Ignacio Álvarez-Ossorio, sobre la escalada entre Hamás e Israel: "Esto es un 'shock' de consecuencias impredecibles"
- Es el fallo más grande de los servicios secretos israelíes desde la guerra de Yom Kipur, hace 50 años
- Ignorar la cuestión palestina lleva periódicamente a estallidos de violencia, dice el experto
- Sigue en directo la última hora sobre la guerra entre Israel y Hamás
RTVE analiza en una entrevista con Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios árabes e islámicos de la universidad Complutense de Madrid, el ataque de Hamás en la Franja de Gaza y la respuesta israelí.
PREGUNTA: ¿Cómo es posible que los servicios de seguridad israelíes no estuvieran preparados para un ataque de esta magnitud?
RESPUESTA: Es algo de todo punto imprevisto. No lo preveían ni los servicios de inteligencia ni nadie en la comunidad internacional, ni los países árabes ni los propios palestinos. Es una operación que se ha trazado en el máximo secretismo y que ha tomado por sorpresa a los servicios de inteligencia israelí en lo que puede considerarse la mayor falla desde la Guerra de Yom Kipur, hace ahora justo 50 años. Incluso la fecha elegida es altamente simbólica. En aquel entonces, el ejército sirio y egipcio tomaron por sorpresa al israelí en unas fiestas sagradas para el judaísmo. Siguiendo ese mismo patrón, Hamás ha actuado en ese aniversario, el cincuenta, y además en unas fechas sagradas cuando no había despliegue militar en torno a Gaza y cuando casi todas las unidades militares estaban en torno a Cisjordania.
P: Hay quien considera inverosímil que nadie supiera nada. Otros piensan que se sabía, pero que no funcionaron bien los canales de comunicación y respuesta. ¿Crees que es posible saber con certeza lo que ha pasado?
R.: Es muy difícil, pero parece que, si hubieran tenido una información mínimamente clara de lo que se estaba tramando, está claro que habrían estado preparados para una operación de esta envergadura. Ha tomado por sorpresa a los servicios de inteligencia y al ejército, que no olvidemos que es la institución más valorada por la sociedad israelí, a la que también ha tomado por sorpresa, que se creía segura más allá de los muros y vallas que habían levantado para separarse de la población palestina. Esto es un shock de impredecibles consecuencias. Y ya sabemos lo que ocurrió en 1973, con la caída del gobierno y las acusaciones de imprevisión y, poco más tarde, el ascenso de los grupos de ultraderecha, lo que supuso un punto de inflexión en la sociedad y la política israelíes.
P: El poder de Israel se ha construido, en parte, sobre la certeza de su poder militar y de inteligencia, de ser casi invencible. Esta operación cuestiona ese poder. ¿Qué consecuencias tiene eso?
R: Este ataque va contra el mito de la invencibilidad del ejército de Israel y también el prestigio tan elevado de sus servicios de inteligencia. Se demuestra que ignorar la cuestión palestina, no dialogar, no sentarse a la mesa de negociaciones y seguir con esas políticas de colonización conduce, periódicamente, a estallidos de violencia que tienen unas implicaciones muy graves tanto en la escena palestina como en la israelí. Hacer como si no existiera el problema palestino, fingir que puede haber un acuerdo regional con los países del Golfo para que abandonen la causa palestina, no la resuelve. El problema sigue existiendo sobre el terreno, a pesar de que ni en la comunidad occidental ni en la calle israelí se quiera hablar del tema. El problema no está resuelto, lleva coleando 55 años desde que produjo esa ocupación y cuanto más se tarde en resolverlo, más complicada será la resolución.
P: ¿Crees que el daño en el prestigio de Israel puede animar a países de su entorno a lanzar un ataque?
R: Obviamente, no. No hay ningún país con capacidad bélica o militar suficiente como para plantar cara a Israel, y no hay ningún tipo de voluntad política. Todo lo que hemos visto en las últimas décadas, todos los enfrentamientos en los que han luchado los árabes contra Israel, han sido derrotados y humillados en el campo de batalla. Lo único que puede esperarse es que algunos grupos militares como Hezbolá, en caso de que la situación se agrave y que la ofensiva sea mucho más intensa de lo que es ahora, porque estamos en una fase inicial, probablemente decida abrir un nuevo frente de batalla. Incluso es muy posible que esa decisión ya esté tomada, porque un ataque de la envergadura que hemos visto en los últimos días no se puede realizar sólo con el visto bueno de Hamás. Posiblemente haya complicidades regionales. Sobre todo, estamos hablando de Irán, que es el único país que ha celebrado con alborozo esos ataques que han causado cientos de víctimas civiles, ejecutadas a sangre fría.
P: ¿Cree que Irán o Catar, que financia a la Autoridad Nacional Palestina, estaban al tanto?
R: Creo que un ataque de esta envergadura no puede planificarse sin la luz verde de quien ha sido el principal respaldo regional de Hamás desde su creación, que es Irán. Hasta qué punto lo sabían, hasta qué punto no… es muy posible que lo supieran y que, incluso, hayan asesorado. Este ataque, además, va dirigido contra la línea de flotación de todas las negociaciones que está apadrinando la administración estadounidense para que Israel y Arabia Saudí normalicen sus relaciones. En el caso de que Arabia Saudí, que es la principal potencia económica y, no lo olvidemos, el país con más influencia en el mundo árabe, normalice las relaciones con Israel, la causa palestina sufriría una grandísima pérdida y, además, se formaría claramente un frente iraní. Por lo tanto, quienes más pueden ganar con este ataque son, por un lado y evidentemente, Hamás; y por otro lado, por supuesto, Irán.
P: ¿Las negociaciones con Arabia Saudí quedan ahora congeladas?
R: Ahora mismo no son factibles. Estamos hablando de negociaciones que llevan desarrollándose entre bambalinas desde hace ya varios meses y, según todo parece indicar, el acuerdo era prácticamente inminente. Probablemente se haya actuado, precisamente, para torpedear cualquier tipo de acuerdo entre Israel y Arabia Saudí. Ese pacto, como digo, dañaría por completo la cuestión palestina porque la dejaría sin uno de sus tradicionales valedores, principal potencia económica y el país con mayor influencia dentro de la Liga Árabe. Es muy posible que quienes han perpetrado ese ataque sean muy conscientes del reparto de fuerzas a escala regional y del golpe tan duro que significaría que, a partir de ahora, Arabia Saudí se alineara con Israel.
P.: ¿Cree que el ataque colabora a mantener las cosas como están o es un terremoto regional?
R: Va a provocar un terremoto regional. Siempre que Israel ha sido atacado o golpeado, responde de forma muy desproporcionada. Hemos visto cómo en 2006, 2008 y 2012 se han lanzado operaciones contra la Franja de Gaza siempre con la misma idea de descabezar a Hamás y acabar con su liderazgo político y militar. Pero el resultado, lejos de debilitar a Hamás, es que ha salido reforzado y con más popularidad, y ya no sólo en Gaza, sino también en Cisjordania y entre los palestinos refugiados en los países del entorno. Ya sabemos cómo empiezan las guerras, pero no cómo acaban, y las consecuencias que tienen. Y esta puede acabar en un conflicto regional en la que se involucre Hezbolá.