Nobel de Medicina para Katalin Karikó y Drew Weissman por hacer posible la vacuna de ARNm contra la COVID-19
- Sus descubrimientos permitieron que las inyecciones de Pfizer/BioNTech y Moderna se desarrollasen en tiempo récord
- "Han salvado millones de vidas y han prevenido enfermedades graves en muchas más", destaca la entidad sueca
La bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman han sido distinguidos con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2023, según ha anunciado el Instituto Karolinska de Suecia, por hacer posible con sus descubrimientos las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19.
El trabajo de Karikó y Weissman "fue fundamental para desarrollar vacunas de ARNm eficaces contra la COVD-19 durante la pandemia que comenzó a principios de 2020", ha explicado la entidad sueca al anunciar el galardón. Sus hallazgos abrieron la vía a esas vacunas, que "han salvado millones de vidas y han prevenido enfermedades graves en muchas más".
El Nobel les ha sido concedido por "sus descubrimientos sobre las modificaciones de las bases de nucleósidos que permitieron el desarrollo de vacunas eficaces de ARNm contra el COVID-19", según el fallo del jurado. "A través de sus innovadores hallazgos, los galardonados de este año han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo el ARNm interactúa con nuestro sistema inmunológico. Han contribuido, a un ritmo sin precedentes, en el desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos", explica el Karolinska.
Los galardonados descubrieron que el ARNm con base modificada se puede utilizar para bloquear la activación de reacciones inflamatorias y aumentar la producción de proteínas cuando el ARNm se administra a las células. Ambos publicaron sus resultados "en un artículo fundamental de 2005 que recibió poca atención en ese momento, pero sentó las bases para desarrollos de importancia crítica que han servido a la humanidad durante la pandemia de COVID-19".
Los ahorros escondidos en un osito de peluche
Katalin Karikó nació el 17 de enero de 1955 en Szolnok (Hungría). Graduada en Biología en la Universidad de Szeged (Hungría) en 1978 y doctorada en Bioquímica en 1982, empezó a estudiar las propiedades del ARN mensajero en ese centro húngaro. En 1985 emigró a Estados Unidos con su marido y su hija de dos años, un viaje para el que salió con los ahorros escondidos en el osito de peluche de la niña -según ha recordado en muchas entrevistas-.
A Estados Unidos iba para ocupar una plaza postdoctoral en la Universidad de Temple en Filadelfia y desde ahí pasó a la de Pensilvania. A principios de los años 90 tuvo que lidiar con varios rechazos a sus solicitudes de financiación para sus estudios sobre el ARN e incluso tuvo que rebajar su categoría profesional para poder seguir trabajando en la universidad y no perder el visado.
En 1997, conoce al inmunólogo Drew Weissman, uno de los investigadores de la vacuna contra el VIH, y empiezan a colaborar. Trabajando en vacunas basadas en ARN mensajero Karikó y Weissman vieron que esta molécula provocaba fuertes reacciones inflamatorias porque el sistema inmunitario la detectaba como intrusa y lograron introducir pequeños cambios en la estructura del ARN para que esas reacciones no tuvieran lugar.
Su hallazgo, publicado en 2005 fue muy alabado, y al año siguiente crearon una empresa basada en ARNm llamada RNARx, aunque no lograron que despegara.
A partir de sus trabajos registraron dos patentes relacionadas con el ARN mensajero, que fueron vendidas por la universidad y posteriormente adquiridas por dos empresas, ModeRNA y BioNTech.
En 2015 Karikó y Weissman idearon también un sistema que consistía en colocar el ARNm en nanopartículas, un recubrimiento que evita que se degraden demasiado rápido y facilita su entrada en las células. Sus resultados fueron fundamentales para que las empresas BioNTech y Moderna desarrollaran vacunas basadas en ARNm contra la covid-19, aunque esta tecnología podría extenderse a distintas áreas de la medicina como el cáncer, las enfermedades autoinmunes o la regeneración de tejidos.
En 2013, Karikó se incorporó a la empresa BioNTech y desde 2014 es vicepresidenta senior y desde 2020 ha recibido numerosos premios como el Rosenstiel (junto a Weismann), el Premio Széchenyi y el Princesa de Asturias de Investigación (2021).
El inmunólogo Drew Weissman, por su parte, nació en Lexington (Massachusetts, EEUU) y se graduó en la Universidad Brandeis, donde se especializó en bioquímica y enzimología. En 1987 se doctoró por la Universidad de Boston y completó su residencia en el hospital Beth Israel de Boston.
Continuó sus estudios en los Institutos Nacionales de Salud y en 1993 fue becario principal de Anthony Fauci en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. En 1997 se trasladó a la Universidad de Pensilvania, donde comenzó a trabajar con Karikó en el estudio del ARN y el sistema inmunitario innato.
Drew Weissman es profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y trabaja sobre el ARN y su aplicación en el desarrollo de vacunas y terapia génica. También es miembro de la Federación Estadounidense de Investigación Clínica, la Asociación Médica Estadounidense y la Asociación Estadounidense de Inmunólogos.
Una semana de Nobel
El Premio Nobel de Medicina 2022 recayó en el biólogo y genetista sueco Svante Pääbo, por sus descubrimientos sobre el genoma de homínidos extinguidos y la evolución humana.
Después del anuncio del Nobel de Medicina 2023, le llega el turno el martes al de Física y, el miércoles, al de Química. La Academia Sueca desvelará el jueves el ganador en Literatura, y cerrará la semana otro de los premios que más expectación genera, el de la Paz, el único que se otorga y se entrega fuera de Estocolmo, en Oslo. El Nobel de Economía, instituido en 1968 por el Banco de Suecia, cerrará la ronda de ganadores el día 9 de octubre.