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Japón comienza a verter el agua radiactiva y tratada de Fukushima al Pacífico mientras aumentan las protestas

  • El agua contaminada ha sido tratada para retirarle los residuos radioactivos de la central nuclear siniestrada en 2011
  • El proceso del vertido de aguas se alargará durante décadas y ha generado gran rechazo en Japón, China y Corea del Sur

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Protestas en China y Corea del Sur por el vertido del agua de Fukushima al Pacífico

Japón ha comenzado este jueves a verter al Pacífico agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear de Fukushima tras ser tratada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos, un proceso que se prolongará durante varias décadas y que sigue generando protestas dentro y fuera del país.

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El vertido comenzó después de que se realizaran las últimas comprobaciones en cuanto a las bombas de agua y se abrieran algunas válvulas de forma manual, según ha anunciado la empresa responsable de la accidentada central, TEPCO.

"Cada proceso debe realizarse con mucha firmeza. Bajo la guía del Gobierno, cumpliremos nuestra responsabilidad", dijo Junichi Matsumoto, responsable de la iniciativa, en una rueda de prensa donde también explicó que el vertido se pararía si se detectaba algún tipo de anomalía.

Tokyo Electric Power (TEPCO), la operadora de la planta, decidió proceder al vertido este jueves tras asegurarse de que la concentración de residuos radioactivos se encontraba dentro de lo estipulado y que no había irregularidades en sus sistemas tras el lanzamiento este jueves por parte de Corea del Norte de un supuesto vehículo espacial, que causó la activación momentánea de la alerta antimisiles en el sur del archipiélago nipón.

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Firme rechazo de las cooperativas pesqueras japonesas

La federación nacional de cooperativas pesqueras mantiene un firme rechazo a este plan, bajo el argumento de que la medida impedirá que los pescadores de Fukushima puedan librarse del estigma radiactivo que pesa sobre sus capturas desde 2011.

También se han posicionado contra el vertido algunos sectores de la sociedad nipona, voces de la comunidad científica internacional y organizaciones ecologistas como Greenpeace, que consideran insuficientes las garantías de seguridad presentadas, además de países vecinos, sobre todo China y Corea del Sur.

Este mismo jueves, varias plataformas ciudadanas ecologistas y antinucleares convocaron nuevas manifestaciones en diferentes puntos de Japón para protestar contra la medida. En Seúl también se organizaron concentraciones similares, al igual que en días anteriores.

El sindicato de pescadores filipinos alerta del riesgo

El sindicato de pescadores filipinos Pamalakaya también ha alertado este jueves de los riesgos que podría acarrear para su sustento y la salud de los ciudadanos el agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear.

A pesar de la distancia que separa Fukushima de las aguas territoriales filipinas, alrededor de 2.700 kilómetros, el sindicato ha mostrado especial preocupación por "la Meseta Benham, una de las zonas más expuestas y vulnerables del mar (filipino) y muy rica en recursos", situada al este de la isla filipina de Luzón, ha apuntado el Pamalakaya en un comunicado publicado el martes en redes sociales.

Protestas y controles exhaustivos en Corea del Sur

La Federación de Movimientos Medioambientales de Corea o la Confederación de Sindicatos de Corea (KCTU), la mayor del país, han llevado a cabo este jueves protestas en la capital, Seúl, y en otras ciudades como Busan, Gwangju o la isla de Jeju. A su vez, 16 estudiantes han sido arrestados por intentar acceder sin permiso al interior de la embajada japonesa en Seúl.

South Korea Japan Nuclear Fukushima

Estudiantes surcoreanos son detenidos por agentes de la policía cuando intentaban entrar a la embajada japonesa en señal de protesta por el vertido al océano del agua radiactiva y tratada de Fukushima. AP / LEE JIN-MAN

Por su parte, el principal bloque opositor, el liberal Partido Democrático (PD), llevó a cabo una protesta este jueves en la Asamblea Nacional (Parlamento), donde tiene mayoría y donde ha prometido legislar para prohibir la importación de productos del mar potencialmente expuestos a los vertidos y para endurecer el etiquetado indicando el origen de estos alimentos.

Japón comienza a verter agua de Fukushima al Pacífico

Doce años después de la crisis nuclear

El vertido de agua ha comenzado más de doce años después de la crisis nuclear acarreada por el terremoto y tsunami que sacudieron esta zona de Japón en 2011, y se lleva a cabo tras someterse a un proceso de depurado a través de un circuito llamado ALPS (Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos).

El Ejecutivo nipón decidió en 2021 recurrir a la descarga controlada al mar como vía para deshacerse del líquido contaminado que se acumula en las instalaciones nucleares, donde se agota el espacio para los grandes tanques que lo almacenan, y lo que se considera un paso fundamental para el desmantelamiento de la planta.

El desastre de Fukushima, diez años después

El agua contaminada es tratada con el sistema ALPS, capaz de retirar por completo 62 tipos de materiales radiactivos, a excepción del tritio y del carbono-14. El proceso del vertido será supervisado por las autoridades niponas y por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para garantizar que se ajusta a los estándares de seguridad.

Según dijo TEPCO hoy, tras un análisis reciente, se habría comprobado que la concentración de tritio se encuentra "muy por debajo" del estándar nacional para que se pueda realizar el vertido y "se ha confirmado que se ha diluido tal y como se esperaba".

Después del vertido, la empresa también mandará un barco para llevar a cabo un monitoreo de la zona y de las condiciones del agua, aunque no especificó la hora a la que comenzará este proceso este jueves y publicará a tiempo real los datos en su web para "asegurar transparencia".

La primera descarga se prolongará durante 17 días y donde se van a verter unas 7.800 toneladas de agua, sin embargo, dado que no se puede detener por completo la generación de agua contaminada en el proceso de desmantelamiento de la central, se espera que el vertido se prolongue durante unos 30 años.