Enlaces accesibilidad
Premios Princesa de Asturias 2023

Kipchoge y Murakami cruzan sus carreras en Oviedo

  • El keniano y el japonés recogen los Premios Princesa de Asturias de las Letras y los Deportes
  • El autor de 'De qué hablo cuando hablo de correr' es un consumado corredor de maratón

Por
Fotomontaje de Eliud Kipchoge y Haruki Murakami.
Fotomontaje de Eliud Kipchoge y Haruki Murakami.

Ambos son referentes mundiales en la disciplina que dominan: la literatura y el atletismo. Quizás por ello Haruki Murakami y Eliud Kipchoge han paseado por Oviedo con unas zapatillas de correr, material de trabajo para el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2023 y reflejo de una pasión para el Premio de las Letras de la presente edición.

[Los mejores momentos de la carrera de Eliud Kipchoge

Allá por 2007 publicaba el escritor japonés su libro ‘De qué hablo cuando hablo de correr’, una crónica de su evolución como corredor de maratones y carreras de ultrafondo sin poder imaginar que algún día iba a compartir focos y galardón con el considerado por los especialistas ‘mejor maratoniano de todos los tiempos’.

La aparición de su libro coincidió con la medalla de plata conquistada por el keniano en la prueba de los 5.000m del Campeonato del Mundo de Atletismo, precisamente en la ciudad nipona de Osaka, que dista 48 kilómetros de Fushimi-Ku, localidad de nacimiento del escritor, lugares que distan entre sí tan solo 48 kilómetros, excediendo en apenas seis de la mítica distancia -42 kilómetros y 195 metros- en la que Eliud Kipchoge se ha erigido como una figura de referencia mundial.

"Correr es tanto un ejercicio como una metafora"

“Para mí correr es tanto un ejercicio como una metáfora. Al correr día a día y acumular carreras, poco a poco voy poniendo la cima más y más arriba, y a medida que voy subiendo la cuesta, me voy elevando a mí mismo. Al menos ese es el motivo por el que me esfuerzo cada día: para superarme a mí mismo. La pregunta es saber si he mejorado algo en comparación con el día anterior”, escribe Murakami.

Cuestión categóricamente afirmativa para el plusmarquista mundial de maratón (2:01:09 Berlín 2022) hasta el pasado 8 de octubre, cuando su compatriota Kelvin Kiptum superó su anterior récord en Chicago (2:00:35).

Aficionado a la lectura, a Eliud Kipchoge, apodado ‘El Filósofo’, no es extraño verlo con un libro entre las manos en el tiempo libre que le permiten sus entrenamientos en Eldoret, sobre todo libros de motivación, negocios y autobiografías, títulos que le han inculcado la importancia de “trabajar duro, ser serio en su profesión, aprender a convivir con las personas y sentir gratitud”.

Kipchoge, apodado 'El Filósofo' por su visión estratégica de la carrera

No sabemos si en la biblioteca del atleta de 38 años abundan las novelas de ficción o incluso si en algunas de sus baldas reside alguno de los numerosos títulos del escritor de 74 años, pero a buen seguro que Kipchoge, reconocido por sus valores estratégicos en carrera comparte algunas ideas expresadas en el siguiente párrafo del libro del japonés.

"Como estoy en un periodo en que lo que busco es aguantar y aumentar la distancia que recorro. Cuando siento la necesidad de correr más rápido, simplemente incremento la velocidad. Pero, si aumento el ritmo, acorto el tiempo de carrera, así que consigo aplazar hasta el día siguiente las buenas sensaciones que experimenta mi cuerpo al correr. Idéntico truco utilizo cuando escribo una novela larga: dejo de escribir en el preciso momento en que siento que podría seguir escribiendo. Si lo hago así, al día siguiente me resulta más fácil reanudar la tarea".

Murakami: "Sólo los disciplinados son libres en la vida"

Quizás el doble oro olímpico comparta esta tesis del escritor japonés sobre sus entrenamientos y le dé algún que otro consejo extraído de sus innumerables sesiones de entrenamiento, de las que destaca su dedicación espartana porque, según ha afirmado en alguna ocasión "sólo los disciplinados son libres en la vida. Si eres indisciplinado eres esclavo de tus estados de ánimo y tus pasiones".

Creador original de mundos oníricos mezclados con la cultura pop, y puente entre los gustos de Asia y Occidente, Murakami ha compatibilizado su tarea de escritor con su afición a correr, algo que comenzó como un impulso irrefrenable, como una auténtica pasión.

"Yo no comencé a correr porque alguien me dijera: 'Por favor, ¿podría hacerse corredor'? Asimismo, tampoco empecé a escribir novelas porque alguien me pidiera: "Hágase novelista, por favor". Un día, sencillamente, empecé a escribir novelas porque me gustaba. Y otro día sencillamente, empecé a correr porque me gustaba. Hasta ahora he vivido sencillamente lo que me gusta y como me gusta. Y nunca aunque la gente me intentase refrenar o aunque recibiera críticas malintencionadas, nunca he variado mi forma de actuar. Alguien así, ¿qué más puede pedir?", afirma Murakami en la parte final de su libro, una reflexión sobre la que quizás puedan conversar los dos premiados en los Premios Princesa de Asturias.

De lo que a buen seguro hablen ambos referentes es del objetivo de Eliud Kipchoge de crear una biblioteca en cada escuela pública de Kenia "para que los niños tengan acceso al conocimiento y a buenos libros, de manera que logren contribuir al desarrollo del país".