Narges Mohammadi, la activista "audaz y firme" que deja en evidencia al régimen iraní
- 20 años después se convierte en la segunda iraní en recibir el premio Nobel de la paz tras su amiga Shirin Ebadi
- Conocida por ser una persona "sencilla, alegre y con voz cantante", Mohammadi vive el activismo con gran intensidad
Al pie de los montes de Elburz, justo a las afueras de Teherán y donde la ciudad se funde con la montaña, parte de la cárcel de Evin está de fiesta para tristeza del régimen iraní. Una de sus reclusas, la periodista y activista por los derechos de las mujeres en Irán, Narges Mohammadi, ha sido premiada con el Nobel de la paz 2023.
Un galardón que llega justo cuando se cumplen 20 años del único Nobel de la paz que había recibido una persona iraní. En 2003, la activista Shirin Ebadi fue reconocida por su lucha contra el régimen y actualmente se encuentra en el exilio, pero de una manera u otra, ha influido en el destino de su sucesora.
Junto a Ebadi, Mohammadi comenzó de joven a hacer campañas en multitud de ocasiones para luchar por los derechos de la mujer y la libertad del pueblo iraní. Hasta que el exilio y la cárcel las separó, aunque ahora se junta al recoger Mohammadi el testigo dos décadas después.
Hace un año, con el estallido del movimiento de las mujeres contra el régimen tras la muerte de Mahsa Amini, Mohammadi se unió a las voces que cargaban contra la represión, aunque llevaba tiempo denunciando públicamente al gobierno.
Una persona "sencilla, alegre y con voz cantante"
Conocida por ser una persona "sencilla, alegre y con voz cantante", Mohammadi, de 51 años y con una hija de 12 años y un hijo de 16, vive el activismo con una gran intensidad, según su compañera y amiga Ryma Sir majadmadí.
Vinculada a este mundo desde que pasó por la universidad hace tres décadas, en todo este tiempo ha plantado cara al régimen y ha evidenciado la falta de libertades y derechos humanos en Irán de manera constante.
Desde joven ha criticado las líneas rojas impuestas por el régimen: desde la pena de muerte y la tortura a las órdenes de aislamiento, pasando por la reivindicación de la figura de la mujer en su país y la custodia de los hijos, hasta la crítica de la imposición obligatoria del velo islámico a las mujeres en las calles de Irán.
Su lucha le ha costado a Mohammadi 13 detenciones y cinco condenas por un total de 31 años de prisión y 154 latigazos. No ha visto crecer a sus dos hijos, que viven en París, y ha pasado largas temporadas en confinamiento solitario.
De hecho, Mohammadi se encuentra actualmente en la prisión, también conocida como "Universidad de Evin", por la cantidad de intelectuales políticos que son encerrados por el régimen allí.
Dos años incomunicada de sus hijos
Su entorno la describe como una persona "audaz, convencida y firme". Una audacia que le permite "salir disparada, cuanto todo está en su contra", según aseguran a RTVE.es quienes la conocen. "Curiosamente, son tres cualidades que faltan en muchos lugares del planeta para denunciar las injusticias que ella no calla", añade la activista Ryma Sir majadmadí.
Desde hace dos años, Mohammadi no ha podido hablar con ninguno de sus dos hijos. Aunque tuvo oportunidad de marcharse del país y juntarse con su familia de nuevo en París hace un año, se mantuvo firme en sus convicciones para seguir luchando por la libertad de las mujeres en Irán. Actualmente, cumple varias condenas políticas y tiene prohibido recibir llamadas y visitas. Pero eso no impide que celebre que ha sido galardonada con el Nobel de la Paz.
El premio se ha otorgado a Mohammadi por "su lucha contra la opresión de la mujer en Irán y para promover los derechos humanos y la libertad para todos", ha declarado la presidenta del Comité, Berit Reiss-Andersen, al anunciar el fallo.
El Nobel ha vinculado el papel de Mohammadi con las protestas desatadas el año pasado tras la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini por llevar mal puesto el velo islámico. “El lema adoptado por los manifestantes -“Mujer, vida, libertad”- expresa de manera acertada la dedicación y el trabajo de Narges Mohammadi”, ha indicado el comité noruego.
"Es la persona más determinada que conozco"
Su marido,Taghi Ramahi también es activista y está refugiado junto a sus hijos en Francia. "Es la persona más determinada que conozco", ha asegurado antes de señalar que el premio es para Irán. "Ella en ningún momento ha dejado de lado su compromiso con los iraníes y se siente muy feliz. Va a continuar este camino", ha añadido.
"Me siento orgulloso de mi madre porque este premio es para todos los iraníes y de ella yo me siento orgulloso", ha declarado también su hijo mayor, Ali. "Ella trasmite el amor que tiene hacia sus hijos, pero no dejando de lado el activismo por su gente. Son dos cosas muy difíciles de combatir y la sociedad muchas veces cree que las mujeres no somos capaces de hacerlo. Y fíjate, en una sociedad como la iraní, donde esa mirada podría ser más acentuada, no es imposible y se demuestra que una mujer puede ser activista y madre", concluye Ryma Sir majadmadí.