Gustavo Petro cumple un año de Gobierno entre logros por la paz y el escándalo de corrupción de su hijo
- El Congreso colombiano ha iniciado una investigación al mandatario por la presunta financiación ilegal de su hijo en la campaña
- Petro ha conseguido impulsar algunas reformas, pero la progresiva pérdida de apoyos ha estancado otras
El presidente de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, cumple su primer año de mandato con algunos logros en la paz y economía del país, pero también salpicado por la presunta financiación ilegal de su hijo en la campaña electoral, que podrían marcar el resto de su gobierno.
Su andadura presidencial se ha caracterizado por los símbolos, dando más visibilidad a la Guardia Indígena o gobernando durante una semana desde La Guajira, el departamento con las mayores tasas de pobreza. Pero también por los altibajos políticos: en doce meses, ha cambiado a once de sus doce ministros y las reformas ha quedado estancado en el Congreso colombiana por la progresiva pérdida de respaldos.
Hasta ahora, Petro ha conseguido aprobar una reforma tributaria que le ha dado buenos resultados económicos, pero aún hay está pendiente la del ámbito de la salud, con la que se pretende llevar mejores servicios a zonas remotas, y la implantación de un acuerdo de paz con los grupos armados.
Los apoyos de Petro podrían reducirse aún más tras el escándalo de la presunta financiación ilegal de su campaña electoral por parte de su hijo, Nicolás Petro, que este sábado salía en libertad condicional tras un acuerdo con la Fiscalía. Un entramado, destapado por la exmujer de su hijo, Daysuris Velásquez, también imputada por el caso, que implica el presunto lavado de dinero del narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias "el hombre Marlboro" y de importantes empresarios en el país.
Los logros de Petro en la paz de Colombia
El presidente colombiano se ha pasado las últimas semanas reiterando que no intervendrá en la justicia y que no estaba al tanto de los delitos que su hijo ha admitido ante la Policía. Este ha negado cualquier responsabilidad de su padre, pero el Congreso colombiano ya ha iniciado una investigación al mandatario.
Sus efectos, sin embargo, aún están por verse, pero podrían quedar en el aire los esfuerzos por la paz en el país, uno de los ámbitos en los que Petro había conseguido más logros. El presidente tiene pensado comenzar su segundo año con el mayor el mayor cese al fuego bilateral pactado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y, pese a los baches, busca apretar el acelerador en la negociación para conseguir un acuerdo de paz antes de que acabe su mandato en 2026.
En junio, en La Habana, puso fecha para el fin del conflicto: mayo de 2025, pero el jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, cree que la firma de la paz con el ELN podría ser en 2024. De esta manera, se tendría tiempo de empezar a implementar el acuerdo y que no sucediera como con el de las FARC, que se paralizó con la llegada de un nuevo gobierno.
La paz en Colombia, sin embargo, es un terreno complejo. Petro está negociando a la vez con cinco grandes grupos armados y muchas otras bandas criminales y urbanas, en un panorama donde las masacres y los asesinatos de líderes sociales siguen sucediéndose casi diariamente. lo que hace dificil los avances.