La Declaración Universal, tan válida como cuando nació
- La carta magna de los Derechos Humanos celebra el 10 de diciembre su 75 aniversario; hoy es tan necesaria o más que en 1948
- Las violaciones de los derechos humanos se producen de las peores formas siempre que hay conflictos y guerras
Documentos TV analiza en "75 Años, Juntos e Iguales" la situación de los derechos humanos y el sistema legal internacional para su protección cuando, por desgracia, se violan a diario en una gran parte del planeta, no solo en guerras y conflictos, también en tiempos de paz, en países ricos y países pobres.
Durante estas décadas, el derecho internacional y el derecho internacional humanitario. En estos momentos, hay unos 60 conflictos en el mundo.
Una declaración post Holocausto y post Segunda Guerra Mundial
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU aprobaba, en París, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su primer artículo sienta cátedra para todo tiempo y lugar: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos", recita Isabelle Valentiny, coordinadora de la iniciativa Human Rights 75.
Nació tras el holocausto y la Segunda Guerra Mundial. "Se habían dado las formas más atroces de lo que las personas pueden hacerse unas a otras en términos de crueldad", recuerda Volker Türk, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
“Fue realmente el momento en el que la comunidad internacional de la época dijo basta“
"Fue realmente el momento en el que la comunidad internacional de la época dijo basta", añade la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard. "Es un momento importante, incluso el único, de la gobernanza mundial en materia de derechos humanos. Establece una visión. Da esperanza y sienta las bases para gobernar el mundo de acuerdo a principios clave", continúa.
Carlos Castresana, fiscal especializado en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, cree que, si no existiera la Declaración Universal, "estaríamos en la situación que nos abocó a la Segunda Guerra Mundial, que es la mayor catástrofe humanitaria que ha conocido la humanidad en toda nuestra historia".
Para él, es "el referente de cuáles son los mínimos humanitarios que cualquier Estado tiene la obligación de respetar". "Sería un presente distópico", asegura Volker Türk, "sin ella, estaríamos en una situación muy mala". La Oficina del Alto Comisionado se encuentra en Ginebra y fue creada en 1993 para promover y proteger los derechos fundamentales.
La Corte Internacional de Justicia, el tribunal al que acuden los Estados
El sistema internacional de justicia se ha ido dotando de convenios, declaraciones, leyes, etc… para proteger los derechos humanos y castigar a quienes los violan. Para dirimir las controversias entre Estados se creó, en 1945, la Corte Internacional de Justicia, el principal órgano judicial de las Naciones Unidas.
“Las disposiciones de la Declaración Universal son vinculantes para todos“
"Las disposiciones de la Declaración Universal son vinculantes para todos, por lo que deben ser respetados por todos los Estados. El uso de la fuerza está prohibido por la Carta de la ONU. Y puesto que los Estados tienen prohibido recurrir a la guerra, tiene que haber un órgano de las Naciones Unidas que les pueda ofrecer una solución pacífica a través de la ley y ése es el tribunal mundial", explica Abdulqawi Ahmed Yusuf, juez y expresidente de la corte.
El juez Yusuf explica también que el tribunal emite su sentencia y que espera que se cumpla porque "ningún Estado es arrastrado ante este tribunal a la fuerza. Todos vienen aquí sobre la base de su propio consentimiento. Por lo tanto, si ya han aceptado la jurisdicción del tribunal, cuando se emite la sentencia, la acatan", concluye.
"Es cierto que es una debilidad del derecho internacional el hecho de que no exista una fuerza policial, de que no haya forma de aplicar mediante la policía las sentencias del tribunal. Pero, en general, todos los Estados, o casi todos, afirman que aplican el derecho internacional y que están dispuestos a cumplirlo", dice Philippe Gautier, secretario de la Corte Internacional de Justicia.
Este tribunal está ubicado en el Palacio de la Paz de la Haya que se conoce también como la sede del derecho internacional porque alberga asimismo el Tribunal Permanente de Arbitraje, la Academia de Derecho Internacional y la Biblioteca del Palacio de la Paz.
El Tribunal Penal Internacional, la corte que castiga
En La Haya, tiene también su sede el Tribunal Penal Internacional (TPI), hacia el que se vuelven todas las miradas, sobre todo cuando estallan las guerras y los conflictos y los contendientes hacen saltar por los aires las leyes internacionales y las reglas de la guerra.
