¿Qué es la misión Psyche de la NASA y por qué podría obtener hallazgos "inimaginables" en este asteroide?
- La sonda espacial ha sido lanzada con éxito desde Florida, y está previsto que alcance su destino en 2029
- Será la primera vez que una nave llegue a un cuerpo celeste metálico, muy similar al núcleo del planeta Tierra
La misión Psyche de la NASA, con destino al asteroide metálico del mismo nombre, ha despegado con éxito desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida, a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX, que lo ha impulsado al espacio exterior. Su viaje a través del sistema solar durará más de seis años, en los que recorrerá 3.540 millones de kilómetros, hasta alcanzar el objeto que se encuentra en el cinturón de asteroides principal, entre Marte y Júpiter.
Esta misión ha sido calificada como "histórica" por la propia agencia espacial de Estados Unidos, ya que será la primera vez que se pueda analizar en profundidad un cuerpo celeste con una "superficie mayoritariamente metálica", a diferencia de otros de roca, hielo o gas estudiados ya por la NASA. "Los hallazgos pueden ser completamente inimaginables", ha valorado Lindy Elkins-Tanton, la investigadora principal del proyecto.
A continuación, se intenta responder a las principales cuestiones relacionadas con esta nueva misión espacial.
¿Por qué se ha retrasado el despegue?
El lanzamiento estaba previsto inicialmente para el pasado 5 de octubre, pero los ingenieros descubrieron un problema con los propulsores de nitrógeno de la nave, lo que podría haber causado un sobrecalentamiento durante sus ocho años de misión (seis de viaje más dos orbitando alrededor del asteroide). La fecha de despegue de la misión se retrasó para repararlo.
¿Cómo será el viaje hasta Psyche?
La sonda espacial tiene por delante más de 3.500 millones de kilómetros, y su llegada a la parte exterior del cinturón de asteroides está prevista para agosto de 2029. De camino, alcanzará el planeta Marte en mayo 2026, donde utilizará su impulso gravitacional para poder continuar el viaje. Una vez que entre en la órbita del asteroide, pasará allí aproximadamente 26 meses tomando fotografías, mapeando la superficie y recopilando datos que le permitan analizar su composición, además de medir la gravedad y el campo magnético.
¿Por qué son tan importantes estos datos?
Los científicos de la NASA creen que el interior del asteroide podría ser metálico, como lo es el centro de la Tierra y de otros planetas rocosos pertenecientes al sistema solar. Dado que es imposible acceder al núcleo de la Tierra, el asteroide Psyche se presenta como una ventana abierta para descifrar los secretos del corazón de nuestro propio planeta, así como de otros de características similares. También podría ayudar a comprender mejor la violenta formación del sistema solar y de otros sistemas planetarios desarrollados alrededor de estrellas.
¿Cómo se formó Psyche y qué hace que sea tan especial?
Sobre el proceso de formación de Psyche hay varias hipótesis sobre la mesa, que la misión también podría ayudar a desvelar. La más aceptada es que se trata del núcleo expuesto de un planeta que, por choques con otros cuerpos, fue perdiendo progresivamente las capas exteriores. Esto lleva a pensar que probablemente sea el vestigio de múltiples colisiones violentas, comunes cuando se estaba formando el sistema solar.
Aunque, si finalmente los científicos descubren que Psyche no es un núcleo expuesto, podría tratarse también de un objeto primordial del sistema solar nunca antes visto, que es otra de las hipótesis.
La principal diferencia con otros cuerpos más estudiados es que este asteroide no está compuesto principalmente por roca o hielo, sino por metal. El análisis de las observaciones de radar indica que probablemente albergue una mezcla de roca y metal, con un 30% de metal al 60% de su volumen, según la NASA. La composición también se ha determinado mediante mediciones de inercia térmica (básicamente, la rapidez con la que se calienta a la luz del sol y se enfría en la oscuridad).
¿Cuáles son las características de Psyche?
Este asteroide tiene una forma irregular, "parecida al de una patata", según lo define la NASA. Si fuese cortado por la mitad horizontalmente, tendría unas dimensiones de 280 kilómetros en su punto más ancho y 232 kilómetros en el más largo. Su área superficial es de 165.800 kilómetros cuadrados (la Luna, por ejemplo, tiene una superficie de 38 millones de kilómetros cuadrados). Debido a que orbita a diferente velocidad que la Tierra, la distancia entre nuestro planeta y Psyche es variable: desde aproximadamente 300 millones de kilómetros hasta casi 600.
