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'Viaje a la Luna' lleva al cómic la magia de Meliès

  • Fran Nuño y Enrique Quevedo adaptan a las viñetas el clásico del cine mudo
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Detalle de la portada de 'Viaje a la Luna'
Detalle de la portada de 'Viaje a la Luna'

En 1902 se estrenaba Viaje a la Luna, en la que George Meliès adaptaba el clásico de la literatura de Julio Verne. Una obra maestra que cambiaría el cine para siempre llenándolo de magia. Una magia que, más de 120 años después, el escritor y guionista Fran Nuño (El mapa de los buenos momentos) y el dibujante Enrique Quevedo (A veces me aburro), trasladan a las viñetas con su versión: Viaje a la luna (Sally Books).

Preguntamos a Fran por qué sigue siendo tan fascinante la obra de Meliés en general y Viaje a la Luna en particular: "Méliès fue un pionero, un adelantado a su tiempo, y pertenece a la historia del cine. Poca es la gente que no conoce su icónica escena del cohete clavándose en el ojo de la Luna, y hoy en día es una película que podemos ver cada vez que queramos, está totalmente a nuestra disposición, por lo que hace que esté más presente que nunca. Es muy difícil que cada nueva persona que descubre su obra no quede fascinada por ella. Todos esos efectos especiales, originados gracias a su profesión de ilusionista, siguen pareciendo realmente asombrosos, aunque pertenezcamos a otra época muy distinta.

Esta vez la idea de adaptar la película a las viñetas surgió del dibujante, Enrique Quevedo: “La idea del libro nace de mi pasión por Méliès, las máquinas, los autómatas... en fin, por ese mundo mágico suyo y por artilugios más o menos complicados y más o menos absurdos (me apasionaban aquellos inventos del TBO). También tiene que ver mucho el viaje, sobre todo el viaje del héroe. Y como desde siempre había querido hacer algo basado en el trabajo del gran mago del cine, evidentemente y como no podía ser de otro modo, tenía que ser este Viaje a la luna. Prácticamente todo el mundo conoce esa imagen de la luna con el cohete en el ojo”.

“Además -añade el artista-, el cine lo viví muy de cerca desde pequeño. Mi abuelo tenía un cine de verano en Chiclana (en invierno los dueños de otras salas me dejaban entrar gratis a ver lo nuevo que llegaba) y allí, sentado en aquellas incómodas sillas de madera plegables no sé lo que llegué a ver. Mucho. Mi padre es un apasionado de este arte y todo mezclado… ya ves, por algún sitio tenía que salir”.

En cuanto a por qué quiso colaborar con Fran, Enrique asegura: “Bueno, en principio pensé hacerlo sin texto o quizás añadiendo intertítulos como si de una película muda se tratara. Pero me acordé de las ganas de Fran de trabajar en un cómic, de su pasión (también) por la figura y obra de Méliès así que le propuse que me acompañara en el viaje y aquí estamos, en la luna”.

Página de 'Viaje a la Luna'

“El lector encontrará un buen número de diferencias”

Tratándose de un clásico de este calibre, preguntamos a Fran hasta qué punto han sido fieles a la obra de Meliès: “Para elaborar el guion del cómic me he basado en la propia película. Me la he visto mil veces. La hemos dividido en nueve capítulos, intentando dejar al lector con ganas de más al final de cada uno de ellos”.

“El lector encontrará un buen número de diferencias, pero también, como es obvio, muchas similitudes -añade el guionista-. Entre las diferencias, por ejemplo, veremos que los astrónomos protagonistas, en lugar de ser seis hombres, son tres hombres y tres mujeres y además van vestidos de astrónomos todo el tiempo (en la película llegaron a la Luna con la vestimenta de calle normal de la época). También hemos eliminado algunos detalles e incorporado escenas que no aparecen en la película, como cuando deciden votar para decidir quiénes van a realizar el viaje, algún gag que otro o el final, pues hemos ido con él algo más allá”.

“Como guionista -concluye Fran-, aparte de decidir número de viñetas en cada página y las correspondientes descripciones y tipo de plano para cada una de ellas, me he divertido mucho poniendo voz a una película muda. No obstante, el camino que trazó Méliès lo hemos respetado al cien por cien, de él no nos hemos desviado”.

Un completo reportaje sobre uno de los más destacados pioneros del cine, la animación y los efectos especiales. Más de 100 años después de sus primeros films, sus trucos siguen siendo claves para el 7º arte.

“Todo en ella es pura magia”

Preguntamos a Enrique qué cree que hace tan especial a esta película: “Creo que todo en ella es pura magia. El simple planteamiento de viajar y de hacerlo a la luna, la locura de disparar un proyectil que llegue al satélite, el alunizaje que no puede tener más gracia, los selenitas, la vuelta a la Tierra, cómo se mueven por la luna los personajes, respiran y caminan por el satélite como si estuviesen dando un paseo por el campo. También, cómo construye cada detalle, los decorados, el hacer todo con la entrega que debió hacerlo. Una pasión infinita. ¿Cómo si no se pueden hacer cosas así? ¿Y qué me dices del ritmo de la película? Otra maravillosa locura. ¡Cuántas cosas pasan en esos pocos minutos que dura!”.

