'Ghostrunner 2', acción frenética sin margen de error
- El juego del estudio polaco One More Level ofrece una exigente experiencia en un entorno espectacular
- Es candidato a mejor juego de acción en los premios The Game Awards
Bienvenido de vuelta, juego que te hace querer estrellar el mando contra la tele. Habías sido reemplazado por extensos mapas en los que había mil tareas por hacer y en los que se podía guardar la partida en cualquier momento. Se te echaba de menos.
Sí, Ghostrunner 2 es un juego 'vieja escuela' a pesar de su ambientación futurista. Pulsar un botón una décima de segundo más tarde significa la muerte inmediata (o "Fallo crítico" en lenguaje robótico del juego). Tendremos que saltar de pared en pared, lanzar nuestro gancho para desplazarnos a cornisas lejanas y derrotar a grupos de enemigos usando más la cabeza que las agallas. Un 'Juega, muere, repite', en el que tendremos que volver a empezar cada vez que un enemigo nos golpee, y que precisamente por eso es tan satisfactorio cuando las cosas nos salen bien.
La historia se sitúa un año después de la primera parte y, aunque tenga algún giro interesante, no es lo más atractivo del título de One More Level. Volvemos a encarnar al ghostrunner Jack, un ninja cibernético que tendrá que desbaratar los planes de una secta de adoradores de la inteligencia artificial que pretende hacerse con el control de la Torre Dharma, el último refugio de la humanidad. Aun siendo interesante, la trama resulta algo confusa. Tampoco ayuda el que buena parte de la misma esté explicada en conversaciones por radio mientras intentamos no morir. El juego no está doblado al castellano, por lo que nuestra atención irá a evitar que nos maten antes que a leer subtítulos o a prestar atención a diálogos en inglés.
Lo más atractivo del juego es superar cada situación usando las habilidades de nuestro personaje. Ghostrunner 2 mezcla muy bien los tramos de plataformeo (sus creadores definen el juego como un 'First Person Platformer' o Juego de Plataformas en Primera Persona) con las fases en las que tendremos que deshacernos de los enemigos usando nuestra katana o el shuriken. Una mezcla de géneros que es casi un género nuevo en sí mismo y que le ha valido la nominación a mejor juego de acción en los premios The Game Awards que se fallan este 7 de diciembre.
Gráficamente luce espectacular, sobre todo cuando recorremos esa Torre Dharma llena de luces de neón, pantallas y estructuras verticales inmensas. En los ajustes podemos elegir el modo Calidad, que prioriza los gráficos en detrimento de la tasa de frames, el modo Rendimiento, que permite mayor fluidez, o el modo Alta tasa de fotogramas, que permite una tasa de hasta 120 frames por segundo en las pantallas que lo permiten. En la versión que hemos analizado (Xbox Series S), sí hemos notado alguna caída de frecuencia puntual en las escenas con mayor movimiento
El aspecto sonoro también ayuda a la hora de sumergirnos en esta aventura. Su banda sonora de corte synthwave incluye temas de Daniel Deluxe, We Are Magonia, Gost, Dan Terminus y Arkadiusz Reikowski.
Motos, katanas y shurikens
El tramo central del juego nos saca de la Torre y nos lleva a un páramo que trae dos de las novedades de esta secuela. La introducción de una especie de mundo abierto en el que podemos completar tres misiones en el orden en que queramos, y una moto que no solo nos facilitará los desplazamientos sino que también protagoniza algunos de los momentos más espectaculares.
La sensación de velocidad está muy lograda en las fases en las que usamos la moto a 300 km/h. Pilotaremos por paredes y pasadizos e incluso tendremos que hacer acrobacias como saltar de la moto para salvar una barrera de láseres y volver a engancharnos al vehículo desde el aire. El salir de la Torre aporta algo de variedad que no tenía el título original, aunque lo más espectacular sigue estando dentro de la torre.
Ghostrunner 2 nos obliga a pensar antes de actuar. O más bien, a pensar después de equivocarnos. Debemos ejecutar muchas acciones consecutivas en el aire, y lo más normal es que no nos salga a la primera. Correr por una pared, saltar a la pared de enfrente, desde ahí colocarnos encima de un ventilador para elevarnos y mientras estamos en el aire, lanzar un shuriken que activará un interruptor que abrirá una puerta. Esta es solo una de las muchas combinaciones que tendremos que hacer en un juego en el que moriremos cientos de veces, ya que un solo impacto nos llevará al 'Fallo crítico' y a volver a empezar desde el último punto de control. Afortunadamente para los menos habilidosos, en esta segunda parte se han aumentado los puntos de control, lo que hace que avanzar sea algo más asequible. Eso no quita que sea tremendamente satisfactorio hacer todo en el orden y en el momento correcto y conseguir superar una fase.
Tendremos distintas herramientas para afrontar las situaciones de peligro. Desde el ya mencionado shuriken, que aparece por primera vez cuando ya hayamos avanzado algo en la historia, hasta poderes que nos vuelven invisibles o desplazan a los enemigos. Hay otro tipo de habilidades, las definitivas, que tardan mucho más tiempo en recuperarse pero que nos sacarán de más de un apuro cuando la cosa se complique mucho...
CONCLUSIÓN
Ghostrunner 2 es una ventana al pasado desde un futuro posapocalíptico. Una ventana a los juegos en los que cualquier error te obligaba a empezar la fase y en los que se vamos mejorando como jugadores a medida que avanzamos. Lo mejor que se puede decir de él es que solo se parece a sí mismo y al primer Ghostrunner, dándonos horas de frustración y satisfacción a la vez. En la parte menos lograda, una narrativa algo confusa que además muchas veces es explicada con una voz en off que incomoda mientras estamos en plena acción.