Psyche es denso, con alrededor de 3.400 a 4.100 kilogramos por metro cúbico, según las estimaciones de los astrónomos que lo han estudiado. Además, su gravedad superficial es mucho menor que la de la Tierra, incluso menor que la de la Luna.
¿Realmente tiene un valor de 10.000 cuatrillones de dólares?
Durante los meses previos al lanzamiento de la misión, se ha especulado mucho acerca del valor económico que podrían alcanzar las riquezas minerales que encierra este asteroide. La científica que dirige el proyecto, Lindy Elkins-Tanton, calculaba en un estudio publicado por The Planetary Science Journal que su hierro podría valer 10.000 cuatrillones de dólares estadounidenses. Aunque una investigación posterior de la Universidad de Arizona cuestionaba esta afirmación y estimaba que la composición de Psyche no era en realidad tan densa, por lo que su valor económico sería mucho menor.
En todo caso, en el trasfondo de estas afirmaciones subyace la importancia de una carrera que ya ha comenzado y cuya eclosión podría ocurrir en los próximos años: la minería espacial. En un contexto en el que los recursos de la Tierra son cada vez más escasos, existen ya varias compañías mineras espaciales desarrollando programas para explotar las materias primas de asteroides, satélites y planetas menores.
Sin embargo, la lejanía de Psyche complica cualquier intento de explotar comercialmente este asteroide, por lo que todas las miradas apuntan a cuerpos más cercanos a la Tierra, al menos a corto plazo. La mayoría orbitan alrededor del sol en el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, aunque hay otros que están más cerca, entre Marte y la Tierra, pudiendo incluso llegar a colisionar con nuestro planeta. Estos cuerpos, que se conocen como NEO (siglas en ingles de “objeto cercano a la Tierra”), serían el objetivo más inmediato en esta nueva "fiebre del oro" espacial.
¿Con qué instrumental científico cuenta el orbitador de la NASA?
En primer lugar, lleva incorporado un magnetómetro que buscará evidencia de un antiguo campo magnético en el asteroide. Si lo encuentra, sería una fuerte evidencia de que se formó a partir del núcleo de un cuerpo planetario.
Además contará con un espectrómetro de rayos gamma y neutrones, que ayudará a determinar los elementos químicos que componen el asteroide y comprender mejor su proceso de formación. También dispondrá de un espectrómetro de imagen multiespectral, que proporcionará información sobre la composición mineral del asteroide y su topografía.
Asimismo, la sonda aprovechará el sistema de telecomunicaciones para medir la gravedad del cuerpo celeste. Al analizar las ondas de radio con las que se comunicará con la Tierra, los astrónomos podrán medir cómo el asteroide afecta a la órbita de la nave espacial, lo que les ayudará a determinar la rotación, la masa y el campo gravitatorio, obteniendo información adicional sobre su composición y estructura interior.
¿Desde cuándo se conoce la existencia de este asteroide?
Psyche fue descubierto en 1852 por el astrónomo italiano Annibale de Gasparis. Debido a que fue el decimosexto asteroide en ser descubierto, a veces se le llama Psyche 16. Recibe su nombre en honor a la diosa del alma en la antigua mitología griega, que se suele representar como una figura femenina con alas de mariposa.
¿Es la primera misión a un asteroide?
En las últimas décadas ha habido varias misiones a asteroides, desde que la sonda Galileo consiguiese fotografiar a Gaspra en 1991. Entre otros, destacan el programa Hayabusa de la agencia espacial japonesa (JAXA), cuyo primera sonda se lanzó en 2003; la misión OSIRIS-REx de la NASA, que ha traído recientemente a la Tierra muestras de Bennu; o la misión DART, que en 2022 hizo historia al conseguir que una sonda se estrellara contra el asteroide Dimorphos, con el objetivo de desviar su trayectoria, lo que fue el primer ensayo para que la Tierra pueda defenderse en el futuro del impacto potencialmente catastrófico de objetos espaciales.