Cuando veranear en el pueblo no soluciona la despoblación: "El impacto económico es efímero"
- Aunque la época estival es positiva para la España vaciada, expertos opinan que no es decisiva para resolver el problema
- La carencia de servicios o el cambio en la forma de disfrutar de las vacaciones tampoco ayuda a fijar población
Laura es de Madrid y veranea, desde hace 32 años, en Galende, un pequeño pueblo de la provincia de Zamora muy cercano al lago de Sanabria. "De pequeña pasaba allí casi todo el verano y ahora, por el trabajo, intento ir mínimo una semana en agosto o dos si es posible", asegura esta joven que mantiene la tradición de ir a la casa familiar. Un caso parecido es el de Sandra, que pasa esta época y otras fiestas en Traspielas, que pertenece a Fornelo de Los Montes (Pontevedra) y que, durante el año, no supera los 50 habitantes. "Entre los que vamos de Madrid y los que viven en Vigo, somos en torno a 60 más o menos".
Estos son dos casos de los muchos que aprovechan la época para pasar sus vacaciones en el pueblo donde tienen raíces familiares: Laura va al municipio de sus abuelos por parte de padre y Sandra lo hace al de toda su familia. Esto es lo que el gerente del Grupo de Acción Local 'Tierras Sorianas del Cid', Javier Martín, denomina "movimiento estacional de población". "Se produce como consecuencia de las vacaciones de verano y está muy vinculado a la población que tiene vínculos familiares con la localidad. Tiene carácter intermitente, en su mayoría en el mes de agosto y el resto del año estos incrementos no son tan generalizados en cuanto a la duración", asegura el gerente a RTVE.es.
La organización que representa Martín ha participado en el estudio 'La vivienda en el medio rural. La palanca de la repoblación', elaborado en el 2021. Según el estudio, los residentes en los 32 municipios donde opera -13.646 habitantes-, chocan con las 48.474 personas de población estacional que reside, trabaja, estudia o pasa algún período de tiempo en los pueblos, -la mayoría en verano-. Cifras que evidencian el aumento de personas en el medio rural durante la época estival.
El verano ayuda, aunque no a largo plazo
Estos movimientos a zonas despobladas pueden aliviar la difícil situación que viven estos municipios, pero no suponen una solución a largo plazo. Así lo piensa el alcalde de Ucero (Soria), Adrián Neves. Esta pequeña localidad de 87 vecinos multiplica su población "hasta por tres" durante estos meses ya que, además, es la puerta de entrada a la reserva natural Cañón del Río Lobos y cuenta con turismo "durante todo el año".
Aun así, las visitas de turistas y también de gente con conexiones con el pueblo no resuelven el "problema endémico" de despoblación que sufre, tanto el pueblo, como toda la provincia de Soria. En lo económico, en este caso "se reduce todo al turismo y así es difícil fijar población y que los pueblos crezcan", afirma a RTVE.es.
La ausencia de oportunidades y la carencia de servicios es lo que provoca que la gente no se asiente definitivamente en los pueblos aunque quiera. Marina, de 23 años, lo intentó en el pueblo de su padre, Villares del Saz, en Cuenca, pero no tuvo éxito: "Yo con lo que he estudiado (Derecho y ADE), no he tenido la posibilidad de encontrar trabajo allí. Hay pocas oportunidades, por no decir ninguna".
Estas dos provincias, Soria y Cuenca, -junto con Teruel-, sufren una situación demográfica 'muy grave' en el 58% de sus municipios. Lo dice la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa en su 'Mapa 174' publicado en 2022. Además, según datos del Eurostat, Cuenca ha perdido un 0,5% de población de manera anual entre 2015 y 2020 y Soria, por su parte, un 0,4%.
El "efímero" impacto económico en los negocios locales
Estos datos evidencian la dificultad para solucionar la cuestión que, durante las semanas estivales, se ve algo apaciguada. "Afecta de manera positiva a negocios como bares o restaurantes, porque al final hay más gente que va a comprar o a tomarse una cerveza", es lo que dice la técnica en Desarrollo Rural, María Quílez, que trabaja en la Asociación para el Desarrollo de la Comarca Campo de Belchite (Adecobel). Este Grupo de Acción Local opera en 15 pueblos de la provincia de Zaragoza, casi todos con menos de 300 habitantes y trabaja con una densidad de población de 4,4 habitantes por kilómetro cuadrado. "Menos de 10 ya se considera en Europa un desierto demográfico", subraya Quílez que, aun así, ve con buenos ojos este desplazamiento estacional también por "el efecto social".
El único bar de Alconchel de la Estrella (Cuenca) mantiene su actividad gracias a estos días. "En el mes de agosto, con 8 o 10 días, funciona. Se mantiene por eso, también por las fiestas patronales de mayo y por Semana Santa", dice el alcalde, Tomás Borona, cuya mujer regenta precisamente este negocio que, si abriera de manera rutinaria, "tendría que cerrar porque no tiene beneficios prácticamente".
