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El auge del intercambio de casas, un modelo turístico sostenible que planta cara a la inflación y la gentrificación

  • También se ha vuelto popular el 'housesitting', que permite disfrutar gratis de un alojamiento a cambio de cuidar de las mascotas
  • Los usuarios destacan la base colaborativa de este modelo: "No hay dinero de por medio, solo gente haciendo trueque"

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Dos maletas en un salón de una casa
España es el segundo país del mundo donde más se practica el intercambio de casas en vacaciones

Una tradicional casita en la Toscana, un moderno apartamento en Oslo o una elegante buhardilla en París. La posibilidad de vivir unos días en una residencia de ensueño durante nuestras vacaciones es tentadora, pero no siempre está al alcance de la mano, o al menos no de una forma 'convencional'. Desde hace varias décadas, cada vez más personas se atreven a intercambiar temporalmente su casa con personas de otras partes del mundo y lanzarse a la aventura con una experiencia más barata y colaborativa.

Este modelo, en marcha desde hace más de 30 años y conocido por muchos por la película The Holiday (Vacaciones), consiste esencialmente en prestar tu casa durante unos días y, a cambio, hospedarte en la de la otra persona.

Albert Peguera comenzó a intercambiar su vivienda familiar hace unos años. Un día, recibió una oferta personal para intercambiar su piso del barrio de Gràcia, en Barcelona, por una casa en el Caribe a raíz del Mobile World Congress. Aunque no pudo compaginar las fechas y tuvo que rechazar la oferta, comenzó a sopesar el horizonte de posibilidades que se abría ante él.

Probó entonces con plataformas como Behomm, que ofrece una oferta centrada solo en diseñadores, arquitectos o artistas; o HomeExchange, una de las líderes del sector. "Nuestra experiencia fue espectacular porque nos encontramos con una casa que si hubiéramos ido por Airbnb 10 días quizá nos habría costado 3.000 euros", cuenta a RTVE.es.

El auge del intercambio de casas para viajar: la subida de los precios turísticos impulsa este modelo en España

"Yo empecé a usar el intercambio de casas en 2016", dice Carlos Burgos. "Mis padres tienen una casa secundaria y ponemos esa porque, por una parte, es atractivo que esté en la playa y, por otra, porque no tenemos cosas importantes, por lo que nos sentimos bastante seguros", explica.

En su opinión, la experiencia es "agradable, barata e íntima", ya que "tienen juegos y fotos y la casa se siente viva", y durante sus viajes incluso han podido conocer y cenar con la otra familia. "La gente siempre recoge, te deja regalitos y te lo agradecen mucho", añade. Además, señala que intercambiar casa permite conocer el lado más local de los destinos gracias a las recomendaciones personales que dejan los dueños de las casas y a que las zonas disponibles son mucho más variadas y "no solo zonas turistificadas".

En auge ante la subida de los precios del turismo

No son los únicos en probar el intercambio. En España, ha ido aumentando su popularidad en los últimos años hasta convertirse en el segundo país del mercado, solo superado por Francia, según HomeExchange. Durante el primer trimestre de 2023, la plataforma ha registrado un aumento del 46,7% en las pernoctaciones y las previsiones indican que las reservas de verano serán superiores respecto al año anterior.

"En los últimos años, siempre ha ido en alza, a excepción de 2020 por la pandemia. Ahora, estamos consiguiendo los números más altos de nuestra historia. Esperamos que 2023 sea de récord", afirma la portavoz de HomeExchange, Pilar Manrique, en declaraciones a la agencia EFE.

Tras el auge de la popularidad está, entre otras cosas, la posibilidad de ahorrar en el presupuesto, ya que se cambia la casa sin pagar nada o solo abonando una cuota anual mínima a la página. "Por la situación de inflación vemos que muchas familias se han animado", explica Manrique. Y es que las subidas y bajadas del IPC en los últimos meses no se han limitado solo a la cesta de la compra: los paquetes vacacionales para viajar por España se dispararon un 24,3% durante el mes de julio, convirtiéndose en el producto que más ha subido en 2023.

"Intercambiar es algo ideal para el que o no puede o no quiere irse a un hotel", opina Peguera, que señala que, en su caso, tener tres hijos influye a la hora de organizar sus vacaciones. "Ya nos gustaría irnos varias semanas al Caribe, pero no podemos", dice.

'Housesitting': alojamiento a cambio de cuidar casas y mascotas

Además de HomeExchange, hay otras plataformas de intercambio de viviendas, como Home for Home, con más de 45.000 domicilios, o Loveswap, con presencia en más de un centenar de países. También existen grupos privados en redes sociales como Facebook, donde la gente ofrece sus hogares de manera más directa y sin intermediarios, aunque sin opción a un seguro que proteja frente a daños materiales o a cancelaciones, algo que muchas de las empresas sí que ofrecen. Pero, ¿y si no se tiene una vivienda propia que ofrecer?

Noelia Truffa y Omar Truco-Kallonen se dedican a viajar juntos y plasmar sus experiencias en sus redes y su blog 'Escribiendo por el mundo'. En su periplo han visitado países como Finlandia, Grecia, Kosovo o Inglaterra a través de plataformas como Nomador, TrustedHouseSitters o Mind my house, en las que el alojamiento se da a cambio del cuidado de la casa y de las mascotas del propietario.

'Housesitting', una alternativa para viajar cuidando la casa y mascotas de los dueños

"Empezamos a viajar por largo tiempo y vimos que se ajustaba bastante a lo que necesitábamos: estadías largas, la comodidad de tener lo que se podría considerar como una casa o no estar como de paso siempre", relatan a RTVE. En la vivienda que más tiempo se hospedaron fue una casita griega, en la que estuvieron al cuidado de tres gatos durante 15 meses. "Hay de todo, pero suelen ser como casas bien grandes o en lugares espectaculares que no podríamos conocer de otra forma", señalan.

Con el tiempo, se han vuelto hosesitters recurrentes, lo que les ha llevado a crear incluso una guía con recomendaciones y consejos para poder disfrutar la experiencia plenamente y con responsabilidad. Para ellos, las ventajas de esta forma de viajar recaen en la flexibilidad para poder hacer sus propios proyectos creativos y en la asequibilidad económica, pero también la importancia de lo local: "Puedes conocer el lugar a otro ritmo, incluso conocer vecinos o gente de ahí".

No obstante, recuerdan que "tienes que realmente cuidar de las mascotas". "Para ellos es un gran paso meter gente desconocido a su casa y darle la llave y sus animales queridos", inciden.

Un sistema sostenible: "Luchas contra la gentrificación de la vivienda"

Más allá del dinero, lo que más se destaca es la sostenibilidad de este modelo de turismo colaborativo que entraría dentro de lo conocido como economía circular. "El intercambio de casas es una opción de futuro, ya que implica la utilización de recursos ya existentes y no el uso de nuevos", explica la portavoz de HomeExchange.

Además, evita agravar problemas actuales tan relevantes como la especulación de los precios de la vivienda. "Luchas contra la gentrificación de la vivienda, pues no alquilas ni pagas un Airbnb ni un hotel. No hay dinero de por medio, solo gente haciendo trueque", argumenta Carlos. "Sigue afectando el hecho de vivir como turistas, pero defender la vivienda ya es algo muy importante", insiste.

Albert coincide en este último punto. "Con en esta merma que tenemos ahora mismo de suministro de recursos naturales, pero también de espacio en ciertas zonas del mundo, el poder intentar generar ese mercado de intercambio es útil y casi te diría que social y moral", defiende.