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Eslovaquia

Quién es Robert Fico, el ganador de las elecciones eslovacas que pone en jaque a Kiev y a la UE

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El socialdemócrata prorruso Robert Fico, ganador de las elecciones en Eslovaquia
El socialdemócrata prorruso Robert Fico, ganador de las elecciones en Eslovaquia.

En las encuestas partía como favorito y el resultado final lo ha confirmado. Es la cuarta vez que Robert Fico gana las elecciones legislativas en Eslovaquia al frente del SMER-SD, partido socialdemócrata en origen que en los últimos tiempos ha ido adquiriendo tintes ultranacionalistas, hasta asemejarse al Fidesz del húngaro Viktor Orbán.

Fico había sido primer ministro del país entre los períodos de 2006-2010 y 2012-2018, año en el que, a mitad de mandato, se vio obligado a dejar el cargo por una crisis política desencadenada tras el asesinato (en febrero de 2018) del periodista eslovaco Ján Kuciak y su pareja. Previamente, Kuciak había denunciado supuestos vínculos entre la élite política y económica y el crimen organizado y los ciudadanos respondieron a esas muertes con manifestaciones masivas que terminaron por tumbar su Ejecutivo.

Cinco años después, sin embargo, Robert Fico, el SMER-SD y su populismo han conseguido esquivar los escándalos del pasado para erguirse como sucesores de una coalición de centroderecha que, si bien ha sido férrea en el apoyo a Ucrania, sus repetidas crisis internas (y una gestión errática de la pandemia y de la economía, con una de las tasas de inflación más altas de la Unión Europea), se había ido desgastando hasta que, en diciembre del año pasado, no superó una moción de censura ante el Parlamento.

Se opone a las sanciones y descarta enviar armas a Ucrania

Así, de convertirse de nuevo, a sus 59 años, en primer ministro de Eslovaquia, el Gobierno de este país centroeuropeo de apenas 5,4 millones de habitantes podría poner en jaque a todo un continente.

Su filia hacia la Rusia de Putin, su oposición al régimen de sanciones de Occidente contra Moscú o su declaración de intenciones en cuanto al envío de armas a Ucrania (ha llegado a decir que, de gobernar Eslovaquia, no enviaría ni una sola bala más a Kiev; también está en contra de su adhesión a la OTAN) son razones para creerlo.

La línea europeísta y continuista de la formación Eslovaquia Progresista (su principal rival), con el eurodiputado Michal Šimečka al frente y que contaba con el apoyo del voto joven y urbano, no ha conseguido batir al discurso visceral propio de partidos como el SMER-SD, en el que tampoco faltan los alegatos antimigratorios. En el mapa, el triángulo Bruselas-Kiev-Bratislava está ahora más marcado que nunca.