Pero… ¿Qué se siente al recrear esa mítica escena del alunizaje?: “Lo primero: miedo -confiesa el dibujante-. Demasiado grande esa escena en la historia del cine para intentar plasmarla en el papel siendo fiel al estilo que llevaba de dibujo y sin destrozar la imagen de Méliès. Luego, cuando ya tenía más o menos claro cómo iba a ser, un placer enorme. Un gustazo”.

No es la única escena que les ha gustado recrear, como nos explica Fran: “A mí particularmente, por destacar solo dos, me gustó mucho ponerles voz a las estrellas y después también me divertí bastante en la huida de los astrónomos. Pero toda la historia es una delicia, por lo que ha sido un disfrute continuo recrearla en cómic”.

Página de 'Viaje a la Luna'

La Luna y los selenitas

En cuanto a la Luna que aparece en el cómic, Fran nos comenta: “La Luna que va a descubrir el lector es una Luna muy distinta a como es en realidad. Es un mundo totalmente fantasioso y lleno de misterios. En el cómic, como en la película, solo descubrimos algunos de ellos. Y los selenitas forman parte de esa fantasía. Para ellos “inventé” un “idioma” imposible de entender, pero animo a los lectores a que lo traduzcan según ellos crean, pues está creado para ello, para que cada lector juegue a saber qué está diciendo cada vez que habla un selenita”.

En cuanto a los míticos diseños de los selenitas Enrique confiesa: “Los selenitas (como todo en el cómic como te comentaba antes), quería que tuvieran la impronta de los diseños de Méliès pero a la vez que no fueran exactamente iguales a los suyos. No tendría esto último, desde mi punto de vista, mucho sentido. Vistos los suyos empecé a dibujarlos y por ahí fueron apareciendo hasta similitudes con personajes como los de Onibaba, el film de Shindo. Hay algo de esas máscaras de demonios japonesas en estos selenitas de nuestro Viaje a la luna (el tema de la máscara siempre me ha interesado; no sé, serán cosas de Cádiz). En fin, que el cine japonés también anda por ahí, aunque antes se me pasó citarlo. Otra vez el cine”.

Unos alucinantes diseños que han servido de inspiración al guionista: “Para escribir el guion me he visto la película una gran cantidad de veces. Y cada vez que tenía que recrear con palabras una escena avanzaba y retrocedía el vídeo para no dejar nada importante atrás o decidir si me planteaba algún cambio que le viniera bien al desarrollo del cómic. Evidentemente, me sumergía en el mundo meliesiano de tal manera que me sentía dentro de la historia y uno más de los astrónomos, como imagino que le ha tenido que ocurrir a Enrique, incluso más aún, al tener que recrear con dibujos la película. Durante el escaso cuarto de hora que dura el corto te sientes dentro de un lugar fantástico”.

Página de 'Viaje a la Luna'

Otras inspiraciones para el cómic

Además de la propia película, los autores se han inspirado en otras famosas obras, como confiesa el guionista: “Aunque la base la he tenido en la película, también me he servido, al menos como consulta, de las novelas en las que Méliès se basó para elaborar su guion, De la Tierra a la Luna, de Julio Verne, y Los primeros hombres en la Luna, de H. G. Wells. También he investigado sobre cómo se hizo la película. De hecho, para los extras del cómic he seleccionado y redactado unas cuantas curiosidades sobre ello. En fin, me he sumergido todo lo que he podido en el universo de esta historia”.

Visualmente, el dibujante también tiene otras inspiraciones: “Bueno, pues hay mucho de Méliès aquí como no podía ser de otra manera, pero también hay de muchos otros sitios. Reconozco que es mucha la influencia del cine de aquellos años y de alguno posterior. Te podría citar La mujer en la luna de Fritz Lang, la limpieza de las imágenes de Dreyer en general y su trabajo en Vampyr en particular, o a Bresson en El proceso de Juana de Arco o la genial Lancelot du Lac, entre otras. La misma Solaris de Tarkovski, la escena del pájaro mecánico del Casanova de Fellini o el Chris Marker de La jetée. El viaje de nuevo en La mirada de Ulises de Angelopoulos. Murnau y por supuesto Wiene. Sin olvidar a Sjoström, Stroheim o al Ophuls de Lola Montes”.

“A veces son pequeños momentos de las películas -añade el dibujante-, otras algo más, y en ocasiones, simplemente las sensaciones, emociones que me producen que luego se reflejan en mi trabajo casi sin querer. No se puede dejar a un lado a Luciano y sus Relatos verídicos, esos viajes fantásticos con todos los ingredientes: viaje por el mar, tempestades, viajes por los aires, llegada a la luna, heliotas y selenitas, y estamos hablando del siglo II d. C. Luego, como a casi todos los dibujantes de mi generación, José Ramón Sánchez me dio fuerte en aquellos años en los que dibujaba en la tele para los que éramos niños en aquella época y hoy en día aquí sigue, aún llevo todo aquello bien dentro. Era una cosa mágica, como lo de Méliès (desde aquí mi agradecimiento por todo aquello)”.

