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"Si no es por ellos yo estaba ya enterrada": el angustioso rescate de Felisa tras quedar atrapada por las lluvias

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"Si no es por ellos yo estaba ya enterrada": el angustioso rescate de Felisa tras quedar atrapada por las lluvias

"Les agradezco la vida, si no es por ellos yo estaba ya enterrada". Así ha hablado Felisa de los agentes de la Guardia Civil que la rescataron tras quedar atrapada bajo un armario en su casa por el culpa del temporal, en Buenache de Alarcón (Cuenca).

La mujer, de edad avanzada, ha contado emocionada en La hora de la 1 que el equipo de rescate llegó hasta donde se encontraba cuando la inundación ya le llegaba al cuello. "Ya estaba tragando agua, me estaba ahogando", ha relatado, reconociendo que estaba muy asustada y desorientada.

Un murmullo leve tras el armario

El agua comenzó a entrar poco a poco en la casa de Felisa por las lluvias, pero un golpe repentino volcó la puerta, dejándola a ella aislada en una habitación y a su marido en otra.

Al llegar, la Guardia Civil rescató primero al hombre, que se encontraba más cerca de la puerta. Siguiendo sus indicaciones, prosiguieron para encontrar a Felisa en el interior de la casa, que estaba destrozado.

Tanto es así, que los agentes tuvieron que realizar algunas maniobras para romper las puertas y deshacerse de los obstáculos hasta llegar a la habitación donde se había quedado atrapada. "Cuando empezamos a llamarla, se escuchaba un murmullo leve detrás del armario", cuenta a TVE uno de los agentes en la operación, Luis Manuel Bueno.

"La mujer estaba que ya no podía más, no aguantaba. Llevaría ahí dos horas o dos horas y media sumergida casi en el agua. El agua le llegaba al cuello, tiene mucho valor lo que ha hecho", completa su compañero, Guillermo Noheda.

Así, el equipo de rescate de la benemérita sacó a Felisa de la casa "haciendo una cadena humana entre los compañeros" y, finalmente, "en una pala hasta la zona donde se encontraba la ambulancia".

Felisa fue trasladada al hospital "helada de frío", según cuenta ella, y ya ha sido dada de alta porque su estado de salud es bueno, pese a los golpes. "El cuerpo lo tengo morado, el brazo... Dicen que no tengo nada más", precisa. "Estoy viva, no puedo pedir otra cosa a Dios".

La mujer ha aprovechado para dar las gracias una vez más a los agentes por el rescate, del que apenas recuerda detalles. "Esto es para agradecer toda la vida, no se pueda pagar ni con dinero".