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Elecciones en Argentina

Massa vs. Milei: dos modelos opuestos para intentar salvar la economía argentina

  • Argentina decide este domingo entre el modelo de “crecimiento inclusivo” o la propuesta liberal llevada al extremo
  • El país sufre una inflación galopante, un déficit cada vez mayor, una elevada deuda externa y niveles de pobreza en máximos

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Massa vs Milei: dos modelos para salvar la economía argentina
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina tendrá lugar el 19 de noviembre.

Continuidad o cambio. El candidato peronista o el anarcocapitalista. El ministro de Economía o el hombre que quiere acabar con el Estado. Argentina decide este domingo entre dos personalidades políticas muy diferentes, Sergio Massa o Javier Milei, pero también entre dos visiones económicas radicalmente distintas: el modelo de “crecimiento inclusivo” o la propuesta liberal llevada al extremo.

El objetivo es salvar a una economía que se asoma al precipicio (una vez más) y en la que los fantasmas del default, esto es, el incumplimiento de los pagos derivados de la deuda contraída, vuelven a sobrevolar el ambiente. “Los problemas de Argentina son extremadamente complejos porque está, digamos, en una crisis intermedia que puede llegar a convertirse en grave”, explica a RTVE.es el doctor en Economía de la Universidad de Columbia y execonomista principal del Banco Mundial, el argentino Miguel Kiguel.

Entre ellos, la inflación es uno de los que más preocupa: los precios aumentaron un 138,3% en el último año y no dan señales de detenerse. Según proyecciones privadas recabadas por el Banco Central, la tasa podría cerrar el año en el 180%, su nivel más alto desde la hiperinflación de finales de los años 80.

Por si fuera poco, el valor de la moneda oficial -el peso- sigue en caída libre frente al dólar; las reservas de divisas se han evaporado en tiempo récord y en términos netos ya son negativas (en parte por la tendencia a gastar más de lo que ingresa, que se ha multiplicado en los últimos años); a lo que se unen los efectos de una devastadora sequía que ha llevado al sector agrícola a perder 20.000 millones de dólares en exportaciones.

Con todo, el país presenta dificultades para atender sus compromisos financieros con el exterior. En primer lugar, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el que Argentina tiene una deuda de 45.000 millones de dólares -contraída en 2018 durante el Gobierno de Mauricio Macri-. En este tiempo, el préstamo ha sido renegociado y los desembolsos han supuesto un balón de oxígeno para la maltrecha economía, aunque insuficientes: la falta de liquidez les ha llevado a buscar otras vías de financiación con China, Qatar y otros organismo multilaterales.

“Es una situación muy compleja porque la gente ya está mal hoy, con salarios reales que no son suficientes y con un porcentaje del 40% de la población por debajo de la línea de pobreza”, añade Kiguel, quien cree que será necesario tomar medidas “difíciles” en los próximos meses para corregir la situación.

Dos modelos antagónicos…

Con este objetivo, y una innumerable lista de problemas a los que hacer frente, Massa y Milei llegan a la segunda vuelta este domingo. El candidato de Unión por la Patria dio la sorpresa y se impuso en la primera vuelta al líder de La Libertad Avanza, quien partía como favorito.

Pero, ¿cómo pretenden cambiar el rumbo de la economía? “Los modelos a priori sobre el papel son antagónicos, sobre todo lo que tiene que ver con el frente fiscal”, apunta a RTVE.es la consultora económica Luciana Taft, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Por un lado, Massa defiende mantener el Estado del bienestar y los beneficios sociales. Cabe recordar que semanas antes de la primera vuelta lanzó el denominado “plan platita”, una batería de medidas con ayudas para jubilados, desempleados y autónomos, entre otros. La oposición lo calificó de “populista” y “electoralistas” y también recibió las críticas del FMI, teniendo en cuenta el daño que una subida de gasto puede hacer en la delicada salud de las finanzas públicas argentinas.

