado.
Y la parte gráfica se inspira en las tiras de Dick Tracy de Chester Gould. Una influencia que Martí deja clara desde el principio organizando las páginas como si fuera una recopilación de tiras de prensa. También se inspiró en Gould a la hora de crear villanos pintorescos y deformes como los de Dick Tracy.
Un cómic en el que cualquier cosa puede pasar (y pasa)
Martí acertó al adaptar un género tan típicamente americano, al cómic español, dotándolo de una especial idiosincrasia, ya que también se inspiró en la literatura y el cine negro de los años 50, pero actualizándola con referencias a la política de la época, en la que no faltaba la crítica social y las alusiones a la corrupción política de la época.
Pero, sobre todo, Taxista es una sátira, un cómic divertido y provocador en el que todo puede pasar (y pasa). Destacar que nuestro héroe no se suele enterar de lo que pasa a su alrededor... y las veces en las que está al borde de la muerte y se salva milagrosamente en el último momento (la mayoría de las ocasiones de forma ridícula).
En fin, una joya de la época que no puede faltar en nuestras bibliotecas, junto a otras como Makoki y la basca (Gallardo y Mediavilla), Gustavo y Peter Punk (Max) o Anarcoma, de Nazario. Todas ellas publicadas por La Cúpula.