El COVID vuelve a escena y repunta en España con la llegada del otoño: "Es la tercera vez que me infecto"
- La mayoría de los casos son leves, por lo que no está sobre la mesa retomar medidas excepcionales
- Sin embargo, los especialistas recomiendan no bajar la guardia, especialmente las personas más vulnerables
Los casos de COVID-19 han registrado un importante repunte en las últimas semanas en España, según los datos recogidos por las redes de vigilancia epidemiológica, que evidencian que las muestras positivas por coronavirus superan a las de gripe y virus respiratorio sincitial (VRS). Sin embargo, la mayoría de los casos son leves, por lo que no está sobre la mesa retomar medidas excepcionales.
Aunque resulta imposible cuantificar el nuevo repunte en su verdadera dimensión, ya que tras el fin de la crisis sanitaria se abandonó en gran medida la realización de pruebas diagnósticas, se trataría de una tendencia global. La OMS ha señalado que a lo largo del mes de agosto hubo un incremento del 38% en el número de casos que fueron reportados a nivel mundial, un escenario que se ha mantenido durante septiembre, también en España, donde en las últimas semanas la venta de test de antígenos en las farmacias se ha disparado.
Los especialistas recuerdan que, tanto en España como en el resto de la Unión Europa, la situación es estable debido a la alta inmunización de la población, aunque recomiendan no bajar la guardia, especialmente las personas más vulnerables. Por este motivo, la Comisión de Salud Pública ha decidido adelantar a la última semana de septiembre la campaña de vacunación conjunta contra la gripe y la COVID-19. También recomienda la inmunización contra el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) a los grupos infantiles de mayor riesgo y a los bebés menores de 6 meses con Beyfortus, el anticuerpo monoclonal aprobado a finales del año pasado por la Agencia Europea del Medicamento.
Después de más de tres años y medio de convivencia con la COVID-19, los nuevos contagios apenas sorprenden a la población española, para la que en muchos casos llueve sobre mojado. "Esta es la tercera vez que me infecto, y en todas ellas he tenido diferentes síntomas", cuenta a RTVE.es Amelia P. , quien a sus 41 años acaba de superar recientemente la enfermedad. Aunque en líneas generales se encuentra bien, reconoce que sigue cansada, y que no ha recuperado por completo el gusto y el olfato, un trastorno pasajero que también se manifestó en las dos ocasiones anteriores.
Amelia P. describe sin embargo cómo esta última vez ha sido diferente de la primera, que se produjo durante la Semana Santa de 2021, cuando "todavía no había llegado la vacuna y había muchísima incertidumbre". "Nos contagiamos toda la familia; mi marido, mis hijas, mis padres y yo, que fui la que peor lo pasó, con fiebre, congestión y una tos persistente que no se me fue en bastante tiempo", evoca.
Sobre aquellos días, recuerda sobre todo "tener miedo", porque "la situación seguía siendo grave y tampoco se sabían las consecuencias exactas de la enfermedad". "A mí lo que más me preocupó fue que se contagiaron las niñas, aunque después lo pasaron sin síntomas", reconoce. Ahora, solo se ha contagiado ella; mientras que "de momento" sus hijas, su marido y sus padres no han desarrollado ninguna manifestación física compatible con la enfermedad.
Una "epidemia paralela de covid persistente"
A pesar de esta aparente calma, los especialistas en salud pública reclaman una vez más prudencia, e inciden en la importancia de que los grupos de población más vulnerables refuercen sus defensas contra la COVID-19. "Hay que entender que el virus sigue ahí, porque nunca ha desaparecido, y además continúa mutando y está produciendo nuevas variantes que son más infecciosas y tienen una mayor tendencia a escapar a la eficacia de las vacunas", advierte a RTVE.es Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la OMS.
Este epidemiólogo insta a "proceder a una renovación de la protección inmunológica a través de la vacunación lo antes posible", ya que "las vacunas que hemos utilizado decaen en su efectividad con el tiempo". "No basta con habernos vacunado antes, sino que lo importante es tener nuevas formulaciones de las vacunas que estén mejor preparadas para defendernos de las nuevas variantes", asegura, y contradice a aquellos que aún piensan que la COVID-19 es una simple gripe.
"Es inadecuado banalizar las infecciones de covid, pensando que es una infección respiratoria más", desaprueba, y la define como una enfermedad "seria que puede dar en un 10% covid persistente, y que puede conducir a hospitalización y a necesidad de atención en unidades de cuidados intensivos".
Con respecto a esa décima parte de personas que desarrollan la versión más duradera de los efectos de la infección, López Acuña cree que existe una "epidemia paralela de covid persistente", con síntomas "crónicos" que "pueden llegar a ser incapacitantes".
"No sabía decir cuchara o ventana"
Un infierno que, muy a su pesar, ha sufrido Manu D. desde marzo de 2020, cuando se infectó por primera vez de aquel extraño virus que por aquel entonces aún se asociaba casi exclusivamente a la ciudad china de Wuhan y al norte de Italia, poco antes de que los casos se disparasen en España y en el resto del mundo.
"Fue horrible, porque además no había ningún tratamiento que me aliviase", revive. Entre las múltiples manifestaciones que ha padecido desde entonces, la que más le ha "asustado" ha sido la "neblina mental". "Hubo momentos en los que no sabía decir palabras normales, como por ejemplo cuchara o ventana. A veces, iba a la compra y me quedaba parado en el pasillo, porque no recordaba qué es lo que había ido a comprar", describe.
Desde el primer momento, le han acompañado un malestar y un cansancio casi constantes, además de episodios recurrentes de fiebre, sarpullidos, diarrea o cefaleas -como si le "clavasen un puñal"-. Aunque al menos, después de tres años y medio, ha notado que "hay más espacio entre los síntomas". "Antes me pasaba todo dentro de la misma semana y ahora a lo mejor un día tengo dolor de cabeza, y al cabo de unos días tengo diarrea", explica.
Manu D. dio positivo de nuevo hace apenas dos semanas, cuando notó cómo se agudizaban muchos de estos síntomas que en realidad nunca le habían abandonado. Ahora ha vuelto a dar negativo en el test de antígenos, por lo que sabe que la carga viral ha descendido, pero también que las huellas del virus no van a desaparecer de su cuerpo, por lo menos de momento.
"Al menos yo he podido seguir haciendo mi vida, pero sigo cansado, y además me noto más envejecido", declara a RTVE.es con pesadumbre, a pesar de que no oculta la esperanza de que "al final todo esto acabe desapareciendo". "Evidentemente, esto no es una gripe", expresa con una resignación que para él ya se ha convertido en rutina.