Los países de la Unión Europea alcanzan un acuerdo para desbloquear la reforma del mercado eléctrico
- Estaba enquistada por un enfrentamiento entre París y Berlín por el trato que debe concederse a las centrales nucleares
- El texto final tendrá que negociarse con el Parlamento Europeo, con el fin de finalizar la reforma antes de que acabe el año
Los países de la Unión Europea (UE) han conseguido este martes desbloquear la reforma del mercado de la electricidad, que estaba enquistada por un enfrentamiento entre París y Berlín a propósito del trato que debe concederse a las centrales nucleares.
La Presidencia española del Consejo de la UE ha logrado el acuerdo de todos los países, salvo Hungría, con una propuesta de última hora que ha logrado despejar las dudas de Alemania sobre las posibles ventajas competitivas que podría obtener Francia a través de sus centrales atómicas.
"Me vais a permitir que os agradezca y os aplauda a todos por vuestro espíritu constructivo", ha dicho la vicepresidenta tercera y ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, antes de que los ministros de Energía de los Veintisiete comenzaran a aplaudir.
Por su parte, la ministra francesa, Agnès Pannier-Runacher, ha tomado la palabra tras el pacto para subrayar que se ha encontrado un "equilibrio que habrá que preservar estrictamente" en la negociación con la Eurocámara.
El texto final tendrá que negociarse con el Parlamento Europeo, con el objetivo de finalizar la reforma antes de que acabe el año.
La Comisión Europea, los Estados miembros, el Parlamento Europeo y la industria eléctrica querían acometer el ajuste de mercado y coincidían en las grandes líneas: facilitar el despliegue masivo de renovables con precios baratos y estables a largo plazo para acercar a la UE a sus objetivos climáticos y para alejarla de los hidrocarburos de Rusia.
Negociaciones durante meses y con posturas enfrentadas
No obstante, cabe recordar que este ha sido un tema que ha estado presente durante meses y ha persistido un desacuerdo con una doble vertiente. De hecho, el pasado mes de junio, los países de la UE fracasaron en su intento de llegar al acuerdo que este martes se ha alcanzado consensuar, y entonces fue porque Alemania y Luxemburgo consideraban que suponía un beneficio excesivo para Francia. Entonces la Presidencia corría a cargo de Suecia, que decidió aplazar el debate e intentar suavizarlo en reuniones a nivel diplomático.
Por un lado, hay una dimensión ideológica que enfrenta a Francia con Alemania a propósito de la energía nuclear y, por otro, la desconfianza competitiva entre las dos grandes economías de la UE.
Alemania (con el apoyo de socios de Países Bajos, Dinamarca, Italia o Luxemburgo) teme que Francia (que tiene el respaldo de países como Hungría, Rumanía, Croacia, Eslovaquia o Malta) consiga una fuente continua de ingresos en forma de ayudas de Estado para su industria a través de los llamados contratos por diferencia (CfD), mientras que un tercer bloque presionaba por cerrar el expediente cuanto antes.
Los CfD permiten que el Estado acuerde un precio estable por la compraventa de electricidad en un plazo fijo con un generador y después se devuelve a la diferencia en función de si el precio final ha sido más alto o más bajo de lo pactado.
París quería que su parque potente nuclear pudiera beneficiarse de los llamados CfD, mientras que Berlín temía que las centrales atómicas amortizadas del país vecino generasen unos ingresos extraordinarios que pudieran revertir en la industria gala, mermando la competitividad germana.
El cisma eléctrico, prácticamente inalterado desde que la Comisión Europea presentara su propuesta original el pasado marzo, residía esencialmente en un artículo, el 19.b, que regula esos contratos.
Respaldo de la mayoría de socios y una nueva versión para buscar el acuerdo
La Presidencia española del Consejo de la UE había conseguido ya el respaldo -con matices- de Suecia, Bélgica Irlanda, Finlandia, Eslovenia, Lituania, Polonia, Estonia, Letonia, República Checa, Grecia y Portugal. Este martes, en el Consejo de Ministros europeos de Energía celebrado en Luxemburgo, Teresa Ribera, en el papel de árbitro comunitario, ha presentado una nueva propuesta, la novena, buscando un término medio entre ambos bloques y que finalmente ha resultado tener éxito.
Se ha acordado que esos contratos por diferencia se puedan aplicar a todas las nuevas instalaciones de generación, las que amplíen su capacidad y extiendan su vida útil, independientemente de si se refiere a plantas nucleares u otras tecnologías. En todo caso, se respetará que en algunos casos los CfD no se apliquen de forma automática, sino que -como hasta ahora- tengan que obtener el visto bueno de la Comisión Europea a la luz del régimen de ayudas de Estado.