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Agosto de negociaciones contra reloj: Navarra y Región de Murcia buscan desencallar sus investiduras

  • El PP murciano rechaza gobernar con Vox, pero habrá nuevos comicios si no alcanzan un pacto antes del 7 de septiembre
  • El PSN trata de acercar posiciones con Geroa Bai para la investidura de María Chivite antes del 28 de agosto

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Navarra y Murcia negocian contra reloj para desencallar sus investiduras

Más de dos meses después de las elecciones municipales y autonómicas, en dos comunidades los partidos políticos no han sido capaces de articular una mayoría que permita investir al presidente o presidenta. La Región de Murcia y Navarra continúan negociando en pleno verano y contra reloj para salir del bloqueo y evitar la repetición electoral.

El acuerdo recién alcanzado en Aragón entre PP y Vox para investir al popular Jorge Azcón demuestra que el desbloqueo es posible (allí, el plazo se les acababa el 23 de agosto), pero cada territorio tiene sus particularidades y un equilibrio de fuerzas distinto, por lo que los pactos no son extrapolables.

Actualmente, la más apremiada por el calendario es la presidenta en funciones de la Comunidad Foral de Navarra, la socialista María Chivite. Para un mandato de cuatro años más, deberá volver a llegar a un acuerdo con los partidos nacionalistas y el espacio a su izquierda, antes del 28 de agosto.

En la Región de Murcia, el presidente en funciones y candidato popular, Fernando López Miras, cuenta con algo más de margen, hasta el 7 de septiembre, pero lo cierto es que el diálogo con Vox está enquistado desde el comienzo y, tras una primera investidura fallida en julio, ambos partidos se acusan mutuamente de querer repetir las elecciones.

Repasamos el estado de las negociaciones en estas dos autonomías mientras se acercan al precipicio de la repetición electoral.

Región de Murcia: Vox exige entrar en el Gobierno

La noche del 28 de mayo, cuando ya se conocían los resultados de las elecciones autonómicas, Fernando López Miras salía con una sonrisa a celebrar "el mejor resultado" del PP en la región desde el año 2011. "La práctica totalidad del mapa teñido de azul" le permitiría crear un gobierno "sólido y fuerte", señaló. Con 21 escaños, más que toda la izquierda junta y solo dos menos que la mayoría absoluta, no obstante, no era suficiente para cumplir ese deseo; necesita al menos la abstención de Vox.

El partido de extrema derecha ha puesto desde el principio un precio claro al "sí" de sus nueve diputados en la investidura: entrar en el Ejecutivo. Pero los populares, de momento, no parecen dispuestos a aceptar el canje en unas negociaciones marcadas por la desconfianza entre ambos partidos.

El equipo de López Miras ha ofrecido en su último intercambio conocido con los de Abascal "cargos de representación parlamentaria e institucional", una propuesta que fue tildada de "fake" por Vox, que ha llegado a pedir la vicepresidencia y dos consejerías. Desde la formación han expresado en varias ocasiones sentirse traicionados por las decisiones tomadas por el PP de la Región de Murcia. La más reciente y directamente relacionada con las negociaciones para una eventual investidura fue su exclusión en junio de la Mesa de la Asamblea Regional de Murcia, porque populares y socialistas se repartieron los cinco asientos (tres para la derecha, con la presidencia, y dos para la izquierda).

"Génova ha decidido que en la Región de Murcia hay que ir a elecciones", sentenció entonces el presidente de Vox en la comunidad, José Ángel Antelo, y consideró el acuerdo un "veto" a su partido, puesto que, por ejemplo, en la Comunitat Valenciana sí se les cedieron puestos en la Mesa y se acordó formar un Gobierno de coalición.

En cualquier caso, la tensión dentro del bloque conservador en la región se inició ya en la anterior legislatura, cuando el ahora presidente en funciones logró superar una moción de censura y gobernar gracias al respaldo de tres diputados expulsados de Vox "Traicionó nuestra confianza, gobernó con tránsfugas. Confiamos que recoja nuestra mano, a pesar de habernos traicionado, pero ponemos por delante los intereses de los murcianos", declaró el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, a principios de julio. Pocos días más tarde, votarían en contra en las dos vueltas de la investidura de López Miras.

Desde el PP, en cambio, las exigencia de Vox de entrar en el Gobierno se considera la única causa del "bloqueo" en la Región. "Vox no quiere un gobierno de coalición, quiere un gobierno de imposición", acusó el portavoz del Gobierno murciano, Marcos Ortuño, la semana pasada, y les urgió a sentarse a cerrar un pacto de medidas. Es la postura que ha mantenido Fernando López Miras desde la campaña electoral, cuando dijo en una entrevista en TVE que consideraba que los gobiernos de coalición "no son eficaces" porque priorizan el interés político sobre el general. En unas declaraciones más recientes, aseguró que Vox no entraría en el Ejecutivo "bajo ninguno de los conceptos", al no tener representación suficiente para ello.

