El terremoto golpea Marrakech, corazón turístico de Marruecos y joya arquitectónica Patrimonio de la Humanidad
- Unos 2,3 millones de turistas visitaron la ciudad "ocre", con más de mil años de historia y de gran importancia cultural
- Los afectados por el seísmo han sustituido a los contadores de historias en la mítica plaza de Jemaa el Fna
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La mítica plaza Jemaa el Fna simboliza el shock al que se ha visto sometida Marrakech tras el devastador seísmo del viernes, que ya deja 2.122 víctimas en Marruecos. En apenas unas horas, pasó de ser el corazón turístico del país, y albergar su característica vida y trasiego de locales y visitantes, a convertirse en un refugio improvisado al aire libre donde decenas de personas pasaron la noche al raso.
Es uno de los principales atractivos de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la ciudad más turística de Marruecos. Por las estrechas callejuelas de su histórica medina pasaron 2,3 millones de turistas el año pasado. El laberíntico casco antiguo de la ciudad está bajo la protección del organismo internacional por su importancia cultural que "trasciende las fronteras físicas y políticas", por lo que se considera "patrimonio común universal y excepcional".
Ahora, muchos de los forasteros que se encontraban en la ciudad la han abandonado en cuanto han podido, acudiendo a un aeropuerto que el sábado quedó saturado, con muchos durmiendo dentro de las instalaciones esperando a vuelos que les permitan regresar a sus países de origen.
"Se vivió una situación de nerviosismo, caos y pánico", ha descrito Patricia, turista española al llegar al aeropuerto de Madrid-Barajas, y "aunque la gente al principio se bloqueó, todo el mundo salió a la calle". Por su parte, Paula, otra de las pasajeras, ha relatado que ya estaban dormidos cuando "primero se escuchó un ruido y luego todo se empezó a mover mucho, hasta se cayeron las lámparas y el yeso de las paredes".
Otros turistas, en cambio, han preferido seguir allí y mantener una cierta vida normal, cenando en las azoteas del casco antiguo. La ciudad, a pesar de la destrucción, no ha detenido del todo su ritmo turístico.
Daños en casas y mezquitas del casco antiguo
Muchas de las humildes casas de adobe de la ciudad vieja de Marrakech o las históricas mezquitas, aquello que ha convertido a la ciudad en Patrimonio de la Humanidad y le ha permitido atraer a millones de turistas, han quedado dañadas o destruidas por el seísmo de magnitud 6,8, el peor del país en su historia reciente.
Rodeada por varias murallas, el casco antiguo representa el animado corazón de la ciudad "ocre", con bazares, zocos tradicionales, museos, riads y terrazas de cafés. Sus intrincadas callejuelas se vieron especialmente afectadas por el seísmo, hasta el punto de que las autoridades impedían pasar por ella para evitar que hubiera más afectados por la caída de cascotes.
Todos estas estrechas calles se abren en la plaza de Jemaa el Fna, centro neurálgico de la ciudad e incluida en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008, gracias en gran parte a la labor del escritor Juan Goytisolo, residente de la ciudad y quien se definió como "hijo de la plaza".
Allí, las decenas de afectados por el terremoto que están pasando estas noches al aire libre han sustituido las habituales actividades y espectáculos, como encantadores de serpientes y monos, acróbatas, tatuadoras de "henna", músicos "gnaua" y bereberes, pero, sobre todo, los "hlaiqis", los contadores de historias.
La plaza "presenta una concentración excepcional de tradiciones culturales populares marroquíes que se expresan a través de la música, la religión y diversas expresiones artísticas", señala la UNESCO.
Más allá de Marrakech, el patrimonio cultural en otras localidades más cercanas al epicentro han sufrido graves daños. Es el caso de la mezquita de Tinmel, en la zona del Atlas, uno de los sitios históricos más importantes de la región, construido en el siglo XII por la dinastía almohade. Partes del monumento han quedado derruidos, aunque aún no se conoce el balance de la destrucción.
Marrakech, centro político y cultural con más de mil años de historia
Fundada en 1070-1072 por los almorávides, Marrakech fue durante mucho tiempo un importante centro político, económico y cultural del Occidente musulmán, con una gran influencia en todo el norte de África y Andalucía.
De ese periodo datan varias edificaciones impresionantes como la mezquita de Kutubiya, la casba, las murallas almenadas y las puertas monumentales, así como los jardines. Posteriormente, la ciudad se engalanaría con otras joyas arquitectónicas como el palacio Bandia, la madraza de Ben Yussef, las tumbas saadianas, numerosas mansiones señoriales y la plaza de Jamaa El Fna, remarca la página de la UNESCO.
España, segunda potencia turística en el país
Gracias a todos estos atractivos, la ciudad imperial es el principal destino turístico del país. En todo Marruecos, hubo 10,9 millones de turistas en 2022, según su gobierno. Según los datos del Observatorio de Turismo de Marruecos, solo por avión llegaron al aeropuerto Marrakech Ménara en 2022, 2,3 millones de turistas, de los 7,5 que viajaron por esta vía al país, una subida del 244% respecto al 2021 y del 76% frente a 2019, último año prepandemia.
España es desde hace muchos años el segundo emisor de turistas a Marruecos, tras Francia. En 2019, el último año de referencia antes de la pandemia, la cuota francesa fue del 28,3%, la española del 12,5% y la británica del 7,8%, según el ICEX. Las cifras de visitantes, al menos en lo que se refiere a España, eran mejores ya en algunos casos que antes de la pandemia. Así, en 2022, la llegada de más de 901.000 españoles a Marruecos superó las cifras del 2019.
El ritmo en 2023 iba en aumento, y solo en Marrakech, según su delegación regional de turismo, el crecimiento del turismo experimentado en mayo de 2023 respecto al mismo mes de 2019 fue del 63%. Crecieron un 41% los visitantes españoles. Marrakech es la segunda ciudad marroquí, tras Casablanca, que conecta con más ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Las Palmas, Tenerife y Sevilla).
Para atender a estos turistas españoles, el Gobierno ha informado de que la sede del Instituto Cervantes permanecerá abierto para quienes lo necesiten. Por el momento, no hay constancia de víctimas españolas. Para los afectados se han habilitado los teléfonos 212660488848 y 212665807977 del Consulado General de Casablanca.