Los menores condenados por delitos sexuales suben un 14% y alcanzan la cifra más alta de la serie histórica
- Hasta 501 menores fueron condenados por sentencia firme por un total de 636 delitos en 2022
- En el caso de los adultos, fueron condenados 3.201, un 0,2% más que en el año 2021
Los menores condenados por delitos sexuales con sentencia firme en 2022 aumentaron un 14 % respecto al año anterior, hasta llegar a 501, la cifra más alta desde que en 2017 comenzaron a hacerse públicos estos datos, según la estadística publicada este lunes por el INE. En seis años, los condenados de entre 14 y 17 años -por debajo de esa edad no son imputables penalmente- han subido un 86 %, mientras que si se comparan las cifras con el año previo a la pandemia, 2019, los menores con sentencia firme por delito sexual han crecido un 20 %.
En el caso de los adultos, los condenados por este tipo de delitos alcanzaron los 3.201 en 2022, también la cifra más alta de los últimos seis años. Es solo un 0,2 % más que en 2021, pero un 18,2 % más elevada que antes del covid y un 40 % más alta que en 2017.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística se conocen en pleno debate por el incremento de este tipo de delitos entre los más jóvenes después del caso de los menores de Almendralejo que, presuntamente, han creado mediante aplicaciones de inteligencia artificial imágenes de sus compañeras desnudas que luego han difundido y tras la declaración como investigados de cuatro futbolistas de la cantera del Real Madrid por la difusión de un vídeo sexual de una menor.
La mayor parte de los condenados menores en 2022 fueron hombres: 486 varones frente a 15 mujeres (solo el 3 %). La distribución por edades es muy similar, aunque es ligeramente más alta (alrededor del 26 %) en el grupo de 14 y 16 años. En su conjunto, cometieron 636 delitos, un 4,4 % más que en 2021.
Seis de cada diez de estos delitos fueron abuso y agresión sexual a menores de 16 años. Los abusos sexuales (134) representaron una quinta parte de los delitos que cometieron y entre las agresiones sexuales (5 %) hubo cuatro violaciones cometidas por menores.
Condenas en 2022 por 50 violaciones
Entre los adultos condenados, sin embargo, los abusos sexuales son el grupo de delitos con mayor peso (40%). La tipología de los delitos sigue siendo la anterior a la ley de solo el sí es sí, que entró en vigor a finales de 2022. En total, durante 2022, se impusieron condenas por 50 violaciones -46 perpetradas por adultos y cuatro por menores-, frente a las 32 de hace seis años.
Al margen de la gravedad de los delitos, los condenados sexuales representan solo una pequeña parte de los menores condenados. En España, durante 2022, fueron condenados en total 14.026 menores, un 3,2% más respecto al año anterior. Los condenados por delitos sexuales, por lo tanto, suponen apenas un 3,6%. En cuanto a la distribución por sexo, ocho de cada diez menores de edad condenados son chicos frente al 19,9% de chicas. La tasa por cada 1.000 habitantes de entre 14 y 17 años fue de 6,8, más alta en hombres (10,6) que en mujeres (2,8). La mayor tasa es la de los menores de 17 años, 8,7.
La mayoría de los menores condenados tenía nacionalidad española (79,3 %) aunque la tasa por cada 1.000 habitantes de 14 a 17 años fue el doble entre los menores con nacionalidad extranjera (14,3), que los de nacionalidad española (6).
Según informa el INE, por tipología de delito, la de mayor incidencia fueron las lesiones (31,4 %) seguido de los robos (17,5 %) y las amenazas (8,6 %).
El perfil del condenado adulto en España: hombre joven y español
Durante el año pasado, fueron inscritas en el Registro Central de Penados, que recoge las sentencias firmes, hasta 308.624 adultos, un 9,4% más que el año anterior. El 81% fueron hombres (un 9,7% más que en 2021) y el 19% mujeres (un 8% más).
La tasa de condenados adultos para el conjunto de la población es de 9,4 por cada 1.000 habitantes de más de 18 años. Es más alta entre los hombres (13,1) que entre las mujeres (2,9); y más alta entre los más jóvenes.
Tres de cada cuatro condenados tenía nacionalidad española, aunque la tasa entre personas con nacionalidad extranjera es 2,6 veces mayor: 17,1 condenados frente a 6,6, según el INE.
Elisa García Madrid, catedrática de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Málaga, advierte de que no se pueden usar los datos de las tasas sin más para concluir que los inmigrantes delinquen más porque no son tasas comparables. En primer lugar, señala que "no es lo mismo extranjero que inmigrante" ya que la persona condenada no tiene por qué ser una persona de otro país que resida en España. Entre los condenados extranjeros puede haber personas detenidas en aeropuertos o en tránsito, por ejemplo. Sin embargo, la tasa se calcula sobre la población asentada en el país.
En segundo lugar, en España se registró "un crecimiento exponencial de la inmigración", pero que las "cifras generales de delincuencia bajan constantemente". "Si hubiese relación entre ese aumento de población inmigrante y delincuencia, la delincuencia tendría que subir sí o sí", señala García Madrid, que añade que hay investigaciones que apuntan a que "los inmigrantes tienen mucha resistencia a la delincuencia".
La catedrática de la Universidad de Málaga menciona también el llamado "control social formal" para subrayar que el sistema penal "no es aséptico". Hay unos "sesgos", añade, que de "alguna manera" apuntan "a cuáles son los colectivos y delitos sobre los que se quiere incidir". No es lo mismo, señala, que se ponga el acento en los hurtos, por ejemplo, que en delitos de corrupción y blanqueo, por ejemplo.
Una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid ya concluyó en 2012 que el aumento de la inmigración en España no había provocado más delincuencia, según publicó en su día la agencia de noticias Sinc. El estudio, firmado por César Alonso-Borrego, señalaba que aunque existía una correlación no podía inferirse causalidad y destacaba, entre otros aspectos, la propia composición demográfica de cada grupo. El experto, en declaraciones a la agencia, incidía en que una mayor proporción de varones jóvenes se asocia tradicionalmente con una mayor tasa de delincuencia y que esta "es mayor entre la población inmigrante que entre la nativa".