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El final del conflicto en Nagorno Karabaj abre la puerta a un acuerdo definitivo entre Armenia y Azerbaiyán

  • Los armenios temen que Azerbaiyán intente arrebatarles territorio
  • La UE podría desempeñar un papel diplomático que antes jugaba Rusia

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Imagen de archivo: refugiados de Nagorno-Karabaj llegan a Armenia, el 29 de septiembre. REUTERS/Irakli Gedenidze
Refugiados de Nagorno-Karabaj llegan a Armenia.

El conflicto entre Amenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj puede tener los días contados. Los azerbaiyanos han recuperdo el control del enclave y su población de etnia armenia ha huido masivamente, pero cerrar el litigio entre ambos países con un acuerdo de paz y el reconocimiento de fronteras no va a ser fácil, según los analistas consultados.

Una muestra de ello, y de la desconfianza mutua que separa a estos países vecinos del Cáucaso sur, es que el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, ha anulado su viaje a Granada, donde tenía previsto participar este jueves en la cumbre de la Comunidad Económica Europea, y reunirse con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián.

Es un revés momentáneo para la UE, que quiere jugar un papel mediador en una zona del mundo por la que transita una parte del petróleo y el gas que consume.

Las bases de un acuerdo: reconocimiento territorial y soberanía

Azerbaiyán inició el 19 de septiembre la operación definitiva para recuperar el control de la región secesionista, de población étnica armenia, y logró la rendición en 24 horas. La autoproclamada "República de Artsaj" ya no existe.

Alberto Priego, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), cree que despué del éxito de la operación militar queda poco que discutir sobre el enclave. "Ha sido una rendición, una claudicación - explica a RTVE.es. - El hecho en sí de la violencia es dificilmente defendible, pero jurídicamente Azerbaiyán tiene el derecho a controlar ese territorio".

Faltaría que Armenia reconociera oficialmente que Nagorno Karabaj es parte de Azerbaiyán. El primer ministro armenio ya dejó caer el pasado mayo que estaría dipuesto a dar ese paso, lo que provocó las protestas de la oposición. Priego cree que podría costarle el puesto.

Puede ser que Pashinián reconociera que Nagorno Karabaj es azerí, pero perdería el apoyo de la población y de la diáspora

"Puede ser que Pashinián reconociera que ese territorio es azerí, pero eso es difícil de aceptar porque perdería el apoyo de la población y sobre todo de la diáspora", reitera Alberto Priego.

El profesor del ICADE explica que la diáspora armenia es "poderosa, con mucho dinero", y una fuente de riqueza para el país, pero a la vez "con unos posicionamientos políticos un poco radicales, que no coinciden con los del primer ministro".

Gulshan Pashayeva, del Centro de Análisis de Relaciones Internacionales (Air Center) de Bakú, subraya que el de Nagorno Karabaj es un asunto interno de Azerbaiyán, mientras que un "acuerdo de paz y establecimiento de relaciones" entre ambos países requerirá "una fuerte voluntad política, una diplomacia valiente y apoyo público".

Pashayeva asegura que Azerbaiyán ya ha ofrecido a su vecino un pacto sobre las bases del "reconocimiento mutuo de respeto por la soberanía, la integridad territorial, la inviolabilidad de la fronteras reconocidas internacionalmente y la confirmación de la ausencia de reclamaciones territoriales".

La analista del Air Center, en declaraciones a RTVE.es por correo electrónico, culpa al "irredentismo" armenio por rechazar esta oferta hasta ahora.

"Hay una oportunidad para negociaciones bilaterales para un borrador de acuerdo de paz - asevera a RTVE.es Richard Giragosian, director del Centro de Estudios Regionales (RSC) de Ereván. - Pero el mayor peligro es que se pierda esa oportunidad porque Azerbaiyán puede no darse por satisfecho con su victoria militar, y hacer todavía más demandas a Armenia".

Desconfianza en Armenia

En Armenia temen que un Azerbaiyán seguro de sí mismo tras la victoria exija más concesiones. "La ocupación de partes de Armenia es otro de los objetivos estratégicos de Azerbaiyán", afirma Abraham Gasparian, polítólogo y director del centro de análisis Genesis Armenia.

El politólogo cree que los azerbaiyanos podrían exigir el establecimiento de un corredor con la región de Najicheván (azerbaiyana, pero situada al otro lado de Armenia, en la frontera con Turquía), o reclamaciones territoriales sobre la región fronteriza de Syunik (que una parte de los azerbaiyanos reclaman como propia).

Para Giragosian, los posibles motivos que podría tener Bakú para alargar el conflicto serían de índole interna. "Azerbaiyán necesita el conflicto, necesita un enemigo para distraer a su población de la falta de democracia, porque es un país de una dinastía padre-hijo, que ha estado gobernando un cuarto de siglo. La falta de legitimidad, la falta absoluta de democracia, presiona a los líderes azerbaiyanos a mantener el conflicto".

En cualquier caso, un reconocimiento mutuo implica cerrar antes la herida de Nagorno Karabaj, y así volvemos al principio.

