Actividades extraescolares, un reto económico familiar: "Si mi pareja no trabajara, no nos lo podríamos permitir"
- Idiomas, deportes, pintura... los hogares gastan 60 euros de media al mes en estas actividades por cada hijo, según la OCU
- Las asociaciones de madres y padres piden más ayudas para garantizar el acceso equitativo a un "ocio de calidad"
Idiomas, fútbol, música, natación… Las familias que apuntan a sus hijos e hijas a actividades extraescolares asumen un desembolso que puede ser crucial para su economía doméstica.
Azahara y su marido viven en Madrid y tienen dos hijos de 7 y 10 años que van a baloncesto. "Están federados y son 530 euros al año por cada uno", explica a RTVE.es, pero no es la única extraescolar que tienen. "El inglés es lo más caro porque entre la matrícula, el material y lo demás son unos 900 euros cada uno al año", dice. Haciendo cuentas, en este curso pagan más de 2.800 euros por las extraescolares de sus dos hijos, una cantidad considerable para la que han tenido que recortar de otros gastos menos prioritarios. "Por suerte, los dos trabajamos y tenemos una situación cómoda", reconoce.
Durante la semana, ella suele llegar a casa a las 16:00 horas y él, que tiene un turno partido, lo hace a las 19:00. "Aunque para llevarlos y recogerlos del cole tenemos a los abuelos, a día de hoy no lo hacemos por conciliar", explica, de forma que son ellos quienes llevan a los niños a unas extraescolares con las que buscan que hagan deporte y mejoren su nivel de inglés.
Aunque no tienen dificultades económicas serias, hace hincapié en que "septiembre y octubre siempre son meses más complicados, más que la cuesta de enero". Esto se debe a que están marcados por los gastos en material, libros y ropa de la ‘vuelta al cole’, una lista a la que se añaden las extraescolares.
Las familias desembolsan una media de 60 euros al mes por cada actividad, unos 730 euros anuales, según una encuesta de la OCU. Esto, indica la organización, lo notan más los hogares que tienen hijos que van a Educación Infantil y Primaria, etapas en la que es más habitual recurrir a estas actividades.
Querer apuntarlos, pero no poder pagarlo
No obstante, hay familias que lo tienen más difícil. Miriam y su pareja tienen un hijo de 3 años y quieren apuntarle a natación. "Sabemos que le gusta", cuenta ella, "pero las clases en un polideportivo con piscina cuestan como mínimo 30 euros al mes y, tal y como están los precios de todo, es demasiado para nosotros". Aunque tienen algo de dinero ahorrado, lo emplean en pagar la hipoteca, la luz y el resto de recibos de cada mes: "Quieres apuntar a tu hijo a clases porque sabes que aprenderá y lo pasará bien, pero ¿qué haces si no puedes pagarlo?".
Su situación económica no es la más holgada, ya que ella está en paro y le han denegado el Ingreso Mínimo Vital, de modo que también aguantan con la ayuda de algún familiar. No obstante, esto podría cambiar porque su pareja ha encontrado un empleo hace poco: "Cuando cobre, supongo que podremos apuntar a nuestro hijo a natación. Si no trabajara él, no nos lo podríamos permitir".
“"Cuando cobre, supongo que podremos apuntar a nuestro hijo a natación"“
Por tanto, sus dificultades se centran en lo económico. Aunque ella ahora está más en casa y reconoce que "toda su responsabilidad" es cuidar de su hijo, dice que una de sus prioridades es aumentar los ingresos en casa, lo que podría dificultar su conciliación en un futuro, ya que su pareja trabaja 12 horas al día. "Si encuentro un trabajo en turno de mañana, no habría problema porque coincide con el horario de colegio", indica, "pero si es de tarde, tendré que dejar al niño con sus abuelos o alguna amiga".
Además, les gustaría que su hijo tuviera un primer contacto con la música, algo que podría ser más factible porque ella tiene amigos que tocan en grupos y podrían enseñarle a un precio más reducido.
Encontrar un hueco para llevarlos, algo que no siempre es fácil
Jose vive en un pueblo de Badajoz con su mujer y sus dos hijos, de 6 y 12 años. Para ellos, la ‘vuelta al cole’ también se produce fuera de las aulas y, por ello, ya los han apuntado a ajedrez y a la Escuela Municipal de Teatro, dos actividades por las que pagan 45 euros anuales por cada niño. "También van a una academia de inglés que nos cuesta 36 euros al mes por cada uno", explica a RTVE.es, un desembolso importante para una economía familiar que actualmente se mantiene solo con el sueldo de Jose, ya que su mujer está estudiando Enfermería.
