Claves de las elecciones presidenciales en Ecuador: González y Noboa llegan igualados y pendientes de los indecisos
- Las encuestas prevén un resultado ajustado, y muestran un alto número de indecisos
- El narcotráfico es el gran problema con el que tendrá que lidiar un gobierno que solo durará año y medio
Ecuador celebra este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales adelantadas, en las que se enfrentan Luisa González, del partido Revolución Ciudadana, y el empresario Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional.
Las encuestas (desde el 5 de octubre no pueden publicarse en medios de comunicación) no son concluyentes, pero todas muestran que el margen entre ambos será estrecho. El alto número de indecisos y las dudas en torno al apoyo real que conseguirá Noboa, un candidato con el que nadie contaba, contribuyen a que el resultado sea incierto.
En cualquier caso, quien gane tan solo gobernará año y medio, hasta el final de la legislatura, y deberá lidiar de manera inmediata con el gran problema del país hoy: el poder del narcotráfico.
Luisa González y la herencia del correísmo
La segunda vuelta será un nuevo ejemplo de la polarización de la política ecuatoriana, con una fuerte división entre partidarios y detractores del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
"Son dos candidatos que representan a dos sectores enfrentados" explica a RTVE.es María Dolores Ordóñez, investigadora del Instituto de Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá (Madrid). "Luisa González representa al sector de Correa, que podemos pensar que tendrá un 30-35 % de votos 'duros', estables, pero no es suficiente para ganar".
La candidata no tiene garantizado poder sumar apoyos por la izquierda, cree Ordóñez. "Su política sobre la explotación de recursos naturales va en contra de la visión más progresista, y ha dado muestras de conservadurismo muy fuerte en temas sociales, como religión o el aborto".
Además, genera rechazo el hecho de que pueda ayudar al expresidente a superar los casos que tiene pendientes con la Justicia.
"El escenario es parecido al de 2021", considera por su parte Silvio Falcón, politólogo y analista de América Latina. "En primera vuelta, el correísmo tuvo un gran bloque de votos, con más del 30 %, y en cambio en la segunda el candidato de la derecha tiene un plus, parte con cierta ventaja". "Pero parece que en esta ocasión el correísmo puede disputar la presidencia con más garantías", añade.
Para Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, el correísmo cuenta con un "grupo sólido" en la Asamblea Nacional y más experiencia en gestión de políticas públicas. Pero la candidata, en caso de ganar, no gobernará en las mismas condiciones que su mentor.
"Correa gestionó la mayor abundancia de recursos en la historia del país", recuerda Francisco Sánchez, mientras que hoy Ecuador ha de afrontar pagos de deuda pendientes y un fenómeno meteorológico del Niño que se prevé especialmente duro.
"El recuerdo de la buena gestión de Correa se ha ido diluyendo, y ha sido más fuerte el recuerdo del autoritarismo", considera Sánchez. El correísmo contraataca exhibiendo un discurso populista, "y eso implica polarización y movilización permanentes. Va a ser difícil que cree un nuevo ambiente de pacificación".
Noboa: de candidato sorpresa a mostrar sus errores
El candidato de Acción Democrática ha llegado a la segunda vuelta como un candidato sorpresa. Pero la investigadora del IELAT apunta que tiene "el peso y la carga" de ser hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, derrotado cinco veces en las elecciones.
"Noboa está tildado de representante de la evasión fiscal, de la gran empresa transnacional que no respeta las condiciones laborales, asegura María Dolores Ordóñez. "Su plan de gobierno oscila entre una política ultraliberal, que representa a un sector de la economía oligárquica, con una desconexión con los sectores más populares. Y su candidata a la vicepresidencia [Verónica Abad] tiene una línea ultraconservadora tanto en temas sociales como en económicos. Ha asegurado que quiere privatizar casi todos los servicios públicos".
Francisco Sánchez recuerda que Noboa partía, antes de la primera vuelta, de un porcentaje de intención de voto inferior al 5 %. "Había cierto escepticismo sobre sus capacidades, su posición política, discurso, etc., y no estaba visibilizado. Tenía una campaña muy tradicional, de proximidad, donde no se discutían cuestiones más de fondo".