Giragosian destaca que Pashinián cuenta con legitimidad para dar pasos adelante. Fue reelegido en 2021, recuerda, mientras que la oposición "está desacreditada y no tiene una estrategia alternativa". "Nadie, fuera del gobierno, ha propuesto o explicado qué harían de manera diferente", subraya.

El futuro de los refugiados

Sobre la eventual negociación planeará la situación de las más de 100.000 personas que en apenas 10 días han abandonado Nagorno Karabaj.

Hasta la ONU se ha mostrado "sorprendida" por la rapidez del éxodo. La misión de la organización que ha visitado la zona asegura que solo quedan entre 50 y 1.000 armenios étnicos, pero no ha tenido conocimiento de "incidentes de violencia contra civiles después del último alto el fuego". En declaraciones a diversos medios de comunicación, los refugiados aseguran que recibieron amenazas de los soldados azerbaiyanos.

Pashayeva achaca la marcha a factores psicológicos y al rechazo de algunos karabajíes a vivir bajo la bandera de Azerbaiyán. "Ha sido por elección propia", apostilla.

El futuro de esta población es parte de la "política interna" de Azerbaiyán, insiste Pashayeva, que debería hacer todo lo posible para incorporarles a su sociedad. "Asumo que pueden volver, independientemente de que haya un acuerdo con Armenia como el ya mencionado - añade - pero deben familiarizarse con los planes de reintegración de Azerbaiyán y obtener la ciudadanía según la ley".

En el otro lado de la frontera creen que no habrá regreso ni ninguna discusión al respecto. En primer lugar, apunta Giragosian, porque no hay ninguna confianza en la parte azerbaiyana.

"La segunda razón es más importante: los armenios en Nagorno Karabaj y en Armenia tienen una democracia que se está reforzando. Y no quieren renunciar a su libertad para vivir en una dictadura azerbaiyana, es una elección imposible", concluye el director del REC.

Ningún armenio de Nagorno Karabaj querrá vivir bajo la agresión y el ataque de las autoridades de Azerbaiyán

Gasparian, que denuncia la "deportación forzosa" de los armenios del enclave, cree que ninguno querrá vivir "bajo la agresión y el ataque de las autoridades de Azerbaiyán". "Desafortunadamente son refugiados en Armenia, pero son ciudadanos armenios, encontraremos soluciones", añade.

Ereván ha pedido ayuda a la UE para gestionar la crisis humanitaria, y Bruselas ha respondido con una ayuda de emergencia de 5 millones de euros y el envío de observadores. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha anunciado este mismo jueves en Granada que la UE duplicará la ayuda humanitaria hasta los 10,4 millones, a los que se sumarán otros 15 millones en apoyo prespuestario directo.

La UE, un posible mediador

Pashinián y Aliyev se vieron en las dos primeras cumbres de la Comunidad Política Europea, en Praga (República Checa) y Chisinau (Moldavia). La de Granada debía ser la primera reunión diplomática entre ambos desde la ofensiva militar de septiembre, y se esperaba que pudiera sentar las bases de un acuerdo.

No será así. Aliyev se ha quejado de la actitud de Alemania y Francia, y ha acusado a esta última de adoptar una postura "anti-azerbaiyana" (en Francia existe una fuerte comunidad de origen armenio), pero no ha decartado que la Unión Europea actúe de mediador en el futuro.

Durante los últimos años, la UE ha multiplicado su actividad diplomática en el Cáucaso sur. España, por ejemplo, ha abierto una "antena diplomática" en Ereván.

Por esta zona pasan algunos de los conductos que transportan gas y petróleo hasta Europa, y que son una alternativa a Rusia. Las importaciones europeas de hidrocarburos y derivados desde Azerbaiyán se han multiplicado desde el inicio de la guerra de Ucrania.

La implicación de la UE es más efectiva que la de los estadounidenses, porque será menos provocativa hacia Rusia

"La implicación de la UE es más efectiva que la de los estadounidenses, porque será menos provocativa hacia Rusia", dice Richard Giragosian, quien subraya que Armenia no quiere "cuestionar directamente a Rusia", sino la relación mutua. "Armenia no está siguiendo el camino de Georgia, no buscamos la entrada en la OTAN, más bien queremos diversificar, en términos de ganar tantos amigos en el mundo como sea posible", añade.

"Aunque la UE ambiciona un acuerdo y que haya decisiones serias para avanzar y cerrar el libro de la enemistad entre Armenia y Azerbaiyán, creo que ambos están aún lejos de encontrar soluciones decisivas de compromiso", advierte Abraham Gasparian.

El politólogo esperaba (la entrevista con RTVE.es tuvo lugar antes de que Aliyev cancelara su presencia en Granada) que los líderes europeos intentaran "arrebatar la iniciativa diplomática a la parte rusa", especialmente después de que "el papel de las 'fuerzas de paz' rusas en Nagorno Karabaj haya quedado en evidencia".

"La UE tiene en su ADN la resolución de conflictos, no lo puede evitar - concluye Alberto Priego - Si además orilla la influencia de Rusia, mejor".