Blanca Portillo: "Teresa de Jesús fue subversiva y podemos aprender de ella a luchar por lo que creemos"
- La actriz encarna a la religiosa en Teresa, la última película de Paula Ortiz
- La cinta es una adaptación del texto dramático de Juan Mayorga, La lengua en pedazos
La raíz de la que ha brotado Teresa parte de la fascinación de la directora Paula Ortiz por la poética mística de la escritora, que le galvanizó cuando era estudiante.
Hasta la iluminación de la obra de Juan Mayorga, La lengua en pedazos, basada en
El libro de la Vida de Teresa de Jesús, en la que halló el mecanismo narrativo de aproximación a la religiosa con las suficientes garantías éticas y estéticas, afirma la cineasta, que ya adaptó a Lorca en la premiada La novia, una versión libre de Bodas de sangre.
Tras ocho años de reescritura de guión "a fuego lento" con la implicación absoluta de Mayorga, la Seminci ha acogido con expectación el estreno mundial fuera de concurso de Teresa. Una película que es una "criatura extraña, casi experimental"-como define Ortiz- que pulsa la "espiritualidad", "revolución" e "imaginacion" del personaje histórico, que eleva en la interpretación una inmensa Blanca Portillo.
¿Cómo se entreveran cine y teatro en un salto arriesgado? "La potencia gigante del texto dramático de Juan Mayorga me permitió hacer un relato de las experiencias de un personaje tan ancho como Teresa de Jesús, que con sus propias palabras sabía iluminar mundos de sensaciones", relata la directora.
"Me permitió representar cómo se quema su alma o la elevación existencial frente a la inmensidad de la naturaleza. Lo que he hecho es encontrar el lugar, los colores, la luz y darle forma cinematográfica", analiza Paula Ortiz sobre la base de la "lucidez y la inteligencia" de la escritura del dramaturgo. El autor español vivo más representado es otro gigante de las letras.
Las contradiciones como evolución
Teresa es una lucha dialéctica, también teológica, personal y política. El Inquisidor (Asier Etxeandía) se presenta en la cocina del convento-"entre pucheros anda Dios", se le atribuye como sentencia a la poeta- donde se desarrolla la acción-reacción del diálogo.
El interrogador hurga en su pasado familiar tras el rastro de un abuelo judío converso, en sus recuerdos de juventud-y sus tentaciones- o en su infancia fantasiosa como lectora de libros de caballerías (que asoma en imágenes oníricas en la interpretación de Greta Fernández), para obligar a la religiosa carmelita al cierre de su orden y el retorno a la ortodoxia.
En el escrutinio asfixiante ante su némesis solo hay tres opciones: libertad, cárcel o la hoguera. Ante el cerco, Teresa se ancla en la firmeza a través de su fe y del amor que todo lo atraviesa.
"Tenía todo en contra pero se lo saltó con una inteligencia y con una capacidad política, entre comillas, de ir manejando la vida para conseguir lo que quería. Quiero imaginar que en ese sentido todos podemos ser como ella en ese carácter subversivo y luchar por aquello en lo que creemos, que nada te aparte de tu voluntad, y transgredir las normas que no viene mal", señala Portillo.
La actriz, Espiga de Oro en la Seminci a su carrera, investigó en un convento de clausura para aproximarse al alma de esas mujeres que "hallaban la libertad en el silencio".
Un poliedro a varios niveles-santa, líder y pensadora- que interpela en su conexión contemporánea viva desde el siglo XVI. "Hay una frase que dice, 'las mujeres son mariposas con cadenas', que es feminismo avant la lettre y también la defensa del derecho a vivir bajo sus propias reglas", opina Paula Ortiz sobre un carisma que se ha codificado en numerosas películas y series.
"Teresa fue simbolo del franquismo y ahora se reivindica a la Teresa 'punki'. Tiene algo que cita el filósofo Walter Benjamin y es que hay personajes que son ángeles de la historia. Seres complejos en coyunturas tan complejas que iluminan porque pueden ser leídos bajo cualquier agenda cultural", redondea.
En la cinta vuelan las perlas de sabiduría en el lenguaje. Un enfrentamiento en el que Teresa combate contra sí misma en el abismo de la duda cuando la Inquisición cuestiona sus visiones.
"Para mí lo interesante es que dude porque no es una persona inmóvil en sus ideas. Duda hasta de sí misma y eso es enriquecedor. Si damos todo por hecho como inamovible, entonces no crecemos", piensa Blanca Portillo.
"Hay una frase de ella que repetimos mucho en el rodaje y con la que muchas personas se identificaban: 'en la contradicción está la ganancia'. Esta película llama a la reflexión y apela a la inteligencia del espectador", concluye "el Inquisidor" Asier Etxeandía.