La UNESCO pide reguladores independientes en las redes para acabar con la desinformación
- La UNESCO impulsa una estrategia para luchar contra la desinformación
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La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) ha propuesto un Plan de Acción para combatir la desinformación en redes sociales que reclama a estas plataformas responsabilidad y transparencia en el funcionamiento de sus algoritmos y el impulso de reguladores independientes para atajar las falsedades y promover un discurso que respete los derechos humanos.
El Plan de Acción presentado en París el 6 de noviembre por la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, se ha redactado con el objetivo de “preservar siempre la libertad de expresión como requisito cardinal”. Azoulay se muestra tajante en su propuesta para reaccionar frente a la difusión de bulos y desinformación en las redes: "Los medios de comunicación y las herramientas de información libres, de calidad e independientes son la mejor respuesta a largo plazo a la desinformación”.
Esta estrategia de la UNESCO se basa en siete principios que deben ser respetados. El primero es que el impacto sobre los derechos humanos sea la brújula para la toma de decisiones en cada etapa por todas las partes interesadas: gobiernos, autoridades reguladoras, sociedad civil y las propias plataformas. La UNESCO propone que en todas partes del mundo se establezcan reguladores independientes y públicos, con un papel claramente definido y recursos suficientes para llevar a cabo su misión. Este organismo subraya que deben trabajar en red y en estrecha coordinación, para evitar que las empresas digitales se aprovechen de las disparidades regulatorias entre los países, así como de los sesgos ya existentes entre distintos grupos presentes en las redes sociales (pág. 26).
En cuanto a los deberes que la UNESCO pone a las redes sociales, destaca la exigencia de una moderación de contenidos eficaz, en todas las regiones y en todas las lenguas. Para ello, emplaza a estas plataformas a contar con equipos de moderadores cualificados (pág. 45), que hablen todas las lenguas principales de sus redes sociales con el objetivo de que puedan llevar a cabo un control fiable y eficaz de los contenidos publicados en línea. La agencia de la ONU hace hincapié en que las redes deben rendir cuentas ante las partes interesadas informando sobre las denuncias y quejas presentadas por los usuarios (pág. 55).
Otra de las medidas que plantea a las plataformas se centra en solicitarles responsabilidad y transparencia en los algoritmos que regulan los flujos de mensajes y su viralización en cada una de las plataformas. La UNESCO advierte de que los algoritmos están actualmente diseñados para monopolizar la atención favoreciendo la desinformación y los discursos de odio por encima de la fiabilidad (pág. 6). Además, las redes sociales deberán adoptar más iniciativas para educar y formar a los usuarios en el pensamiento crítico y tendrán que ser más contundentes en las situaciones más delicadas, especialmente durante los procesos electorales y las crisis, una tarea por cuyo cumplimiento también deberán velar los reguladores independientes.
La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, ha subrayado en la presentación de esta estrategía que su organización es “la responsable de defender y promover la libertad de expresión, la independencia y pluralismo de los medios (pág. 3)”. Con 2024 en el horizonte, un año definido por la UNESCO como “súperelectoral, con elecciones generales simultáneas en 81 países”(min. 46:19), esta organización ha realizado una consulta a través del Instituto IPSOS a 8.000 ciudadanos mayores de edad de 16 de los países que celebran comicios para analizar el impacto que tienen en estas personas la desinformación y el discurso de odio en redes. La encuesta arroja una dicotomía contradictoria (pág. 6): las redes sociales se han convertido en la principal fuente de información para los ciudadanos, pero la mayoría de los consultados las ven poco fiables. El sondeo pone de manifiesto que el 87% de los ciudadanos cree que esta desinformación ya ha tenido un impacto importante en la vida política de su país y teme que influya en los resultados electorales. En consecuencia, el 88% de los encuestados desea que los gobiernos y los reguladores resuelvan rápidamente este problema con medidas específicas para las redes sociales.
A través de este plan estratégico, la UNESCO también quiere que las plataformas pongan en marcha una serie de medidas que garanticen la integridad electoral mediante el impulso de una mayor transparencia de la publicidad política y su orientación (pág. 58). También exige más control y rigor durante las situaciones de emergencia (pág. 60). En VerificaRTVE ya te hemos contado que conflictos como la invasión rusa de Ucrania o la guerra entre Israel y Hamás, catástrofes naturales como la DANA en España o el terremoto de Marruecos y procesos electorales como las generales en España o las presidenciales en Argentina son objeto recurrente de desinformación.