Fundació ARED: Casi 30 años ayudando a las mujeres más vulnerables
- Esta fundación acompaña a mujeres en riesgo de exclusión en su integración laboral y social
- Reciben a mujeres de centros penitenciarios y a las derivadas de Asuntos Sociales
- Puedes ver Objetivo igualdad este domingo a las 14:25h en Canal 24 horas
Ared está a punto de cumplir 30 años. Tres décadas de dedicación a las personas más vulnerables que acuden a esta fundación en busca de esperanza. Porque sí, muchas de ellas la han perdido, ya vengan de centros penitenciarios o las derive Asuntos Sociales.
Nos lo cuenta Montse Gómez, que a sus 58 años se quedó sin trabajo: “Después de la pandemia mi empresa cerró y me cogió con una edad un poco avanzada… La verdad es que me resultó muy difícil incorporarme al mercado laboral, no me daban la oportunidad de demostrar lo que sé hacer, porque parecía que lo que contaba era el año en que nací”. Montse lleva un año trabajando en el taller de Confección de la Fundació Ared, de donde saldrá con un certificado que le facilitará la búsqueda de empleo.
Mucho más que inserción laboral
“El año pasado atendimos a más de 1.200 personas, 380 fueron insertadas en el mercado laboral. Lo que nosotros hacemos es un seguimiento, nos ocupamos no sólo de la inserción laboral sino también de la calidad de vida de esa persona”, nos clara Marta Jornet, portavoz de Ared.
Las mujeres que llegan a Ared empiezan haciendo un curso donde obtienen los certificados, y algunas de ellas se quedan trabajando allí hasta tres años. Después se enfrentan al mercado laboral.
“Ahora me siento más segura“
“Yo no podría creer que, después de hacer el curso, podría acabar trabajando aquí. Es un regalo que me ha dado la vida. Y es algo que me está dando mucha seguridad, porque yo antes no me atrevía a cortar telas y la profesora hizo que perdiera el miedo. Ahora me siento mucho más segura”, nos explica Clefia Paredes, también en el taller de confección.
Del “no puedo” al “soy capaz”
Y es que la parte más importante y a la vez más dura –nos cuenta Marta Jornet– es cuando una persona viene aquí con una baja autoestima, cuando cree que no es capaz, y, poco a poco, ese “no puedo” se va convirtiendo en un “soy capaz”.
Además del de confección, en el que se hacen uniformes de trabajo, merchandising y prendas a medida de cada cliente, Ared cuenta con la sección de catering y con la de gourmet, desde donde se elaboran dulces y menús de calidad con productos locales.
Jornet, que es la coordinadora del programa de fibromialgia instaurado en 2018, nos aclara lo importante que es para Ared no sólo la inserción laboral sino también el acompañamiento personal, la parte emocional.
Fibromialgia: una doble vulnerabilidad
Buena muestra de ello nos da Mireya Armillas López Tello, que sufre fibromialgia desde hace unos años. “Yo estaba que no podía andar. Me llevaban en brazos al baño, me tenían que bajar de la cama. Acudí a Ared y mírame. Estoy encantada del progreso”, dice.
“Estaba que no podía andar... Estoy encantada del progreso“
“La fibromialgia es una enfermedad crónica, musculoesquelética, que cursa con trastornos del sueño, cognitivos, de la atención, de la memoria, y que tiene muchos síntomas. Es invisible porque parece que la persona esté perfectamente”, explica Jornet.
“Lo que hace ARED es demostrarte que hay una luz al final del túnel, porque cuando estás en el agujero es muy difícil verla. El acompañamiento que nos dan aquí no lo dan en los hospitales. Aquí nos dan las herramientas marcan la diferencia. Por ejemplo, en alimentación. Nos dicen qué tenemos que comer y qué no para encontrarnos mejor. O cómo hacer deporte sin que nos afecte negativamente”, detalla.
Si queréis conocer bien la labor que lleva a cabo Ared, solo tenéis que ver esta semana Objetivo igualdad.