Mientras tanto, cargos de Vox aseguran haber recibido llamadas desde las filas del PP para "llegar a un acuerdo ya", y contraponen la actitud en Murcia con la del mismo partido en Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León o Baleares. Su entrada en el Gobierno "más que una línea roja" es el mecanismo para garantizar que se llevan a cabo las políticas necesarias, afirmó el lunes el portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Vox en la Asamblea Regional, Rubén Martínez Alpañez.

Así, las cartas siguen sobre la mesa y la investidura, en el aire.

Navarra: ¿al borde del acuerdo?

El pacto está también pendiente en Navarra, aunque las conversaciones para volver a investir a la presidenta en funciones y candidata socialista, María Chivite, podrían estar ya en la recta final. El Partido Socialista de Navarra (PSN) envió este jueves una nueva propuesta a Geroa Bai, la coalición de PNV y Geroa Socialverdes liderada por Uxue Barkos, para la repetición de un Gobierno de los dos partidos junto a Contigo Navarra, como se denomina el espacio de Unidas Podemos y con quien ya hay un acuerdo. "Debería acercar posturas", valoraron los socialistas, aunque es ahora la formación nacionalista la que tiene que responder.

La repetición del tripartito ha sido la vía prioritaria en todo momento, pero las negociaciones comenzaron con aspereza tras varios 'plantones' a las reuniones a tres de los de Uxue Barkos, que querían negociar primero solo con los socialistas. Tras ofertas y contraofertas, el escenario dio un vuelco cuando Bildu se abrió el martes a "desbloquear" las negociaciones. Su portavoz en el parlamento foral, Laura Aznal, anunció que valorarán votar "sí" con una consulta a la militancia, pese a que el PSN se haya negado a dialogar con ellos. La abstención de Bildu es, en cualquier caso, imprescindible para la repetición del Gobierno de coalición en Navarra.

Aznal criticó en su comparecencia lo que calificó de "guerra de cargos" entre PSN y Geroa Bai, un pulso que se inició en cuanto se conocieron los resultados del 28M. Las urnas arrojaron 11 escaños para los socialistas, los mismos que en la anterior legislatura, mientras que Geroa Bai bajaba a siete, dos menos, y Contigo Navarra aumentaba uno, hasta los tres escaños. Y en este reajuste de las fuerzas parlamentarias ha estado el centro del conflicto:

"Uno no puede ir con una postura de fuerza, de querer lo mismo que tenía, cuando los ciudadanos no le han otorgado la misma fuerza", advirtió este martes el secretario de organización del PSN, Ramón Alzorriz, en la Cadena Ser y aseguró que Geroa Bai no había modificado su postura desde el 28 de mayo, en contraposición a la actitud de Contigo Navarra, con quien ya habían acercado posturas. "Dentro de una negociación todo el mundo se tiene que mover", apostilló.

Paradójicamente, las críticas de Geroa Bai al PSN han sido muy similares. En una nota, acusaron al equipo de Chivite de querer "acumular poder orgánico y económico en manos socialistas sin que las urnas le hayan dado esa representatividad", de "humillar" a su formación y pretender excluirla del Ejecutivo. "La negociación de un gobierno no puede basarse en un mercadeo de ofertas y contraofertas", espetaron. Finalmente, pidieron "firmeza" a Bildu en su negociación con el PSN para formar un gobierno que sea "efectivamente" progresista y plural.

De este modo, los partidos nacionalistas en Navarra tienen la clave para desbloquear la investidura de María Chivite, y a los socialistas les quedan solo tres semanas para convencerlos.

Aragón: PP y Vox logran cerrar un pacto de Gobierno

A 20 días de que expirara el plazo para la repetición electoral, PP y Vox han logrado cerrar un acuerdo de coalición en Aragón. El popular Jorge Azcón podrá ser investido presidente autonómico y el partido liderado por Santiago Abascal entrará en el Gobierno con dos consejerías, Agricultura y Desarrollo Territorial y Justicia, esta última con rango de vicepresidencia.

La Mesa de las Cortes y la Junta de Portavoces fijará este lunes una fecha para la investidura, tras unas negociaciones que se han desarrollado con discreción y calma (esto último, muy criticado por los socialistas). Así, aunque Azcón trató de conseguir un Gobierno en solitario como el de Baleares, finalmente se ha impuesto la fórmula de coalición de Comunidad Valenciana y Castilla y León. Esta ficha puede sumar presión a los populares en Murcia que, no obstante, aún tienen el precedente de Marga Prohens para negarse a incluir al partido de extrema derecha en el Ejecutivo.