“Si tuviera una rutina (el bar del pueblo) tendría que cerrar, porque no tiene beneficios prácticamente“
Borona es pesimista en cuanto a la solución de la despoblación en su municipio de 77 habitantes que, en lo económico, solo nota el impacto de la gente que vuelve por verano en este negocio, ya que no tienen tienda. Aun así, dice que las despensas de las familias nunca están vacías porque, cuando viajan a ciudades cercanas como Cuenca, van a las grandes superficies "para reponer".
Este fenómeno también lo destaca Quílez, afirmando que los veraneantes "compran mucho en Zaragoza, que está a 50 kilómetros, y vienen con el coche cargado" y, aunque sí que pueden llegar a consumir en comercios locales, estos "no hacen cuentas para sobrevivir el resto del año. Les viene bien, pero es efímero".
Igualmente, Martín se queja de que "a veces, la población que viene lo hace con la compra hecha, lo cual es triste", pero el impacto es mayor cuando tienen que hacer una reforma en esa segunda residencia o "comprar un mueble o electrodoméstico", ya que esto "tiene más continuidad". La parte positiva que resalta el gerente es la de la creación de nuevas empresas y empleos con motivo de ese movimiento de población estacional, como negocios "que se dedican a la limpieza de viviendas para su ocupación temporal".
Lo cierto es que la restauración es la gran beneficiada del verano en los pueblos, algo que se comprueba con los testimonios de veraneantes. Sandra dice que el bar de Traspielas es donde más ambiente hay por las tardes y las noches, ya que es el lugar donde "se juntan los más mayores a jugar a las cartas". Algo parecido ocurre en Galende, donde "el bar está lleno" durante estas semanas, según Laura.
Sin servicios suficientes para habitantes y visitantes
Un hándicap de los pueblos de la España vaciada durante esta temporada es la falta de servicios. La carencia que existe durante todo el año para los habitantes de los pequeños municipios se extrapola a la temporada estival, con el agravante del aumento de la población.
La técnica de Desarrollo Rural, María Quílez, afirma a RTVE.es que estas semanas "no se amplía el horario de médicos" y, para más inri, también coinciden con las vacaciones de los profesionales sanitarios: "Las instituciones, sobre todo las administraciones, no tienen en cuenta esa sobrepoblación durante tres meses [...], muchas veces nuestros pueblos no están adaptados a semejantes volúmenes de población". "Si hay una antena preparada para dar una capacidad a 200 vecinos y se te ponen en 300, esto produce ralentización", lo que acrecienta "la brecha digital de los pueblos", opina Quílez.
“Muchas veces nuestros pueblos no están adaptados a semejantes volúmenes de población“
Los expertos piden que se tenga en cuenta este incremento de vecinos ya que, en el caso de Alconchel de la Estrella -que se encuentra en la clasificación de 'extrema despoblación' por parte de la Junta de Castilla-La Mancha- puede pasar de más de 70 habitantes, a "300 o 400", según su alcalde. Por su parte, el primer edil de Ucero, Adrián Neves, confiesa a RTVE.es que tienen que estar más atentos estos días en cuanto a los suministros, sobre todo el de basuras: "Tenemos contenedores en reserva que guardamos para esta época del año y tres los ponemos en alta ahora".
Una "saturación de determinados servicios, sobre todo de los públicos" es lo que cree que ocurre el gerente de 'Tierras del Cid', que trabaja codo con codo con los ayuntamientos. Estos hacen lo que pueden por aliviar la presión, pero "se producen tensiones", según Javier Martín, en diversos aspectos, ya que hay municipios en esta zona donde la población se multiplica "hasta por 10".
Vacaciones en el pueblo sí, pero no todas
Un fenómeno que también contribuye a que el impacto del verano en los pueblos sea estacional es que haya cambiado la forma de vivir las vacaciones para los españoles. Así lo opina Javier Martín: "¿Quiénes de nosotros tenemos 30 días seguidos de vacaciones? La manera en la que se disfrutan las vacaciones es diferente. Normalmente, las fraccionamos y solemos combinar estancias en el pueblo con estancias en la playa".
Este mismo fenómeno lo ha comprobado Borona en su pueblo y lo acusa a una mejor economía que en épocas pasadas. "No se quedan porque dicen que es muy monótono, que 15 días en el pueblo no pueden estar", afirma, asegurando que "cuando era un crío" las familias al completo pasaban todo el verano en Alconchel y ahora lo hacen "cuatro o cinco días" para vivir las fiestas.
Para María Quílez, depende de la zona y asegura que el caso del campo de Belchite, -muy cerca de la ciudad de Zaragoza-, es distinto: "Hay mucha gente que vive en la ciudad pero que trabaja en la comarca". Esto posibilita estancias más largas en los pueblos durante el verano, ya que "cuando acaban el colegio, familias se instalan en el pueblo entre junio y septiembre", al igual que gente jubilada "que pasa el invierno en Zaragoza y viene aquí en el verano".
Aun así, las obligaciones laborales, como en el caso de Marina, imposibilitan que pueda estar más tiempo en el municipio conquense con el que está conectada familiarmente. Aunque ha trabajado "dos años como socorrista en la piscina del pueblo", ahora solo puede ir los fines de semana. También le ocurre a Marina, pese a que ella pasa casi todo agosto en el municipio para "descansar". Para Laura es "un verdadero privilegio contar con un sitio así, aunque sea en temporadas pequeñas".