Pedro Sánchez refuerza su núcleo duro: continuidad y perfiles de confianza con peso político
- Introduce nueve caras nuevas, pero mantiene su equipo de confianza, reforzando a Montero y Bolaños
- Desde que se convirtió en presidente del Gobierno en 2018, Sánchez ha nombrado a 51 ministros
Leales colaboradores del líder, representantes de las diferentes familias o baronías del partido y perfiles técnicos y políticos para impulsar los principales proyectos legislativos están presentes siempre de una forma u otra en los consejos de ministros que configura un presidente del Gobierno. Y, al menos en lo que se refiere al PSOE, los gabinetes formados por Pedro Sánchez no han sido una excepción en sus tres etapas en Moncloa: la abierta tras la moción de censura de 2018 y las de sus dos gobiernos de coalición, tras ser investido presidente en 2020 y ahora, en 2023.
Pedro Sánchez afronta una nueva legislatura como presidente del Gobierno con un Ejecutivo caracterizado de nuevo por la presencia de mujeres (12 frente a 10 hombres), también en su más cercano círculo de confianza: cuatro vicepresidentas, en un núcleo duro que se mantiene respecto al actual, y que al tiempo refuerza a dos personas clave en los últimos tiempos: María Jesús Montero y Félix Bolaños.
51 ministros, solo un puñado en el núcleo duro
Con las nueve altas y bajas en el Consejo de Ministros respecto al anterior, Sánchez ha nombrado a 51 ministros en cinco años de gobierno, de los cuales solo seis se mantienen desde el principio: Nadia Calviño, Teresa Ribera, Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero, Luis Planas y Margarita Robles. Exceptuando los siete ministros que han pasado por los cinco departamentos de Unidas Podemos y ahora los nuevos pertenecientes a Sumar, Sánchez se ha caracterizado por decidir su gabinete de manera personal y, a menudo, envuelto en secretismo.
Quiénes se mantienen en el núcleo duro del Gobierno
Los ministerios más políticos del Gobierno, los que constituyen la cara más institucional dentro y fuera de España, han estado en manos socialistas desde que Sánchez llegó a Moncloa y así sigue siendo: Economía, Hacienda, Exteriores, Justicia, Interior y Defensa. Si bien algunos los titulares de estas carteras han cambiado en los últimos cinco años, ahora no lo han hecho.
Entre los nombres que persisten en el Consejo del Ministro o en la sala de máquinas del gobierno y el partido destacan los principales negociadores que en los últimos meses han levantado el complejo edificio de pactos que el PSOE tendrá que mantener en pie en la legislatura. Félix Bolaños y María Jesús Montero que, junto al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, han sido los muñidores de los pactos y tendrán que mantener las mesas de negociación con ERC, Junts y PNV, entre otros.
María Jesús Montero, médico de formación, se incorporó tras la moción de censura siendo entonces consejera de Hacienda en la Junta de Andalucía y representando a la federación socialista más importante. Desde su puesto en el Ministerio de Hacienda, desde donde configura los Presupuestos Generales del Estado, se ha convertido en la número dos del PSOE, puesto desde el que ha codirigido con Félix Bolaños las negociaciones para la investidura de Sánchez.
Félix Bolaños pasó de figura clave en Moncloa a figura clave en el Gobierno. En la primera, negoció con Podemos para formar el gobierno de coalición en 2020 y con la familia de Francisco Franco para la exhumación de los restos del dictador. Como ministro de Presidencia, es decir, encargado de la sala de máquinas y la coordinación de los Ministerios, es el principal negociador de Sánchez y será el catalizador político de una legislatura en la que hay que negociarlo todo. Asume ahora el departamento de Justicia con la tarea capital de dar cuerpo a la ley de amnistía en medio de las críticas políticas, ciudadanas y de las asociaciones judiciales, y con la renovación pendiente tras cinco años del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Nadia Calviño, número dos del Gobierno, a la que Sánchez fichó procedente de la Comisión Europea en 2018, seguirá como vicepresidenta económica, pero es más que posible que lo sea brevemente, porque el 8 de diciembre está previsto que se vote la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para la que es candidata favorita.
Teresa Ribera seguirá a cargo de las competencias de Transición Ecológica y de política energética. Una experta que llegó también en 2018 y fue ascendida a vicepresidenta en el nuevo Gobierno de coalición, y cuya reputación ascendió con la exitosa negociación de la excepción ibérica para abaratar el precio de la luz, medida que seguirá en vigor hasta el final de este año.
Margarita Robles, uno de los apoyos más fieles de Sánchez desde el principio, ha tenido mayor protagonismo del que cabía esperar de una ministra de Defensa en la pasada legislatura, con el papel de este departamento en los desafíos que plantearon la pandemia, la guerra de Ucrania o los incendios, además de tener bajo su mando el CNI, envuelto en la polémica del supuesto espionaje con Pegasus. Además, ha sido siempre una de las ministras más valoradas por los ciudadanos, según las encuestas del CIS.
