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Día Nacional del TDAH

Cuando el TDAH se refleja en el trabajo: "Me costaba mucho seguir el ritmo, no paraban de decirme que era un desastre"

  • En España un 5,9% de menores y adolescentes y un 2,8% de adultos padecen trastorno por déficit de atención e hiperactividad
  • Los especialistas indican que hay gran parte de adultos sin diagnosticar y muchas veces se dan cuenta en la etapa laboral

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Una mujer con problemas de concentración, en una imagen de archivo
Una mujer con problemas de concentración, en una imagen de archivo

Paula (nombre ficticio) escuchó tantas veces que era un desastre en boca de sus compañeros de trabajo que creyó que lo era. "Llegó un momento que dije: no lo soy, mi cerebro trabaja de manera distinta", cuenta a RTVE.es. La joven, de 29 años, padece TDAH, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pero en ese momento no era consciente.

Como ella, en España un 5,9% de menores y adolescentes, y un 2,8% de adultos están diagnosticados de TDAH, según cifras de la Federación Española de Asociaciones de TDAH (FEAADAH). Pero según apuntan los especialistas, la realidad es que hay muchas personas que tienen el trastorno sin diagnosticar en la edad adulta, y en muchas ocasiones las dificultades aparecen cuando llegan al mundo laboral.

Por ello, las asociaciones resaltan, con motivo del Día Nacional del TDAH, la dificultad que supone la incorporación al ámbito laboral para un joven que sufre un trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Bajo el lema "¡Vamos allá! Mi futuro profesional, mi elección", insisten en la necesidad de hacer un buen diagnóstico en la edad temprana para que haya una intervención a lo largo de la infancia y la adolescencia.

Dificultades en el día a día y a la hora de trabajar

Laura León es operadora de cámara y sospechaba que podía llegar a tener TDAH, pero no se lo confirmaron hasta hace apenas un año. “Con el diagnóstico ya entendía por qué me distraía tanto y por qué me costaba tanto mantener la atención”, apunta.

Su trabajo se centra en los partidos de fútbol, y al principio le costaba mucho estar atenta a todo a la vez. "Estar pendiente de los jugadores, del árbitro, de los entrenadores, las faltas o las salidas de córner... Al principio era horrible".

Además, se dedica a hacer fotografías en bodas, bautizos y comuniones, y además de anotarse todos los eventos, suele llegar una hora antes por miedo a llegar tarde.

Su caso es uno de los muchos que trata la neuróloga pediátrica del Hospital Quirón de A Coruña Tamara Pablos. La doctora explica a este medio que muchos padres acuden a su consulta para valorar si su hijo tiene TDAH. "Se ven muy reflejados" porque han sido personas a las que "les ha costado mucho los estudios y han crecido con mucha frustración y demotivación, y en los trabajos les sucede lo mismo".

En concreto, los adultos que descubren que tienen el trastorno son personas que tienen dificultades para monitorizar su vida, no son capaces de concentrarse, de hacer tareas múltiples, se le olvidan las cosas, las citas, o no responden a las expectativas laborales que se esperan de ellos, detalla Jose Antonio Portellano, neuropsicólogo y profesor en la Facultad de Psicología de la UCM.

A María (nombre ficticio) le sucedía esto último, no llegaba a cumplir los resultados que le exigían en su trabajo y se tuvo que marchar. “Ahora entiendo que no me tengo que aferrar a un trabajo que no llega a entender las dificultades que tiene mi trastorno”, sentencia.

En el caso de Paula sucedía lo contrario, no aguantaba demasiado tiempo en un mismo puesto de trabajo porque la impulsividad le llevaba a que de un día para otro no quisiera continuar.

Problemas de autoestima y de culpa

A Laura le ha costado mucho esfuerzo adaptarse a su trabajo. “Al principio me costaba mucho seguir el ritmo y me decían constantemente que me tenía que concentrar más, y eso afectaba a la autoestima”, explica.

Esta sensación es muy común y se repite con frecuencia, según describe María del Carmen Ros, pedagoga y coordinadora técnica de ASPATHI. La especialista indica que cuando acuden a terapia se encuentran muy agobiados y con una sensación de culpa, ineficacia o torpeza.

Y de la misma manera les pueden llegar a percibir desde fuera, ya que en muchas ocasiones se les juzga o se les etiqueta como "personas vagas, incumplidoras, poco formales o poco comprometidas", según sostiene Portellano. "Se les pone estas etiquetas porque muchas veces se desconoce que la persona tiene TDAH", afirma.

Me decían constantemente que me tenía que concentrar más, y eso afectaba a la autoestima

Además, Ros sostiene que cuando empiezan un trabajo lo empiezan con mucho ímpetu y los primeros meses de trabajo funcionan muy bien, pero cuando pierden esa motivación, "su rendimiento baja".

Por ello, los especialistas explican que, aparte del tratamiento farmacológico con la psicoterapia, también se trabaja en ayudarles a tolerar la frustración, ofreciéndoles técnicas que les ayudan a desarrollar sus tareas.

Un ejemplo de ello es aprender a usar la agenda para que no se les olviden las tareas o las citas o adelantar una hora el reloj con el objetivo de que gestionen mejor los tiempos

La necesidad de entender sus dificultades

Larraitz Pampliega y Endika Bassa admiten que en su trabajo son conscientes de que tienen TDAH y cuando cometen algún error les ayudan y les explican las cosas con calma para que lo comprendan. “He tenido suerte porque mi jefa entendía que a veces se me podían olvidar las cosas”, apunta Larraitz.

"En algunos casos puede afectar a la relación con la familia y con la pareja", sostiene Portellano. Por ello, el especialista resalta que es fundamental que "las personas del entorno sepan como tratar a su familiar".

Pero no sucede en todos los casos y por ello, según explica la neuróloga Tamara Pablos, “deberían tener un apoyo o entender qué les ocurre para planificar el trabajo acorde a sus necesidades”. Y en este sentido, juegan un papel muy importante las asociaciones, como la de ANHIDA (A Coruña) , con la que colabora la doctora.