Las previsiones auguran un final de año caluroso y lluvioso, pero no lo suficiente como para acabar con la sequía
- España continúa en situación de sequía meteorológica de larga duración, que se inició en 2022
- Frente al calor anómalo del inicio de octubre, una intensa borrasca "barrerá" la península a partir del jueves
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé que lo que queda de otoño y los meses de invierno meteorológico, hasta febrero, serán con gran probabilidad más cálidos de lo normal. El organismo también espera, con aproximadamente un 50% de probabilidades, que el trimestre noviembre-enero, así como febrero, sean más lluviosos de lo normal, aunque esta situación no terminaría con la sequía meteorológica prolongada que comenzó a finales de 2022.
Del Campo también ha avanzado, frente al calor anómalo del inicio de octubre, la llegada de una próxima "profunda e intensa" borrasca a partir del jueves, que "barrerá" la península y dejará lluvias sobre todo en la mitad occidental y en la zona centro, con acumulaciones de hasta 40 litros por metro cuadrado o más en una hora.
El portavoz de la AEMET ha confirmado en un encuentro informativo con medios de comunicación que España está en situación de sequía meteorológica de larga duración y que el último año hidrológico, 2022-2023, que terminó el 30 de septiembre, ha sido seco, el sexto más seco del siglo y el duodécimo más seco desde 1961, cuando comenzó la serie histórica.
Así, ha señalado que las precipitaciones han dejado este año hidrológico en España un total de 560,7 litros por metro cuadrado, cuando lo normal serían 640,1 litros por metro cuadrado, lo que representa un 12% menos de lo normal. No obstante, ha añadido que por zonas el año hidrológico fue incluso muy seco en el suroeste y el nordeste de la Península y en las islas Canarias orientales mientas que en áreas del cuadrante noroeste peninsular resultó ligeramente más lluvioso de lo normal.
De este modo, Del Campo confirma la situación de sequía de larga duración, que se inició en 2022 y destaca que las cuencas donde es más intensa son la del Pirineo oriental, sobre todo en Cataluña, y la del Ebro, es decir el tercio noreste peninsular, aunque insiste en que "todas" las cuencas de acumulación de precipitación están en esa situación.
De hecho, ha subrayado que las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y Sur sufren en la actualidad la sequía meteorológica más duradera, desde, al menos 1961 y apunta que en estas tres cuencas la sequía se inició en la primavera de 2016, hace más de siete años. "No es la sequía más intensa, pero sí la más larga de toda la serie histórica, que comenzó en 1961 y supera ya en duración a las de los años 80 y 90", ha comentado Del Campo, que explica que desde hace siete años no se ha logrado salir de esa situación en la zona.
El portavoz ha comparado la actual con las sequías de las décadas de 1980, 1990, de los 2000 y las de los últimos años, y concluye que la presente "no es tan larga como las de los principios de este siglo o las grandes sequías de finales del siglo XX, pero bueno, es una sequía que ya va alcanzando cierta intensidad".
Inicio de octubre extremadamente cálido
Por otro lado, se ha referido a la situación de calor especialmente anómala que ha atravesado el conjunto de España durante la primera quincena de octubre, que ha confirmado como "la primera quincena más cálida de la serie histórica con diferencia, superando a la de 2017" en 1,5 grados centígrados y que ya fue 3,3ºC por encima de lo normal. "Ha sido extremadamente cálida", apunta.
De hecho, ha precisado que la primera quincena de octubre ha tenido una anomalía positiva de temperatura de 4,8ºC más cálida de lo normal y ha acumulado once récord consecutivos de días cálidos, desde el 28 de septiembre al 9 de octubre. En cuanto a Canarias, apunta que esta ola de calor podría ser la más larga en el archipiélago de toda la serie, al menos desde 1950.
"Se trata de una ola de calor extraordinaria, muy anómala, con temperaturas muchos casos propias de finales de agosto más que de octubre", ha valorado el portavoz, que añade que Canarias está inmersa en la que podría ser su ola de calor más larga desde que hay registros. Asimismo, ha hecho hincapié en lo extraordinario de este episodio cálido de octubre, que atribuye preliminarmente al cambio climático y al fenómeno meteorológico 'El Niño', que "ya es robusto".
Además, a lo largo de 2023 se han registrado 31 récord de días cálidos hasta el 15 de octubre y "ninguno de frío", algo que en un clima teórico no alterado se situaría en unos cinco récord de calor y frío respectivamente. "Llevamos seis veces más de récord cálidos y ninguno de récord fríos", subraya Del Campo, que señala que la proporción en esta década es de 26 récord de calor por cada uno de frío, que suman 183 récord de días cálidos y siete de días fríos en los últimos diez años.
"Es una señal clarísima de cómo un aumento de la temperatura media se traduce en un incremento muy grande de los fenómenos extremos relacionados con las altas temperaturas", concluye.
¿Periodo más lluvioso de lo normal?
En lo que queda de año y los dos primeros meses de 2024, el portavoz observa una gran incertidumbre dado que los distintos modelos de predicción no se ponen de acuerdo, pero considera que "con mucha cautela" el escenario más probable es que con un 40 a 50% de probabilidades, ese periodo será más lluvioso de lo normal en la mayor parte de la Península, aunque no hay una señal clara ni para el Mediterráneo ni para Canarias.
En cuanto a la probabilidad de que sea más cálido de lo normal el periodo comprendido entre octubre y febrero, contempla un escenario más robusto, de entre un 60 y un 70% de posibilidades de que así sea e incluso más de un 70 por ciento en puntos del noroeste, del tercio sur y de los archipiélagos. "Parece que continuará el ambiente cálido ya en lo que queda de año 2023 y comienzos del 2024 y que el primer trimestre del nuevo año sea también, con más cautela, más lluvioso de lo normal", ha concluido.
En todo caso, ha indicado que para terminar con la sequía meteorológica de larga duración entre este otoño e invierno tendrían que darse dos estaciones "muy, muy lluviosas", de los más lluviosas de la serie histórica.
En concreto, estima que si en los dos últimos años han caído en torno a 230 litros por metro cuadrado para el conjunto de España de lo que tendría que haber llovido, para que este otoño e invierno vuelvan los valores normales, tendría que llover, al menos 230 litros por metro cuadrado de más. "Y eso desde 1961 sólo ha pasado una vez, en 1965", rememora.