Además, el candidato oficialista apuesta por mejorar el perfil exportador del país, con el fin de recomponer las reservas y lograr el equilibrio fiscal. “Nuestro litio, nuestro gas, nuestro petróleo… que cada vez se venda más al mundo, porque eso nos va a dar los dólares para ser libres”, recalcó en agosto en una entrevista para Canal 5, medio local argentino. Y ha insistido en pagar la totalidad de la deuda que tiene con el Fondo cuanto antes.

Por su parte, Milei promete romper con la excesiva presencia del Estado en la economía, entre otros, poniendo fin a una decena de ministerios y con la privatización de empresas. Es precisamente conocido (además de por ese excentricismo del que lleva haciendo gala en los medios de comunicación desde que saltara a la fama) por un discurso muy crítico contra el actual sistema y, en especial, contra la llamada "casta política", a la que achaca todos los males actuales de la economía.

El candidato ultraliberal se ha propuesto acabar con la moneda local -a la que ha llegado a tildar de “excremento”-, cerrar el Banco Central y dolarizar completamente la economía. “No son medidas negociables”, avisó, apenas unos días después de la elección de primera vuelta. Además, apuesta por reducir el gasto público, bajar impuestos y eliminar subsidios.

… aunque con similitudes en las últimas semanas

El exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), Alfredo Félix Blanco, explica a RTVE.es que son dos candidatos que presentan “dos miradas claramente diferencias”, aunque cree que en las últimas semanas “se han moderado sus discursos” conforme se acerca el día de la elección.

En su opinión, la propuesta de Milei de dolarizar la economía “ha ido gradualmente desapareciendo de su discurso político o, al menos, ya no será una decisión a tomar en el corto plazo”. Mientras que en el caso de Massa, “su gobierno ha tenido actitudes muy críticas respecto del sector privado, que ahora se han relajado”. “Ambos se han ido moderando, corriendo hacia el centro y parece que hay puntos de estas dos miradas distintas que se aproximan en las últimas semanas”, señala el experto.

Por ejemplo, los dos hablan de la necesidad de lograr el equilibrio fiscal, también han sugerido que la presión tributaria en Argentina es muy alta y aseguran que “no se van a repetir cosas que se hicieron en el pasado, como es el hecho de expropiar esos fondos que tiene el sistema financiero”, explica el economista.

Además, en el caso del gasto, coinciden en que es necesario reducirlo sin que tenga consecuencias sobre los sectores más vulnerables de la sociedad, aunque para ello es cierto que proponen distintas fórmulas: mientras Milei promete que será a costa de eliminar los privilegios de “la casta”, Massa pretende recurrir a otros mecanismos como la revisión de las exenciones tributarias.

Cabe recordar que más de la mitad del déficit público en Argentina corresponde al pago de subsidios, por lo que será “muy complicado darle la vuelta al modelo”, añade Luciana Taft. “Eso no lo vas a poder quitar. Por lo menos en un año, ni casi en dos”. A su juicio, en el caso del gasto, “la clave es tener cintura política para que el país no se te ponga en la calle y se repita lo que pasó en 2001”, en referencia a la llamada crisis del corralito.

Pero, ¿son medidas factibles?

Todos los expertos consultados por RTVE.es tienen dudas de si estas medidas podrán poner coto a la galopante inflación, a un peso en retroceso o podrán aumentar la confianza del sector exterior.

En el caso de Massa, la incertidumbre planea sobre su gestión al frente del Ministerio de Economía. “Muchas personas legítimamente pueden preguntarse si el modelo que propone realmente funciona cuando la inflación se ha disparado a tres dígitos desde su llegada al Gobierno -en julio de 2022- y todo hace pensar que el Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina caerá entre un 2% y un 3% este año”, apunta Alfredo Félix Blanco, quien también cree que es “insostenible” mantener el nivel de subsidios.

