La Universidad de Barcelona investiga la muerte de un bioquímico que estudiaba una enfermedad mortal
- Quiere averiguar el origen y propósito de miles de muestras "no autorizadas", descubiertas en un congelador de su laboratorio
- Antes de morir, el científico sufrió los síntomas de la enfermedad degenerativa Creutzfeld-Jakob, que él investigaba
La Universidad de Barcelona (UB) está investigando la muerte en 2022 de un bioquímico que centraba sus estudios en la enfermedad de Creutzfeld-Jakob, un trastorno neurológico mortal, degenerativo y poco frecuente. La institución quiere averiguar el origen y propósito de miles de muestras "no autorizadas" y "potencialmente peligrosas", descubiertas en un congelador de su laboratorio 4141, donde trabajaba el fallecido, según ha avanzado este jueves El País y ha confirmado el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) en un comunicado recogido por la agencia Efe.
De acuerdo con estas fuentes, el bioquímico empezó a trabajar en el laboratorio, situado en la Facultad de Medicina de l'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), en enero de 2018 como investigador principal con grupo propio. Con su trabajo junto a su esposa, logró identificar sustancias características en el líquido cefalorraquídeo útiles en el diagnóstico de demencias rápidas.
En noviembre de 2020 el científico pidió la baja tras un tiempo encontrándose mal, confirmó con sus colegas que los síntomas que padecía eran compatibles con la enfermedad de Creutzfeld-Jakob, pidió privacidad absoluta y ocultó el diagnóstico, precisa el diario.
Muestras no autorizadas y potencialmente infecciosas
IDIBELL ha precisado en el comunicado que sus responsables fueron informados "por el jefe del laboratorio que se habían encontrado muestras potencialmente peligrosas almacenadas en congeladores de esta instalación" y que la situación "fue abordada inmediatamente y con la debida diligencia".
Las muestras, que también pertenecían a animales, estaban en un cajón reservado para el grupo del científico fallecido, sin registro de entrada, según la información de este jueves en El País. El diairo fecha el hallazgo de estas muestras en diciembre de 2020 y habla de muestras no autorizadas sospechosas de líquido cefalorraquídeo de personas con enfermedades neurodegenerativas, entre ellas la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Por su parte, el IDIBELL ha informado de que el laboratorio 4141 "fue clausurado unas horas después de ser notificados sobre la existencia de las muestras" y que, "al cabo de cuatro semanas, una empresa especializada lo descontaminó".
Seguidamente, se identificó a las personas que habían trabajado en el mismo, según declaraciones obtenidas por Efe del director del IDIBELL, Gabriel Capellà, y se les comunicó el riesgo al que potencialmente habían podido ser expuestos y se les ofreció la realización de pruebas médicas y apoyo psicológico.
Las muestras halladas fueron trasladadas a unas instalaciones de máxima seguridad y se enviaron a analizar. En marzo de este año 2023, el análisis demostró que eran positivas en priones, es decir, que eran potencialmente infecciosas, lo que se comunicó a los trabajadores afectados.
En el comunicado se afirma que el campus "no dispone de instalaciones necesarias para desarrollar experimentos con muestras priónicas y el comité de bioseguridad de IDIBELL nunca ha autorizado ningún estudio con éstos".
La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es un trastorno cerebral que puede provocar la muerte en poco tiempo, es degenerativa y poco frecuente, raramente transmisible y afecta aproximadamente a una persona de cada millón por año en todo el mundo. Los síntomas iniciales más frecuentes de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob son falta de coordinación muscular, pérdida de memoria y confusión y estos dos últimos se asemejan a los de otras demencias, como el alzhéimer.
El fallecido era miembro del Instituto de Investigación Biomèdica de Bellvitge, institución que junto al consorcio de investigación biomédica CIBER y la UB han comenzado las pesquisas.