Solo la mitad de los perros sobrevive a un golpe de calor: qué síntomas sufren y cómo actuar
- Muchos jadean de manera exagerada, tienen dificultad respiratoria o reflejan una expresión de angustia en el rostro
- Si se utiliza agua fría puede provocar al perro un shock térmico y ocasionar consecuencias muy negativas
El calor y las altas temperaturas no solo afectan a las personas, también a nuestras mascotas, que pueden experimentar cambios en su estado de ánimo, en su actividad diaria y también pueden sufrir golpes de calor. Para ello, los expertos recomiendan evitar los paseos cuando la temperatura es más alta y tener siempre agua a su disposición.
“La probabilidad de que se dé un golpe de calor en un perro es superior a que se dé en una persona”, explica Manuel Lázaro, veterinario clínico y vocal del Colegio de Veterinarios de Madrid. Aclara que esto se debe a que estos animales no disponen de los mismos mecanismos de refrigeración que los humanos, y además, eliminan peor el calor.
A la perra de María José Villar y Miguel Ángel Serrano le dio un golpe de calor hace unos días, cuando estaba jugando en la calle. "De repente estaba corriendo cuando se desplomó", explican a RTVE.es. Después comenzó a faltarle el aire, a jadear mucho y a toser.
Los síntomas y las razas más propensas
Los síntomas que sufrió Akira, que es como se llama la perra de Villar y Serrano, son los principales que se producen cuando un animal sufre un golpe de calor. Muchos jadean de manera exagerada, tienen dificultad respiratoria o reflejan una expresión de angustia en el rostro, explica Manuel Lázaro, veterinario clínico y vocal del colegio de veterinarios de Madrid.
Otros signos que nos alertan de que nuestra mascota está sufriendo un golpe de calor puede ser que “la lengua o las mucosas estén muy enrojecidas y haya un babeo blanquecino y más espeso”, añade María Luisa Fernández, veterinaria clínica de Pequeños Animales y presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife.
“El asfalto alcanza temperaturas muy elevadas“
Al igual que ocurre con las personas, las altas temperaturas no afectan a todas las razas por igual. Ambos especialistas explican que los más propensos a tener golpes de calor son los cachorros, los perros mayores, los seniles, los que tienen alguna patología previa y las razas braquicéfalas o aquellas cuyos perros tienen la cara y el hocico más achatado, como es el caso de los bulldogs, carlinos o los bóxer, ya que estos jadean mucho más de lo normal y presentan más dificultades de respiración.
Marta Valladolid tiene un bulldog francés. Explica a RTVE.es que a Hermes, que es como se llama su mascota, le afecta mucho el calor. Ella se asegura de que se hidrate de manera constante, le ofrece siempre agua fresca y snacks de fruta congelada.
Kavot, el perro de Daniela Martínez, también sufre las consecuencias del calor: “Está mucho más apático que en horas donde las temperaturas no son tan elevadas”, sostiene. En su casa le han comprado una manta de frío para evitar las elevadas temperaturas durante el día.
Al igual que Daniela, Silvia Cid intenta que su perra Mona esté siempre en lugares frescos, y ha modificado sus horas de paseo para evitar el calor. Ahora lo hace sobre todo por la mañana temprano y por la noche para que juegue y corra más. Además, en la calle aparte de los riesgos por golpes de calor “el asfalto alcanza temperaturas muy elevadas y puede llegar a ser peligroso", según explica el veterinario Lázaro.
Una rápida actuación puede llegar a salvar vidas
Pero pese a las precauciones, los golpes de calor se producen cada verano y tan solo un 50% de perros diagnosticados con golpes de calor logran sobrevivir y 15 son los minutos suficientes para que el animal pueda morir, según datos del Colegio de Veterinarios de Madrid.
Por ello, el veterinario Lázaro explica que ante esta situación “se debe intentar con los primeros síntomas bajarle la temperatura para evitar que se agraven”.
Para lograrlo, ambos especialistas aconsejan que el animal beba agua poco a poco, se le traslade a una zona más fresca y se le baje la temperatura poniéndole toallas alrededor de la cabeza, el hocico y la parte interna de los muslos. Después sería imprescindible el traslado inmediato del animal al veterinario.
El agua tiene que ser templada, ya que si se utiliza agua fría puede provocar al perro un shock térmico y ocasionar consecuencias muy negativas, según explica la especialista Fernández.
Para evitar que esto suceda es importante que los dueños actúen con responsabilidad, eviten las horas de más calor y ofrezcan siempre agua a su perro. También es importante que ante cualquier signo de golpe de calor conozcan cuales son los mecanismos para evitarlo ya que una rápida actuación es imprescindible y ayuda a salvar vidas.