El aceite de oliva, a precio de oro verde
- Según los datos del IPC, entre marzo de 2021 y el pasado agosto el aceite de oliva se ha encarecido un 114,8%, más del doble
- En agosto registró la mayor subida interanual en 21 años: un 52,5%, y aumentó un 8,7% con respecto a julio
La sequía que ha sufrido el campo español en los dos últimos años ha afectado gravemente al olivar, incapaz de producir el aceite de oliva suficiente para cubrir la demanda de industria, consumo y comercio exterior.
“El año pasado nos faltaron 800.000 toneladas y este año nos van a faltar 700.000”, nos dice Tomás García Azcárate, ingeniero agrónomo, economista e investigador del CSIC, y nos asegura lo que todo el mundo, de una manera u otra, confirma en el sector olivarero: la escalada de precios que está sufriendo el aceite de oliva se explica fundamentalmente por la ley de la oferta y la demanda.
Según Miguel Cobos, Secretario General de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Córdoba “Este es el cuarto año en el que estamos teniendo déficit hídrico… y esto ha hecho que las producciones hayan descendido de una forma importante. La oferta es escasa, la demanda sigue siendo fuerte y esto es el motivo fundamental de que el precio haya ido subiendo”.
Con la sequía, la aceituna se arruga
Miguel Cobos nos habla mientras Gabriel Montilla González está cosechando con su “vibro” (maquinaria que agita el olivo y recoge las aceitunas) la llamada aceituna “de verdeo”, es decir, la que será empleada para mesa. Su cosecha, su precio, y todo lo que la afecta anticipa el comportamiento que tendrá la aceituna para aceite, cuya recogida comenzará a finales de octubre.
“Tenemos unas temperaturas muy altas y la planta antes de secarse se bebe el agua que tiene la aceituna“
Gabriel empezó a trabajar como agricultor con 18 años en una explotación familiar y cuando cumplió 40 adquirió la finca de 16 hectáreas en la que nos encontramos, ubicada en la localidad de Montalbán de Córdoba, en plena Campiña Sur Cordobesa. Con unas aceitunas arrugadas en las manos, nos explica cómo afecta la sequía a sus árboles: “En este tiempo tenemos unas temperaturas muy altas y la planta antes de secarse se bebe el agua que tiene la aceituna. Ella se la bebe y se mantiene. Entonces la aceituna se arruga y su proceso natural, pues no va bien. Luego repercutirá en menos aceite, menos kilos... En menos, todo”.
El precio se triplica
Córdoba es la segunda provincia en volumen de producción de aceite de oliva en España. En nuestro país el olivar abarca 2,75 millones de hectáreas y su cultivo está presente en 15 de las 17 comunidades autónomas. Aunque este año los agricultores como Gabriel van a recibir hasta el triple por cada kilo de aceituna que cosechen, nos recuerdan que sus gastos de producción en productos fitosanitarios, gasóleo o electricidad también se han triplicado y, sin embargo, sus cosechas van a ser mucho más pequeñas.
“No es justo que haya un margen de beneficio de un 700% para la industria o la distribución, nunca para el productor“
Aunque uno de los factores de la multiplicación, el precio por kilo, se va a triplicar, el otro va a disminuir otro tanto. Además Miguel Cobos se queja de que la Ley de la Cadena Alimentaria no se está cumpliendo: “Lo que no es de recibo es que un kilo de aceituna de verdeo, por ejemplo, que se lo están pagando este año y otros años este año a 1,15 el kilo de aceituna, otros años a 50 céntimos el kilo de aceituna. Y luego el consumidor una vez que está envasado en el lineal, pague 6 euros por ese kilo de aceituna. Pues eso es lo que no es justo, que haya un margen de beneficio de un 700% para la industria o para la distribución, pero nunca para el productor”.
“Los precios en origen han subido casi al doble de la campaña pasada y los precios al consumidor un 35%“
Pero desde la industria Primitivo Fernández, Director de la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Recicladores de Aceites Comestibles (ANIERAC), afirma que sus costes de producción también se han incrementado y además “los precios en origen han subido casi al doble de lo que teníamos la campaña pasada, mientras que los precios al consumidor han subido un 35, un 36%, según dice el propio INE. Eso quiere decir que todos los que estamos después, los refinadores, los envasadores y la distribución, hemos reducido nuestros márgenes donde los había y hemos intentado llegar al consumidor con el precio más asequible posible”.
Se desploma el comercio exterior
En cuanto al comercio exterior, en circunstancias normales España produciría casi la mitad del aceite de oliva que se consume en el mundo. De hecho, y a pesar de la mala cosecha, en 2022 hubo un incremento del 25 por ciento en las exportaciones. Pero para este año, según Rafael Pico, Director General de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (ASOLIVA), se prevé un descenso de hasta un 45%.
“En España ha disminuido un 30% el consumo de aceite de oliva, y en el mercado internacional un 40% “
Una disminución que preocupa porque “siempre que hay una subida tan bestial de los costes de producción en el origen y con la repercusión que tienen los mercados, hay una desviación de consumo hacia otros aceites vegetales. Ha pasado en España. En España vemos que ha disminuido un 30 o 35% el consumo de aceite de oliva y en el mercado internacional ha descendido un 40, 45% en volumen”.
Hace dos meses supimos que muchos españoles estaban cruzando la frontera hacia Portugal para comprar “aceite más barato”. Las redes sociales se llenaron de mensajes donde se señalaba la supuesta incoherencia en el hecho de que el aceite de oliva fuera más barato en países como Irlanda o Bélgica que en España, el mayor productor mundial.
