Los niños con sordera necesitan recursos: "Que la discapacidad no les condicione el futuro ni sus decisiones"
- La mayoría de niños sordos se forman en centros ordinarios y tienen más probabilidades de no reconocer el bullying
- Expertos coinciden en la necesidad de más recursos técnicos y humanos para la infancia con discapacidad auditiva
Naiara Larrakoetxea sortea a diario las "barreras de comunicación" desde que se quedó sorda a los 11 años. Nació oyente, pero fue perdiendo audición de forma gradual hasta que ahora, a sus 37, padece de sordera profunda.
Actualmente ejerce el cargo de secretaria general de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), y conoce la realidad a la que se enfrenta la infancia sorda, una cuestión que se ha visibilizado entre el 18 y 24 de septiembre durante la Semana Internacional de las Personas Sordas.
Juan Diego García también habla con conocimiento de causa. De sus tres hijos, Carmen (12 años), Laura (10) y Marcos (6), los dos últimos tienen hipoacusia bilateral, lo que significa que deben llevar audífonos para escuchar. “A los seis meses de vida nos dieron el diagnóstico de Laura”, dice, lo que les supuso “un coste emocional grande”.
Después llegó Marcos y, aunque ya eran veteranos, “no deja de suponer un poco de disgusto”. Pese a que él y su mujer son sanitarios, no se imaginaban que un gen recesivo, sin antecedentes en la familia, iba a afectar a toda su realidad.
Este padre de niños sordos pertenece a FIAPAS, la Confederación Española de Familias de Personas Sordas. Su directora, Carmen Jáudenes, afirma que, cuando van a tener un bebé, “quizá a los padres no se les ocurra pensar en la sordera”. El mismo caso que el de la familia de Naiara Larrakoetxea, “compuesta por personas oyentes íntegramente”.
Según la CNSE y los datos del Instituto Nacional de Estadísitica (INE), en España hay más de 1 millón 200.000 personas sordas mayores de 6 años. Esta misma encuesta cifra en 5.300 los niños sordos, de entre 6 y 15 años de edad, que hay en todo el país.
Niños en edad de escolarización que, en su amplia mayoría, se forman en enseñanzas ordinarias –un 95,4% según cifras del curso 2021-2022 del Ministerio de Educación-, y que tienen riesgo de no reconocer que sufren bullying, según afirma la misma Confederación, por la falta de recursos adaptados o de estudios sobre su casuística.
El acoso no es el único problema al que se enfrenta la infancia y la juventud sorda. La dificultad para acceder a los recursos técnicos y humanos en las escuelas, la soledad no deseada o las trabas en la accesibilidad son cuestiones que también soportan.
Dificultad para acceder a los recursos técnicos en las escuelas
“El colegio realmente no lo viví con ninguna adaptación”, dice Larrakoetxea, que fue pasando por distintas etapas durante su pérdida progresiva de audición. “Conté con audífonos y utilizaba la lectura labial, poniéndome en la primera fila”, dice, por lo que afrontó la situación “con esfuerzo individual".
Y, aunque las cosas han cambiado y ha habido muchos avances en cuanto a la accesibilidad en las aulas, “todos los alumnos y alumnas sordas se esfuerzan el doble, haya recursos o no. Si no hay recursos, imagínate”, expresa.
“Todos los alumnos y alumnas sordas se esfuerzan el doble, haya recursos o no“
En la actualidad, por ley se contempla que el alumnado sordo tiene derecho a contar con sistemas tecnológicos que faciliten su audición, como los de Frecuencia Modulada. Este utiliza las ondas de radio para hacer llegar el sonido directamente al audífono del alumno gracias a un micrófono que se coloca el profesor.
La legislación contempla también a los intérpretes en lengua de signos si hay en el aula algún niño signante. Avances evidentes que, en la práctica no son tan fáciles de aplicar, según Juan Diego García: “En el aula tienen que estar instalados el primer día de colegio y, cuando nosotros llegamos, no estaban”.
García, que es de Badajoz, subraya que “hay un equipo específico en la consejería de Educación de la Junta de Extremadura, que tiene que velar porque eso esté”. Sin embargo, se queja de que tienen que ser los padres los que estén pendientes.
"Las comunidades autónomas tienen situaciones muy desiguales"
Y es que, aunque ley recoge los principios básicos, las comunidades autónomas son las que deben aplicarla en sus respectivos territorios. Según Naiara Larrakoetxea, cada región tiene “situaciones muy desiguales y muy desequilibradas”.
En el otro extremo de la balanza se encuentra el caso del CEIP Margarita Salas de Zaragoza. Este colegio público cuenta con un Equipo de Atención a la Diversidad con cuatro personas. Una de ellas es Lucía Sánchez, maestra de Audición y Lenguaje, que explica a RTVE.es que su cometido es “atender directamente al alumnado según las necesidades de cada uno”.
Adaptan el entorno, se anticipan a lo que el niño va a necesitar, y explican a los padres, antes incluso de comenzar el curso, cómo va a ser la educación de su hijo. “Los padres eligen el centro ya informados”, comenta, al ser un colegio que prioriza la integración.