Respecto a la devolución de la deuda al FMI antes de lo previsto, la analista de AFI lo ve “prácticamente imposible”, teniendo en cuenta las dificultades del Gobierno en los últimos meses para devolver los actuales vencimientos. De hecho, el Ejecutivo se vio obligado a renegociar el acuerdo de refinanciación en el mes de junio, lo cual permitió un nuevo desembolso de 7.500 millones de dólares en agosto y se espera otro para noviembre de 2.750 millones.

El FMI acaba de aprobar un nuevo desembolso de 7.500 millones de dólares, una cantidad necesaria para refinanciar su millonario préstamo a cambio de medidas económicas.

Más difícil aún ven la posibilidad de dolarizar la economía, como propone el candidato ultraliberal. “Es una cuestión virtualmente imposible. Básicamente porque para dolarizar hay que tener los dólares para dolarizar y eso Argentina está muy lejos de tenerlo”, afirma el exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, quien tampoco ve probable el cierre del Banco Central.

La pasada semana, más de 100 académicos, intelectuales y políticos alertaron en un documento sobre los “peligros” de algunas de las propuestas de Milei, como la dolarización o la reducción al mínimo del gasto público. “Aunque las soluciones aparentemente sencillas puedan resultar atractivas, es probable que causen más estragos a corto plazo, al tiempo que reducen el espacio de maniobra de las políticas a largo plazo”, apunta el texto firmado, entre otros, por la india Jayati Ghosh, el serbio Branko Milanovic, el francés Thomas Piketty o el colombiano José Antonio Ocampo.

A esto hay que añadir, recuerda Miguel Kiguel, que son medidas “que tienen que pasar por el Congreso y por el Senado y Milei cuenta con una minoría bastante dramática”. En concreto, La Libertad Avanza consiguió en la primera vuelta 35 bancas nuevas en la Cámara Baja, ampliando su bloque a 38 de los 257 diputados. Mientras que en la Cámara Alta, donde hasta ahora la formación no ocupaba ningún escaño, se hizo con ocho de los 72 asientos.

Entonces, ¿quién está mejor posicionado para resolver los problemas? “En principio, ninguno parece a primera vista muy posicionado”, asegura el execonomista principal del Banco Mundial, “porque uno es un ministro de Economía con el que la situación empeoró bastante. Y otro es un economista medio excéntrico, sin equipo económico, sin peso político y con ideas que son interesantes pero fantasiosas porque son inaplicables”.

El ajuste es “inevitable”

Ante este contexto, los expertos consultados consideran que el ajuste de la economía será “inevitable” para cualquiera que asuma la presidencia el 10 de diciembre. “Al margen de quién resulte elegido presidente, Massa o Milei, la realidad de la situación económica lo va a llevar a la necesidad de tener un programa de estabilización, porque Argentina no puede seguir en un régimen de tres cifras de inflación anual. La propia realidad va a exigir mucha prudencia fiscal, mucha consistencia con la política monetaria y mucha consistencia en lo cambiario”, recalca Alfredo Félix Blanco.

Además, coinciden en que debe realizarse “cuanto antes”: “Si no hay ajuste el año que viene, Argentina puede tener un problema para pagar la deuda y para controlar la inflación, porque si no hay ajustes, sigue el déficit y no hay financiamiento”, añade el doctor en Economía de la Universidad de Columbia.

La cintura política y la implementación del programa será clave

Y es que el escenario de partido es muy complejo y condiciona la viabilidad de cualquier programa económico. Así lo señaló también la calificadora de riesgo Moody's, quien alertó en un informe que recoge Efe de los "importantes" desequilibrios macroeconómicos y fiscales de Argentina, que "frenan la actividad económica, distorsionan los precios relativos y reducen el poder adquisitivo", y que al mismo tiempo "exigen medidas" a quien gane en la segunda vuelta.

“La cintura política y la implementación de cualquiera de los dos programas va a ser clave en cuánto sufras en este proceso, porque inevitablemente lo vas a tener que pasar. Nadie te lo va a quitar, dolor va a haber, pero influirá mucho cómo se gestione”, concluye la analista de AFI.