Putin quiere conquistar el Ártico, el actual "El Dorado" del siglo XXI

• Bajo el hielo ártico hay codiciados recursos naturales y minerales preciosos
• Las potencias mundiales se disputan el próspero Ártico aprovechando el deshielo causado por el cambio climático
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En tono rosado se señala el territorio que Rusia posee en el Ártico.

Las ambiciones expansionistas de Putin apuntan también hacia el norte. Desde hace casi 20 años, entre sus objetivos, se encuentra la colonización del Ártico. Allí, debajo del hielo glaciar, hay oro, uranio, tierras raras, petróleo y gas que, con el cambio climático y el descongelamiento del Polo Norte, se han vuelto mucho más accesibles y alimentan la codicia de las grandes potencias.

Rusia, en poco tiempo, ha construido impresionantes infraestructuras industriales y ha militarizado la zona. La OTAN ha reaccionado enviando una respuesta contundente al Kremlin. Las continuas demostraciones de fuerza dejan claro el interés por el subsuelo ártico.

La planta de gas licuado en la península de Yamal es uno de los proyectos del plan energético de Putin en el Ártico. ©SABLE ROUGE

Rusia y su central nuclear flotante

En 2019, un impresionante barco de 140 metros de eslora pintado con los colores de la bandera rusa se desplaza por el océano desde Murmansk, el mayor puerto del Ártico ruso, hacia la ciudad de Pevek. Es un buque único en el mundo porque, en realidad, se trata de la primera central nuclear flotante. Esta extraordinaria infraestructura es el símbolo de la conquista del Ártico tan ansiada por Putin.

“El Ártico debe desarrollarse como todas las demás regiones del país“

De hecho, la zona ártica representa cerca del 20% de la superficie de Rusia. "El Ártico debe desarrollarse como todas las demás regiones del país", comenta Dimitri Alekseenko, el director de la planta nuclear, al equipo de periodistas franceses que han conseguido la autorización para grabar dentro de ella.

El objetivo de la instalación responde al deseo del Estado ruso de suministrar energía a los lugares más remotos del mundo, como la ciudad de Pevek. Es un área tan sensible para las autoridades que para llegar allí se precisa de un permiso especial validado por el ejército y los servicios secretos rusos.

La central nuclear flotante suministra electricidad a lugares remotos situados al norte del círculo polar ártico. ©SABLE ROUGE

En Pevek, en condiciones climáticas extremas, viven unos 5.000 habitantes. El gobierno ruso los incentiva porque los necesita para explotar las minas de oro y uranio que alberga la zona. Y esta es la razón crucial de la presencia de la planta nuclear flotante.

Según Alekseenko, la infraestructura permite "suministrar electricidad a las empresas mineras establecidas en esta zona y que extraen minerales". El plan de desarrollo enérgico de Putin va viento en popa a toda vela.

Todos quieren estar en el Ártico

Congelados bajo el hielo, el Ártico ha conservado durante miles de años, infinidad de recursos energéticos y minerales muy cotizados en la actualidad. Las potencias mundiales quieren conquistar este "El Dorado" del siglo XXI.

Uno de los pozos de petróleo explotado por Rusia en el Ártico. ©SABLE ROUGE

“El valor total de las reservas minerales que contiene el subsuelo de la zona ártica se estima entre 1,5 y 2 billones de dólares“

Sin embargo, de los ocho países con soberanía en el Ártico, incluido Estados Unidos, es Rusia quien posee el mayor territorio en esta rica área del planeta. "El valor total de las reservas minerales que contiene el subsuelo de la zona ártica se estima entre 1,5 y 2 billones de dólares", cuantificaba Putin en 2021.

Rusia explota esta gigantesca planta de gas licuado en el Ártico. ©SABLE ROUGE

Por eso, ha multiplicado los proyectos industriales y energéticos en el Ártico sacando una clara ventaja al resto de contrincantes. "Esta región tiene una importancia considerable para fortalecer la posición de Rusia en el mundo", insistía Putin. Y sabe de lo que habla porque en el ártico ruso se encuentra el 20% de las reservas mundiales de gas aún por descubrir. Por ello, a 600 kilómetros al norte del círculo polar ártico, en la península de Yamal, ha construido su logro más espectacular.

Allí, sobre el permafrost, se levanta una gigantesca planta de gas licuado donde se explotan los yacimientos de metano que exportan a bordo de enormes cargueros capaces de navegar entre el hielo. Rutas cada vez más accesibles y fáciles de abrir por el deshielo del Ártico, . Y es que, en tan solo 40 años, la banquisa ártica ha perdido el 45% de su superficie.

Un buque navega por las nuevas rutas que el deshielo glaciar está abriendo a causa del calentamiento global. ©SABLE ROUGE

“Si Putin no explota el Ártico ruso, no permanecería en el poder“

Las nuevas vías de navegación facilitan la explotación de las riquezas minerales. Industria y transporte son la columna vertebral de la conquista de la zona más septentrional del globo que el Kremlin se ha marcado como objetivo prioritario. "Si Putin no explota el Ártico ruso, no permanecería en el poder", afirma categórico Mikaa Mered, profesor de Geopolítica en el Instituto de Relaciones Internacionales de París.

Conquista, militarización y alerta para Occidente

En su afán por controlar industria y rutas Rusia ha militarizado el Ártico. Putin ha ordenado rehabilitar las bases militares de la antigua URSS y levantar cuatro más.

Gran base militar el Trébol del Norte en el Ártico ruso. ©SABLE ROUGE

Una de ellas, la más espectacular y conocida como el Trébol del Norte, es la base desde donde el ejército controla todo el Ártico ruso. "Está construida con tecnología de última generación", asegura uno de sus militares.

Rusia y la OTAN reactivan la militarización del Ártico ante la escalada de tensión

Ante la amenaza de expansión y fuerza rusa, la OTAN, en una auténtica operación a gran escala, desplegó 35.000 soldados en Noruega para enviar un claro mensaje al Kremlin. "Estamos listos para intervenir en el Polo Norte, si es necesario", advertía uno de los marines de las fuerzas de la Alianza.

En marzo de 2022, la OTAN puso en marcha en suelo noruego la operación "Cold Response", unas maniobras que simulaban una guerra en el Ártico. ©SABLE ROUGE

“Estamos listos para intervenir en el Polo Norte, si es necesario“

En mayo de 2022, dos meses después de estas maniobras, Finlandia y Suecia solicitaron la adhesión a la OTAN. Desde el pasado 5 de abril, Finlandia se ha convertido ya en el 31º aliado del bloque militar. Suecia espera en las próximas semanas a que Turquía y Hungría levanten el veto.