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El sentido entierro de Mieres a Aníbal Vázquez, el alcalde de todos

  • El entierro del regidor asturiano une a todas las fuerzas políticas
  • Gobernó la localidad minera desde 2011

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Despedida multitudinaria y unánime al alcalde de Mieres

Pocos alcaldes han tenido en España la despedida que el pueblo de Mieres ha rendido a Aníbal Vazquez (IU). El adiós a Vázquez, carismático alcalde durante los últimos 12 años, los tres últimos mandatos con mayoría absoluta, fue un acto de reconocimiento a quien todos definen como "una persona buena y un político honrado y coherente"

Por eso el mismo domingo, el día de su fallecimiento, comenzaron a formarse colas interminables ante la casa consistorial, donde había quedado instalada la capilla ardiente.

Y el lunes, miles de mierenses salieron a la calle a rendirle homenaje. Allí, al lado de su familia y amigos, estaba la corporación en pleno y representantes de la sociedad, la cultura, la judicatura, la universidad, los sindicatos …y de todas las ideologías políticas. El regidor que desde el primer momento renunció a cobrar sueldo como alcalde se fue con 68 años a consecuencia de una enfermedad que se había agravado en los últimos meses.

Una vida de servicio a su tierra

Aníbal Vázquez accedió a la alcaldía de Mieres el 11 de junio de 2011. Hijo de minero, las circunstancias familiares le obligaron a dejar los estudios con 13 años para ponerse a trabajar en distintas tareas, hasta que con 18 entró en la mina, en el pozo Llamas de Ablaña. Fue su primer contacto con la política y el sindicalismo de la época, que se acentuaría cuando llegó como picador al pozo San Nicolás de HUNOSA, el popularmente conocido como Nicolasa. Era 1977, en plena transición. Ya había participado en alguna actividad de CCOO, en aquel momento ilegal, antes de comenzar a colaborar con el Partido Comunista. En 1986 se convirtió en militante de una Izquierda Unida que acababa de fundarse. De la mina se jubiló en 1998.

Aníbal Vázquez, alcalde de Mieres entre 2011 y 2023

Aníbal Vázquez fue una figura política reconocida por todos sus rivales, con independencia de su ideología RTVE

La vida pública de Aníbal Vázquez no se limitó a la política. Había ya compatibilizado su trabajo en la mina con el deporte, jugando en un equipo de fútbol-sala que militaba en tercera división, el San Martín. Antes de llegar a la alcaldía impulsó la asociación "Tertulia 17", dedicada a debates culturales y actos gastronómicos. Y junto a un grupo de amigos creó la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara, de la que fue director y que tenía como uno de sus cometidos luchar por el patrimonio del concejo. En su seno nació "Radio Parpayuela", una emisora local que se convirtió en la voz de colectivos y asociaciones de la comarca. Jubilado de la mina y centrado en los movimientos culturales y sociales, en 2011 aceptó la propuesta de IU de encabezar la candidatura local "por responsabilidad con sus vecinos", según dijo.

Mieres era un tradicional feudo del PSOE y en las elecciones de mayo de 2011 Aníbal Vázquez logró arrebatar la alcaldía a los socialistas, quedándose a un escaño de una mayoría absoluta que conseguiría en las siguientes citas electorales. Con el bastón de mando, y encontrándose con un consistorio altamente endeudado, el nuevo alcalde planteó sacrificios o despidos. "Optamos por la primera opción y el primero que se quitó el salario fui yo", declararía después. Se convertía en uno de los 2.500 alcaldes españoles que habían renunciado a su retribución. "Tengo una pensión con la que me arreglo y carretera", es otra de sus declaraciones, aunque siempre ha defendido que la gente que se dedica a la política tiene que cobrar “para que no pase lo de otros tiempos, cuando estaba en manos de gente con mucho dinero”.

Un alcalde que hablaba con los vecinos

Aníbal Vázquez quería que los ciudadanos le recordasen como un alcalde trabajador y honrado. Siempre encontraba tiempo para escuchar a sus vecinos. A la ida y a la vuelta, entre su casa familiar y su casa consistorial, era frecuente verlo charlando con alguien y tomando notas.

La mayoría absoluta que conquistó en 2015 no relajó su trabajo y las preocupaciones por sus vecinos. "Me responsabilizo mucho y después de la mayoría absoluta no me tomo a broma nada", declaró entonces. Y muy en serio se tomó los cargos añadidos, en la Federación Española de Municipios (FEM) y en ACOM, la Asociación de municipios de las comarcas mineras. A su mujer, a sus dos hijos y a la Corporación de Mieres, han llegado pésames de toda España.

Y hasta la misma semana de su muerte siguió ocupándose a diario de los asuntos municipales. Lo contaba el presidente del Principado, Adrián Barbón, buen amigo suyo desde su etapa como alcalde de Laviana: "A mí me demostró muchas cosas...que pasar la vida luchando por lo que uno cree siempre merece la pena… también ser más humilde que otra cosa...y estar cerca de la gente y aguantar el chaparrón cuando te toque… pero también dar abrazos cuando alguien lo necesita"

Pésame de todos sus rivales políticos

Para la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón (Foro), la primera regidora que acudió a dar el pésame, Aníbal Vázquez “era un hombre cabal y comprometido que representa los valores que cualquier servidor público debería tener, y eso nos debe inspirar a todos los que nos dedicamos a la cosa pública".

"Hacía lo que tenía que hacer", reconocía el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli (PP). Los dos habían mantenido un pulso sobre la sede de la Escuela de Minas. A su capacidad para dialogar con todos, su sentido del humor, su socarronería tan asturiana aludía Gaspar Llamazares, ex coordinador federal de IU y hoy concejal en Oviedo. "Aníbal era de lo mejor de la tradición comunista, y sindicalista, alcalde con una gran firmeza de convicciones, pero al mismo tiempo con una enorme flexibilidad".

La despedida de Aníbal Vázquez fue laica y republicana. Allí estaba toda la Corporación (IU, PSOE, PP y Vox) cuando el pasado 14 de noviembre salía del ayuntamiento, en medio de una multitud, un féretro cubierto con la bandera republicana. Le acompañaba el sonido del "turullu", la sirena que marcaba los turnos de trabajo en la mina y alertaba, cuando sonaba a destiempo, de un accidente. Y tras el silencio, los aplausos y el himno de Asturias. Así, a hombros de hombre y mujeres, Aníbal Vázquez se despidió de Mieres.