Fernando Grande-Marlaska se mantiene al frente de Interior, a pesar de las múltiples críticas recibidas por su gestión. “Tenemos un extraordinario ministro del Interior en la persona de Fernando Grande-Marlaska”, afirmó Sánchez durante el debate de investidura del juez 'estrella' que llegó al Ejecutivo en 2018 con los éxitos en la lucha contra ETA en su currículo, pero que en labores políticas se ha enfrentado a muchas críticas por su gestión en materia migratoria y por los reveses judiciales derivados de sus ceses en la Guardia Civil. Pese a ello, se convertirá en el ministro del Interior más longevo de la democracia.
Continuidad tras el gran cambio de gobierno en 2021
Así pues, estos nombramientos no suponen cambios sustanciales en el núcleo del poder del gobierno de coalición. Pese a los traspasos de competencias entre Ministerios, los roles siguen siendo fundamentalmente los mismos.
Pedro Sánchez hizo cinco remodelaciones de su gabinete. Cambios estratégicos para afrontar diferentes citas electorales (Salvador Illa en 2021, Carolina Darias y Reyes Maroto en 2023), el "reinicio" de la legislatura tras la crisis provocada por la pandemia de coronavirus y el desgaste propio de la labor de Gobierno fueron las principales motivaciones de los sucesivos relevos en el Consejo de Ministros.
En todas esas renovaciones, el líder socialista mantuvo a su alrededor un puñado de mujeres y hombres de confianza, pero otras figuras que le habían acompañado y, en ocasiones, se habían distinguido por su lealtad, fueron sustituidas sin contemplaciones, como pasó en la principal crisis de su Gobierno, en julio de 2021. Siete ministros dejaron sus carteras, en un relevo que el presidente del Gobierno calificó de "generacional" y que perseguía "impulsar la recuperación económica tras la pandemia".
Hubo una reestructuración en todos los niveles: cesó en el cargo Carmen Calvo, experta en derecho constitucional, bandera del feminismo en el PSOE y mano derecha de Sánchez durante años, que pagó el desgaste político en el seno de la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, en particular por sus diferencias en torno a las políticas feministas y la 'ley trans' con la ministra de Igualdad, Irene Montero. Fue sustituida por Félix Bolaños. Con la marcha de Calvo, Nadia Calviño pasó a ocupar la Vicepresidencia Primera, adquiriendo más poder dentro del Ejecutivo.
Otro cese destacado fue el de José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y horas después dimitió como secretario de organización del PSOE y como miembro de la Comisión Ejecutiva Federal. Fue sustituido al frente de la organización del partido por Santos Cerdán, mano derecha de Ábalos, y protagonista de las principales y más complejas negociaciones para la reciente investidura de Pedro Sánchez, haciendo visible un trabajo normalmente en la sombra con sus conversaciones en Bruselas con Carles Puigdemont y los representantes de Junts. Ábalos también acusó el desgaste por el conocido como ‘Delcygate’ y el rescate de la aerolínea Plus Ultra, ambas polémicas relacionadas con el gobierno de Venezuela, y sin cumplir el objetivo de presentar una ley de vivienda.
Y no se puede olvidar otro cambio trascendental en la trastienda del poder, en el círculo monclovita: Iván Redondo, jefe de gabinete de Sánchez, mediático asesor y estratega de cabecera que le acompañó hasta el poder, fue sustituido por Óscar López, ex secretario general del PSOE entre 2012 y 2014 y que formó parte del equipo de Sánchez cuando fue elegido secretario general, que ocupaba en aquel momento la dirección general de Paradores.
Sin haber llegado a la mitad de la legislatura, Sánchez dio un golpe de timón y liquidó de una tacada el "tridente" Calvo-Ábalos-Redondo en el Gobierno, imponiendo un relevo de rostros y política en su círculo de confianza en el Ejecutivo, el partido y la Presidencia, respectivamente.
En esa crisis de gobierno, el nombramiento de José Manuel Albares al frente de Exteriores fue un relevo político para otra ministra que se consideraba amortizada, Arancha González Laya, en medio de la crisis diplomática con Marruecos, y este ministro se ha convertido en un importante miembro del Ejecutivo.
Los cambios generacionales en el círculo de confianza de Sánchez llegaron con otros nombramientos, con los que Sánchez buscó perfiles para renovar las baronías más veteranas. Y a algunas de estas caras jóvenes las incorporó a los puestos visibles de poder, como Pilar Alegría, nombrada ministra de Educación y, al mismo tiempo, portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE; e Isabel Rodríguez, alcaldesa de Puertollano, encargada de Política Territorial y portavoz del Gobierno, labores en las que reemplazó a Miquel Iceta y María Jesús Montero, respectivamente.
En el nuevo Consejo de Ministros, "de alto perfil político", como ha subrayado el propio Sánchez en su presentación, se refuerza el papel de Alegría, que será la nueva portavoz del Gobierno e incorpora los asuntos del deporte a su cartera de Educación. Isabel Rodríguez pierde sus competencias actuales y las sustituye por las de Vivienda, que vuelven a contar con ministerio propio para hacer frente a las "nuevas prioridades" de Sánchez en esta legislatura.