En el debate de los candidatos, el resto de postulantes ni siquiera se molestaron en atacarle, por lo que él pudo hacer uso de la palabra a su antojo.
"Pero ahora él y su vicepresidenta han tenido que posicionarse sobre una serie de elementos y han caído en una serie de contradicciones - advierte Sánchez - Por eso han ido bajando en las encuestas. Lo que no sabemos es la velocidad".
En caso de ser elegido, Silvio Falcón destaca que el primer problema para Noboa será "no ya tener mayoría en la Asamblea, sino pactar con diferentes partidos políticos que den apoyo a sus iniciativas".
Denuncias coyunturales que pueden inclinar la balanza
"Es un escenario totalmente incierto, porque no sabemos qué va a llevar a que los electores voten por uno u otro. Lo vimos en la primera vuelta: es un caso de estudio que un candidato suba 10 puntos en una semana, como pasó con Noboa", explica el director del Instituto de Iberoamérica.
“Es un escenario totalmente incierto, no sabemos qué va a llevar a que los electores voten por uno u otro“
María Dolores Ordoñez advierte de que las encuestas no son fiables por "tendenciosas", ya que "en la primera vuelta orientaron el voto más que dar información", y cree que las campañas de opinión pública pueden marcar la tendencia de último momento.
En las últimas semanas han aparecido en redes sociales rumores sobre supuestas cuentas de González en paraísos fiscales, y otros que relacionan a Noboa con el narcotráfico. "Muestran la debilidad del sistema de partidos, que no tienen una base social y se mueven al ritmo de la coyuntura", se lamenta la investigadora de la Universidad de Alcalá.
Ordóñez señala por último que, en caso de una diferencia muy pequeña entre los candidatos, el Consejo Nacional Electoral puede tener la última palabra. Varios de sus miembros son considerados en Ecuador como partidarios del correísmo.
El narcotráfico, el mayor reto del nuevo gobierno
Quien quiera que dirija los destinos del país latinoamericano durante el próximo año y medio, hasta terminar la legislatura iniciada por Guillermo Lasso, tendrá que lidiar con el gran problema actual del país: el poder que ha obtenido el narcotráfico. El asesinato a tiros del candidato presidencial Fernando Villavicencio demostró que el crimen organizado se ha asentado en el país en los últimos años, proveniente de Colombia, e intenta condicionar la vida social y política.
El director del Instituto de Iberoamérica destaca que el narco supone un reto para todos los países, incluso aquellos con más desarrollo y fortaleza estatal, como Suecia u Holanda. "El problema en Ecuador es que no hay dinero", se lamenta.
Para la investigadora del IELAT, el mayor reto es la penetración del narco en instituciones como la Policía o el sistema judicial. "Veo muy difícil que se lleve a cabo una limpieza total, porque cualquier gobierno va a entrar con debilidad", considera, aunque no descarta que haya más colaboración con organismos internacionales o algún golpe llamativo de cara a la opinión pública. "Pero poco va a ser lo que podrán enfrentar en términos de una estrategia de seguridad", se lamenta.
Falcón no duda de que este será el primer tema en la agenda del ganador, y aprecia una diferencia de tono entre ambos candidatos. "El de Noboa es de mano dura, una política de máximos, incluso crear cárceles específicas y militarizar por momentos el espacio público. González también ha hecho propuestas contundentes, pero menos".
Sin embargo, la limitación del mandato condicionará sus actuaciones. "Podemos encontrarnos con medidas efectistas, pensando en las siguientes elecciones, pero sin impacto real, por ejemplo con muchas detenciones pero que después los procesos judiciales no salgan adelante, porque la administración de Justicia está saturada", prevé el politólogo.
Falcón cree que el reloj de la política ecuatoriana no se pondrá a cero el 15 de octubre, sino que la jornada puede ser el pistoletazo de salida de una larga precampaña para las siguientes elecciones.