Aumenta en Libia el temor a la propagación de enfermedades mientras los muertos y desaparecidos se cuentan por millares
- Preocupa la salud de los supervivientes por la contaminación del agua y la descomposición de cadáveres
- Se ha pedido investigar el colapso de las presas en Derna y la ONU ha movilizado un equipo para coordinar la ayuda internacional
Más de 30.000 desplazados en la ciudad libia de Derna esperan la asistencia humanitaria de un Estado "desbordado" y de una comunidad internacional con dificultades para acceder a esta zona golpeada por el ciclón Daniel.
Además, se ha abierto una investigación para esclarecer las causas del colapso de las presas, que apuntan a que un posible fallo humano ha podido multiplicar un desastre que dejó este domingo al menos 7.000 muertos y más de 10.000 desaparecidos.
En la localidad costera de Derna, la cuarta más grande con 120.000 habitantes, cerca de 17 horas de lluvias intensas colapsaron dos presas, situadas a pocos kilómetros de las áreas habitadas y en apenas 30 minutos de intervalo, vertiendo 33 millones de litros de agua en el centro de la ciudad y arrastrando hasta el mar barrios enteros y los cuatro puentes que atraviesan el río Derna.
Unas 250.000 personas necesitan ayuda urgente
Alrededor de 250.000 personas dependen de la ayuda inmediata, según datos del Fondo de Respuestas de Emergencia de Naciones Unidas. En total, hay ahora mismo 884.000 damnificados que necesitan asistencia, pero de ellos un cuarto de millón la precisan de forma urgente.
La organización asegura que las inundaciones son una catástrofe en la que ha colisionado "clima y capacidad". Lo ha dicho Martin Griffiths, director de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que ha sugerido al alcalde de la ciudad un corredor marítimo.
La ONU ha movilizado un equipo de expertos en la coordinación de ayuda internacional que tenía en Marruecos y lo ha enviado a Libia. "Las inundaciones y los torrentes de lodo, y la consiguiente destrucción de las edificaciones siguen escondiendo el nivel de muerte y necesidad", incide el director.
Además, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha estimado en 300.000 el número de niños afectados. La ONU ya ha calificado el desastre como "una calamidad de proporciones épicas".
Son miles las personas que necesitan ayuda, cuya llegada está siendo difícil. Diferentes equipos movilizados por las organizaciones y la comunidad internacional se han visto bloqueados por la destrucción total de las carreteras que llevan a Derna, la falta de suministro eléctrico y el corte de las telecomunicaciones.
Los equipos se dividen en tres objetivos para la retirada de escombros que pueden haber atrapado a las víctimas, para bombear el agua estancada, y para reabrir los caminos retirando los edificios caídos y los automóviles arrastrados por el agua.
"Todavía tenemos esperanzas de encontrar gente con vida", ha dicho este viernes un responsable de la Cruz Roja encargado de las operaciones de ayuda en Libia. Además, rescatistas y voluntarios continúan con la búsqueda de cuerpos bajo el agua del mar y los cascotes de edificios.
De hecho, más de 50 personas han sido socorridas por equipos de rescate y búsqueda de España y Turquía en el epicentro de la catástrofe según el miembro de la Autoridad de Socorro libio en Derna, Islam Azouz.
Aun así, el director del Departamento de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Lutfi Tawfiq, ha afirmado que los equipos que buscan los restos han enterrado a más de 2.500 cadáveres recuperados en Derna.
Rusia ha enviado este viernes un avión con ayuda humanitaria en forma de tiendas de campaña, mantas, centrales eléctricas móviles y focos para iluminar las zonas de los trabajos, entre otros materiales.
En cuanto a las cuantías económicas movilizadas por la comunidad internacional, la ONU ha pedido 71,4 millones de dólares (unos 67 millones de euros) para ayudar a los afectados.
Aumenta la inquietud por una posible transmisión de enfermedades
El director del Centro Nacional para el Control de Enfermedades, Haider Al-Sayeh, ha alertado del peligro de una contaminación ambiental como consecuencia de la mezcla de aguas residuales y agua potable, así como la descomposición de los cadáveres y las enfermedades transmitidas por los mosquitos.
Por ello, el organismo ha lanzado una campaña de vacunas destinada a 20.000 menores con el fin de evitar enfermedades como la hepatitis, la malaria o el cólera. En este último caso, La Organización Mundial de la Salud ha dicho que se necesita equipamiento para su prevención.
En este sentido, Cruz Roja y la ONU han querido aclarar que los cuerpos de personas que han muerto a causa de heridas sufridas en un desastre natural o un conflicto armado casi nunca representan un peligro para la salud de las comunidades.
Sin embargo, los cadáveres cerca o en los suministros de agua sí que pueden generar problemas de salud, ya que pueden filtrar heces y contaminar las fuentes de agua, lo que genera riesgo de diarrea u otras enfermedades.
El jefe de la unidad forense del CICR, Pierre Guyomarch, instando a las autoridades a la "gestión digna de los cadáveres" y a que dejen de enterrar en fosas comunes. Según un informe, más de 1.000 personas habrían sido enterradas de esta manera.
Las presas de Derna no recibían mantenimiento desde 2008
El jefe del Consejo Presidencial- que funciona como Jefatura de Estado- Mohamed Al Manfi, ha pedido al Fiscal General la apertura de una investigación para determinar los motivos de su colapso así como cualquier posible negligencia que haya podido contribuir a este desastre e identificar a sus responsables.
El pasado año, investigadores de la Universidad local de Omar Al Mukhtar advirtieron en un estudio de que las represas necesitaban un mantenimiento urgente debido al alto potencial de riesgo de inundaciones, aunque las autoridades no tomaron medidas al respecto.
Un día antes de la llegada del ciclón, el Ayuntamiento pidió evacuar las zonas situadas en las inmediaciones de este embalse -que no había recibido mantenimiento desde 2008- pero el comité de emergencia del Gobierno oriental se limitó a imponer un toque de queda en varios municipios, declaró el alcalde la ciudad, Abdel Moneim al-Ghaithi, en una conferencia.
En una entrevista a la cadena Sky News Arabia, Al Ghaithi adelantó que el número de muertos podría llegar a 20.000 basándose en estimaciones de quienes viven en las zonas arrasadas.
Pese a la urgencia de la situación, las autoridades enfrentadas del este y oeste del país no han logrado coordinar una estrategia conjunta, lo que algunos analistas califican de "gestión caótica", aunque ambas pidieron el lunes por separado ayuda humanitaria y declararon tres días de luto nacional.