“Esos aceites que estamos viendo en otros mercados, con un precio sensiblemente inferior, es porque se exportó hace tiempo“
Para los analistas la razón fundamental reside en que la mayoría de las operaciones de exportación se realizaron al inicio de la campaña, en el mes de octubre de 2022 y “esos aceites que estamos viendo en otros mercados, con un precio sensiblemente inferior, es porque se exportó hace tiempo. Es un aceite que lleva tiempo en el lineal y no se ha vendido y tiene un precio… un precio, digamos, antiguo” nos dice Rafael Pico.
Además, España, junto con Grecia, son los dos países donde más aceite de oliva por habitante se consume: entre 11 y 12 litros al año. Un consumo que hace que difícilmente una botella de aceite de oliva permanezca durante meses en el lineal de un supermercado. De hecho, ahora mismo hemos comprobado que en los establecimientos de Elvas, al otro lado de la frontera, cerca de Badajoz, los precios del aceite de oliva español son similares a los que encontramos en España.
Aumenta el precio de la distribución
En el ámbito de la distribución también se señala al incremento del precio de la materia prima como la causa fundamental de la escalada en el caso del aceite de oliva. Pero además, señalan factores propios a su actividad, como los precios de los combustibles, de la energía y nuevas normas regulatorias.
Ahí tenemos, por ejemplo, el impuesto a los envases de plástico de un de un solo uso que el Gobierno aprobó entrará en vigor el 1 de enero de este año –nos dice Felipe Medina, Secretario general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS)– y que supone aproximadamente una recaudación de 600 millones de euros, que es más o menos lo que se ha dejado de percibir con esa medida que también aprobó en paralelo el gobierno, que fue la de la reducción del IVA de determinados alimentos que afecta al aceite de oliva.
Organizaciones de consumidores denuncian especulación
Sin embargo, las organizaciones de consumidores han denunciado la existencia de un componente de especulación en la escalda y sospechan que algunos comercios han aprovechado para incrementar sus márgenes. “Habría que investigar también si está ocurriendo así, con envasadoras, con grandes empresas del sector o con pequeñas empresas del sector” nos dice Rubén Sánchez, Secretario General de Facua. Y añade: “El Ministerio de Agricultura aseguró que iba a llevar a cabo análisis en ese sentido. El ministro Planas lo dijo en diciembre, pero no ha cumplido su anuncio. Y por otro lado, el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón debería estar trabajando en buscar fraude, en buscar incrementos de márgenes ilegales porque están prohibidos este año. Es decir, estamos en un mercado libre de siempre, pero justo este año la rebaja del IVA prohíbe, además, según el Real Decreto ley, que la aprueba, que haya incrementos en los márgenes de beneficio de cualquier alimento afectado por esa bajada fiscal”.
Pero los distribuidores niegan la mayor y aseguran que no existe ninguna práctica especulativa en el sector: “La mayor garantía que tenemos los consumidores en España de que los PVP son los más bajos posibles es la gran competencia que hay de empresas, de formatos, de tipo de tienda a nivel de consumidor final”, responde Felipe Medina, y añade que “además, es que ha ocurrido durante este año un hecho muy significativo que es que tres informes de tres organismos públicos han avalado que los márgenes de las empresas de distribución alimentaria en los últimos años no sólo no han crecido, sino que han menguado”.
El cambio climático impacta en el olivo
El sector olivarero emplea a más de 350.000 agricultores, mantiene otros 15.000 en la industria y general más de 32 millones de jornales por campaña. Es la principal actividad en muchos municipios y cumple un papel fundamental en la vertebración del medio rural, siendo soportado por un importante movimiento cooperativo. Razones más que suficientes como para mirar al problema de fondo que está detrás de la escalada de precios actual.
“España está en primera línea del impacto del cambio climático en Europa“
Más allá de la coyuntura económica existe un factor determinante que mira al futuro. “España está en primera línea del impacto del cambio climático en Europa. Y lo que es peor, en el caso del aceite de oliva, el Mediterráneo está en el primer frente del impacto del cambio climático”, nos dice Tomás García Azcárate, “con lo cual los países que nos podrían completar en la oferta. Turquía, Túnez, en menor medida, Marruecos, Italia o Grecia están exactamente como nosotros. Por lo tanto, el aceite de oliva es un producto que va a sufrir claramente el impacto del cambio climático”.
La falta de agua y las altas temperaturas, consecuencias del cambio climático, han colocado a España, líder mundial en producción, superficie y comercio exterior del aceite de oliva, en un terreno desconocido, y son los agricultores los primeros y los más concernidos.
“Necesitamos nuevas tecnologías que hagan posible luchar contra esas consecuencias de ese cambio climático“
Para Miguel Cobos de UPA-Córdoba, es imprescindible que la administración invierta en el medio rural para que siga vivo: “Necesitamos innovación, necesitamos digitalización. Necesitamos nuevas tecnologías que hagan posible luchar con más herramientas modernas contra esas consecuencias de ese cambio climático”.
Y todos apuntan de una manera más o menos directa a la necesidad de que por fin se pueda contar en nuestro país con un Plan Hidrológico Nacional que mire al futuro y ayude a nuestro campo a adaptarse al cambio climático, un hecho que ya está presente en todas las facetas nuestras vidas.