Enlaces accesibilidad

La lucha contra el fuego desde el aire: "El riesgo es muy alto, volamos a baja altura"

  • Los pilotos de los equipos de emergencia pueden cargar baldes de 980 litros para apoyar la extinción de incendios
  • España es el país europeo más afectado por los incendios forestales en 2023, con más de 73.500 hectáreas quemadas

Por
Apagar un incendio desde el aire

Viento intenso y poca visibilidad. Son algunos de los problemas que se encuentran los equipos de emergencias cada vez que hacen frente a la extinción de los incendios. Una tarea especialmente difícil, si además debe hacerse desde el aire.

"Tenemos muchos obstáculos como los cables, la visibilidad reducida a causa del humo, la orografía del terreno... El riesgo es altísimo porque volamos a baja altura", cuenta a TVE, Augusto Marzorati, piloto de los Equipos de Intervención y Refuerzo de Incendios Forestales (EIRIF) de la Palma.

Para la extinción, se destinan dos helicópteros a la vez, así "mientras uno carga, el otro está descargando". "Esto nos permite aumentar las cadencias de descarga y no dejar nunca a nuestra brigada sin agua en la zona", explica por su parte, su compañero, Tino Guzmán.

Aunque trabajan en equipo, en los helicópteros, normalmente vuela solo el piloto, por lo que deben ser ellos mismos quienes estén atentos a todas las tareas. "Volamos solos y tenemos que estar atentos a todo: al viento, a la carga, a no descargar encima de la gente...", enumera Guzmán.

Pueden recoger hasta 980 litros

En cuanto a las herramientas, los pilotos señalan el conocido como 'bambi', un balde o cubo enganchado a un helicóptero a través de un cable con el que se recoge el agua que será lanzada a las llamas.

"Nos permite una capacidad de carga de 980 litros. Y tenemos mucha suerte en esta isla porque tenemos muchos puntos de carga de agua", asegura Guzmán. "Pero no son piscinas enormes. La mayoría de las veces son largas, así que hay también hay que tener pericia para meter al bambi en el mismo punto", aclara Marzorati.

Pero lo importante, coinciden los pilotos, es la coordinación entre los que combaten las llamas desde el cielo y los que se enfrentan a él cara a cara en tierra. "Nosotros lo que hacemos muchas veces es bajar la intensidad de la llama para que el personal de tierra pueda entrar y trabajar", indica en este sentido Guzmán.

La temporada de incendios de 2023 ha empezado antes de tiempo y ya arroja un balance mucho peor que el del añño anterior por estas mismas fechas: más de 73.500 hectáreas se han quemado en España en apenas ocho meses, según la estimación en tiempo real del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS). Esto convierte a nuestro país europeo más afectado por los incendios forestales.