Por ello, reconoce que recortan más los gastos diarios y no salen tanto a cenar fuera, aunque defienden que son actividades necesarias para sus hijos. "Les viene bien también para relacionarse con otros niños y hacer otras cosas", cuenta Jose, "porque, si no, llega el invierno y van de casa al colegio y del colegio a casa". Además, explica que llevarlos "supone un sacrificio enorme por el tema de los horarios", y recuerda que el año pasado él terminaba de trabajar a las 15:30 y su hijo pequeño empezaba a las 16:00 la clase de Multideporte, donde los niños se inician varias disciplinas: "Tenía que soltar la cuchara, llevarle y luego seguía comiendo". Aunque todavía no conocen los horarios de este año, esto podría repetirse.
Este año también les habría gustado apuntar a su hijo pequeño a atletismo, pero no han podido hacerlo porque, como dice, "el problema es que no tenemos tiempo para llevarlos". Aunque la cuantía que pagan por el ajedrez y el teatro no es elevada, Jose cree que algunas extraescolares deberían estar más subvencionadas porque suponen un esfuerzo adicional para las familias, tanto a nivel económico como de horarios. "El nivel que cogen de inglés en la academia luego se agradece mucho en la escuela", indica, "pero muchas veces no se debe a la propia formación del colegio, sino a la que les pagan aparte los padres".
Menos problemas de horarios tiene Cristina, que vive con su pareja en Madrid y pagan 200 euros al mes por las clases de música e inglés de su hijo de 10 años. "No lo necesito para conciliar y para mí sería más fácil no llevarle a nada", explica a RTVE.es, pero "lo hago por él y por su futuro". En su caso, no necesitan ayuda económica para afrontar estos gastos y, de hecho, están decidiéndose por una tercera actividad. Ella es docente y tiene un horario compatible con el de su hijo, pero eso no impide que tenga que hacer malabares con las horas del día: "Tengo que salir a llevarle, esperarle o turnarme con mi marido para recogerle. Al final no paro en toda la semana".
Las AMPA piden más medios para ofrecer un "ocio de calidad"
Las asociaciones de padres y madres cuentan que hay varios motivos por los que los hogares apuntan a sus hijos a extraescolares. "Puede ser para que liberen energía y que a los niños les apetezca, pero también para conciliar la vida familiar y la laboral", explica a RTVE.es María Capellán, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA). No obstante, pone el foco en que todavía hay cierta desigualdad y no todas las familias pueden acceder a estas actividades. "Es una pena que haya niños que salgan del colegio y no tengan nada después porque en casa no pueden permitírselo".
Las extraescolares son muy variadas y pueden ir desde los deportes, idiomas y pintura hasta otras más tecnológicas como la robótica, que también suelen ser más caras. "Hay de todo, algunas cuestan 70 euros al año y otras valen eso mismo al mes", señala la presidenta de CEAPA. Para ella, parte del problema radica en que cada vez hay menos extraescolares gratuitas en los colegios públicos, algo que se implementó con las jornadas continuas lectivas hace aproximadamente 20 años y en las que los profesores impartían actividades desde las 16:00 a las 18:00.
Además, Capellán recuerda que "las AMPA no están para organizar las actividades extraescolares de los alumnos", sino que son agrupaciones de padres y madres cuya labor fundamental es informar a otras familias en los centros educativos. "No te llevas nada por organizar estas cosas, aparte de muchos quebraderos de cabeza", cuenta, por lo que pide que las administraciones públicas den más ayudas económicas y herramientas a los colegios para que sean los propios centros los que las organicen. "Hoy en día, la mayoría de madres y padres que estamos en las AMPA también trabajamos y no tenemos tiempo", matiza.
Por ello, cree que la clave está en que desde lo público se aporten medios para que las familias puedan acceder a un "ocio de calidad" que tiene una importancia más allá del entretenimiento. "La Educación no es solo aprender Matemáticas y Lengua", remarca, "y las extraescolares también forman parte de la formación integral del alumnado". Además, señala que no debe olvidarse cuál es su objetivo real: "No tienen que ser cansinas, ni aparcaderos de hijos, ni un recurso para conciliar. Tienen que ser actividades en las que los niños puedan hacer cosas que les gustan".