Familias altamente implicadas en todo el proceso gracias a la detección precoz, otro avance que destaca Sánchez, quien afirma que a los niños “se les detecta la sordera en el minuto en el que nacen, se confirma a los tres días y ya empieza el protocolo, que funciona muy bien”. De ahí a saber si el niño necesita audífono, implante coclear o si debe desarrollar el lenguaje de signos.
“La detección precoz (de la sordera) es fundamental“
Para Carmen Jáudenes, el avance en detección precoz es “fundamental”, ya que “eso hace que no haya tanta demora entre el diagnóstico y que los padres encuentren una estructura”.
La falta de intérpretes es "un problema recurrente"
Volviendo a la aplicación real de las normas, también existen problemas para acceder a los intérpretes de signos en las aulas según la presidenta de FIAPAS, que reclama que, cuando estén, lo hagan “todas las horas lectivas”.
La secretaria general de la CNSE también pone el foco en esto: “Los recursos técnicos son más sencillos de solucionar. Pero cuando hablamos de la falta de recursos humanos, es un problema recurrente. Ahí ya comienza la primera discriminación".
Y no solo en el caso de intérpretes, también en especialistas, ya que la lengua de signos está reconocida en la legislación como una lengua, por lo que “el alumnado sordo necesita un experto en ella para acceder a la gramática”, dice Larrakoetxea.
La ausencia de estos también se acusa en el cuidado de la salud mental. Sonia Muñoz, psicóloga sanitaria en Elijo Psicología y especializada en lengua de signos, explica a RTVE.es que solo conoce “a una o dos personas más” en su rama que sepan esta lengua. A su consulta llegan personas sordas, “aunque niños, pocos”.
“Hay pocas personas que podamos hablar lengua de signos, entonces su posibilidad de pedir ayuda es limitada”, confiesa.
Camino a la normalización de la infancia con discapacidad auditiva
Muñoz afirma también que las principales problemáticas que trata con estos niños son “de comunicación y de integración social”, ya que “en ocasiones no interaccionan con otros que hablan lengua oral”.
De ahí viene la “soledad no deseada” que comenta Naiara Larrakoetxea. “Al final tú te sientes mal porque eres la diferente y eso supone que eres más vulnerable a sufrir riesgo de bullying y a que te sientas sola”, dice.
La CNSE afirma que un niño sordo tiene más riesgo de no reconocer que sufre acoso escolar. Por otro lado, según un estudio sociológico realizado por FIAPAS, el 19% de los menores que participaron manifestó haber tenido alguna situación de acoso o rechazo por razón de su discapacidad, la mayoría de entre 12 y 17 años.
Aun así, el grupo de usuarios de dos audífonos es en el que se identifica un mayor porcentaje de casos de bullying (21%) ya que, “la prótesis es lo que visibiliza la sordera y puede ser el signo de vulnerabilidad”, según la presidenta de la federación.
“La prótesis es lo que visibiliza la sordera y puede ser el signo de vulnerabilidad“
En el caso de Juan Diego García, él no ha experimentado acoso hacia sus hijos. “Realmente los adultos somos más propensos a marcar o a señalar que los niños”, dice, afirmando que sus pequeños hacen una vida totalmente normal. “Marcos juega en su equipo de fútbol y va a su academia de inglés. Y Laura va a su campamento de scouts, hace patinaje…”.
Una normalización que también se vive en el CEIP Margarita Salas de Zaragoza, donde se dan charlas de sensibilización a alumnado y profesorado. “No tienen un problema de interacción social porque los compañeros están acostumbrados a que ellos llevan eso, igual que otros llevan gafas desde que tienen tres añitos”.
Un mundo "que parece de lujo"
García, que forma parte también de la Asociación de Discapacitados Auditivos de Badajoz, reconoce que se ha avanzado mucho, pero que quedan pasos que dar en el mundo de la Administración. Esta cubre económicamente una parte de los audífonos una vez se compran, algo que no es suficiente en un mundo “que parece de lujo”, dice, por los altos costes que conllevan las pilas, recambios o revisiones.
“Aquí en Extremadura llevamos luchando para que la Administración pague ese dinero y no seas tú el que lo pague y luego te lo reembolsen”.
Además, estas ayudas se dan hasta los 26 años, “lo cual es una clara discriminación”, dice Carmen Jáudenes, que insiste también en la necesidad de especialistas “profesionales y muy actualizados”.
Por su parte, Naiara Larrakoetxea pide “que le den toda la información a las familias”, además de la necesidad de que haya referentes sordos. La psicóloga Sonia Muñoz, por su parte, pone el foco en mejorar la situación laboral de los intérpretes y que se facilite aprender la lengua de signos.
“Yo no quiero que ellos sean más que nadie, pero tampoco quiero que sean menos que nadie”, dice Juan Diego García. Lucía Sánchez apunta que la idea es que la discapacidad "no les condicione el futuro" a la infancia. "Que tenga todas las opciones abiertas y todo el mundo por delante".