También los inventos del TBO, como te decía antes -concluye Enrique-. Los primeros cómics que leí, las Hazañas Bélicas o el Capitán Trueno. Había uno en casa, La guerra de los mundos que me marcó especialmente. Todo eso está en nuestro Viaje a la luna. No me olvido tampoco de Peter Max, Edelman, Peellaert, etc, (hay pequeños detalles en algunas viñetas que llevan a ellos) una estética, una forma de hacer que en este trabajo está presente muy de refilón pero que algunos ya han sabido ver y que es aún más evidente en dibujos que iba haciendo mientras trabajaba en el cómic pero pensando en otros proyectos. También Hergé, claro, sobre todo en Objetivo: la luna. Del mundo de la pintura, Pérez Villalta fue siempre un referente, y mucho más luego, cuando nos unió la amistad. Aunque ahora con la distancia estemos algo más desconectados siempre aparecen “pinceladas” en lo que hago”.

Página de 'Viaje a la Luna'

La importancia del color

Siendo ilustrador, el color es fundamental en el cómic. Por eso preguntamos a Enrique si se inspiró en la versión coloreada de la película: “No nos dejamos influenciar por esas versiones coloreadas. Desde las primeras páginas que dibujé tenía muy clara la paleta que iba a usar. Luz Marina Salas, mi mujer, se ha encargado en gran medida de esta parte, de lo contrario esto se hubiera alargado aún más. A partir de esas primeras páginas que hice, ella fue adaptándose a lo que tenía marcado desde que empecé. Luego hemos decidido entre los dos y en muchos momentos ella sola fue solucionando. Hasta que casi, casi se olvidó de mí (risas)”.

En cuanto al color hay tres partes en el tebeo (digamos que mandan los cielos en el fondo de las viñetas), una primera en la que predominan los azules oscuros para esos cielos aunque de vez en cuando rompa con negros e incluso marrones (simplemente porque la viñeta o la página funcionaban mejor así). Una segunda ya en la luna, en la que sí que los cielos son todos negros, y una tercera que coincide con la vuelta a la Tierra en la que empieza a amanecer y predominan rosas, anaranjados, etc. Hay en esta tercera parte algunas viñetas en las que aparecen los astrónomos solos, en las que el cielo detrás de ellos vuelve a ser negro… Parece ser que el grupo sigue en la luna. Y en la última viñeta, pues cerramos como cerramos. Ahí lo dejo”.

“En cuanto a los personajes principales -concluye-, me gustó la idea de relacionarlos con los colores de las fichas del parchís y moverlos por el libro como si del tablero de juego se tratara. El resto era cuestión de armonizarlo un poco con cielos y protagonistas”.

Página de 'Viaje a la Luna'

“Adaptaría todos los cortos de Meliès”

Preguntamos a Fran si le gustaría adaptar alguna otra película de Meliés: “La obra de Méliès es interesantísima, por lo que estaría encantado en seguir adaptándolo al cómic. Por elegir un corto, podría indicar Viaje a través de lo imposible, estrenado en 1904, y que, de alguna manera, es como una segunda parte de Viaje a la Luna, en este caso teniendo como objetivo al Sol. La película está basada en una obra de teatro de Julio Verne y Adolphe d´Ennery”.

No dibujaría uno de sus cortos… los dibujaría todos -añade el dibujante-. Son fuentes inagotables de inspiración. Pero si me das a elegir… quizás me quedaría con el Viaje a través de lo imposible, quizás de nuevo por el viaje, las máquinas y esa nave que nos deja ver lo que ocurre dentro, los decorados “excesivos” para la película, un derroche enorme de imaginación. Me parece fantástica. Karel Zeman (de hecho al principio del tebeo hago pequeños guiños a su obra a lo largo de las páginas del primer capítulo) también me interesa muchísimo, y aquí están muy cerca los trabajos de ambos”.

En cuanto a sus proyectos, Fran nos avanza que: “Estoy trabajando en el guion de la biografía de un importantísimo poeta español, espero acabarlo pronto. Y después tengo varias ideas en espera de que se puedan materializar, una de ellas tiene que ver también con el cine mudo y me gustaría que Enrique se encargara nuevamente del dibujo. Como escritor me interesa mucho el cómic y espero poder seguir trabajando en él todo el tiempo que pueda”.

“En cuanto a nuevos proyectos -concluye el dibujante-, me dije que iba a hacer una parada en el camino, a despegarme un tiempo de la mesa, pero es difícil. La cabeza no para de inventar y siempre está ocupada en estas cosas. No hay quien la detenga. Hay proyectos, claro, siempre. Como te decía antes, mientras dibujaba lo hacía a la vez para otras ideas; tengo páginas completamente dibujadas, siempre hay cosas, además de alguna propuesta de Fran. En fin, tengo ahora que ordenar todo esto y ver por dónde sigo y cómo lo hago. Pero el cine…”

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