La hambruna cerca y agrava la situación de los gazatíes: "Si no hay comida, solo puedo intentarlo al día siguiente"
- Además del alimento, los gazatíes también comienzan a notar la falta de agua y electricidad
- La guerra entre Israel y Hamás, en directo
En la Franja de Gaza se repiten día a día las colas en torno a las pocas panaderías que siguen abiertas para conseguir un alimento. Muchas de ellas han tenido que cerrar porque, sin gas ni electricidad, sus máquinas no funcionan. Otras se han quedado sin harina o han sido bombardeadas.
"Estamos refugiados en una escuela, pero paso la mayor parte del tiempo en esta cola y, aun así, hay días que me quedo sin pan, porque se ha acabado antes de que llegue mi turno. Lo único que puedo hacer es volver al día siguiente", dice Wahid a las cámaras de RTVE.
Ni electricidad, ni agua, ni comida
"No sé ni cómo seguimos vivos. No hay electricidad. No hay agua. No hay comida. Empleo diez horas al día, simplemente, para conseguir un pequeño pan, que no es suficiente para mi familia", dice Nazih, que viene a pie desde muy lejos porque no hay otro medio de transporte.
Además, cada vez se ven por las calles menos coches debido a la falta de combustible, y estos han sido sustituidos por animales de carga.
También ha habido que reiventarse para cocinar, ahora lo hacen con leña, y en la calle. Cada uno acude con el recipiente que tenga y consigue las raciones que pueda.
El agua también comienza a faltar. "Cada día, desde el amanecer, estoy en la cola del pan. Por la tarde, vengo a la del agua. Es la única forma de que mis hijos coman y beban algo", dice Nour.
Desde que se abrió el paso de Ráfah, cada día entra en la Franja una media de 14 camiones con ayuda para más de dos millones de personas, cuando el flujo previo a la guerra era de 400 camiones diarios.