La base jurídica para establecer esta corte es el Estatuto de Roma que fue adoptado, en todo un hito histórico, el 17 de julio de 1998, por 120 estados. Entró en vigor el 1 de julio de 2002. Hoy día, 123 países son parte del TPI, aunque países como Estados Unidos, Rusia, China o Israel no reconocen su jurisdicción.
“La Corte Penal Internacional se ha convertido en el sólido pilar del orden internacional“
"La Corte Penal Internacional se ha convertido en el sólido pilar del orden internacional. Estamos aquí para quedarnos. Y, en estos 20 años, hemos demostrado que somos necesarios, que este sistema funciona y que se refuerzan las capacidades nacionales", asegura su presidente Piotr Hofmanski.
Reed Brody, fiscal para crímenes de guerra y miembro de la Comisión Internacional de Juristas, recuerda que "la Corte Penal Internacional tiene un estatuto que cubre crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, genocidio y agresión", sin olvidar que este tribunal juzga a individuos, no a estados.
El fiscal jefe del tribunal es actualmente el británico Karim Khan, reconocido experto en derecho penal internacional. "Dentro de mi pequeño mandato está aplicar la ley lo mejor que podamos sin miedo, con justicia, independencia e imparcialidad, reconociendo que el mundo no es perfecto, pero puede que sea un poco menos oscuro. Puede que sea un poco menos sombrío. Puede que aterrorice un poco menos a la gente", afirma.
Khan también aboga por tener más ley ya que "la ausencia de la ley y el triunfo del poder son muy a menudo los ingredientes de las tragedias que vemos en todo el mundo", sentencia.
La doble vara de medir a nivel internacional
“El hecho de que una persona haya cometido crímenes no significa que usted pueda cometer crímenes“
Preguntamos a Karim Khan sobre la doble vara de medir a la hora de aplicar la legalidad internacional. "El hecho de que otras personas hayan cometido crímenes no significa que usted pueda cometer crímenes. En demasiadas capitales del mundo se tiende a considerar el derecho internacional como un menú a la carta. Eso desprestigia el derecho internacional. No debemos rendirnos", responde tajante.
"¿Qué entendemos por doble rasero?", se pregunta Agnès Callamard y afirma: "Queremos decir que los países eligen qué violaciones o qué países o personas van a proteger, qué violación van a denunciar, a qué personas van a proteger". "El doble rasero solo se explica políticamente. No hay ninguna justificación desde el punto de vista legal", añade Carlos Castresana.
Dictadores africanos o criminales de guerra de países vencidos acaban ante los tribunales, mientras los más poderosos siguen sin responder por graves crímenes cometidos. "Las Naciones Unidas han estado impregnadas de un doble rasero desde el principio. Y lo único que podemos hacer es luchar contra el doble rasero. No queremos destruir el sistema. Queremos intentar reducir y eliminar el doble rasero", añade William Schabas, profesor de Derecho Penal Internacional y Derechos Humanos y reputado experto en genocidio.
El comité Internacional de la Cruz Roja, guardián del derecho humanitario
En 1863, se creó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) con la misión de proteger y ayudar a las víctimas de la guerra y de la violencia interna y asegurarse de que se respetan su dignidad y sus necesidades.
Tiene su sede en Ginebra y es el garante del derecho internacional humanitario y guardián de los Convenios de Ginebra, que "protegen a las víctimas de la guerra contra las peores violaciones, protegen a los civiles, a los detenidos, a los heridos, a los enfermos, a las familias, a los muertos", explica Cordula Droege, jefa de la división jurídica del CICR.
En el Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se puede ver una copia del primer Convenio de Ginebra que es "realmente la columna vertebral del derecho internacional humanitario, que sigue siendo válido hoy día. Por supuesto, ahora utilizamos cuatro convenciones diferentes, todas ellas respetadas y ratificadas por muchos países diferentes de todo el mundo", asegura su director, Pascal Hufschmid.
El derecho internacional humanitario protege también a la población de un territorio ocupado y la fuerza ocupante tiene que actuar de acuerdo a la ley de ocupación, so pena de incurrir en la comisión de delitos, incluso de crímenes de guerra o de lesa humanidad.
“Tenemos un conjunto de normas muy sólido que, si se respetara, limitaría enormemente el sufrimiento en la guerra“
"La potencia ocupante no adquiere soberanía sobre el territorio ocupado, lo que significa que tiene que respetar el estatus del territorio, tal y como era cuando lo ocupó. La idea es que la ocupación es una situación temporal", explica Cordula Droege. Y concluye: "Tenemos un conjunto de normas muy sólido que, si se respetara, limitaría enormemente el sufrimiento de las personas en la guerra".