La Unión Europea pacta las primeras reglas para limitar los riesgos de la inteligencia artificial
- El objetivo es fijar estándares de seguridad y de derechos fundamentales
- La norma prohíbe las cámaras de reconocimiento facial en espacios públicos, entre otras cosas
Las instituciones de la Unión Europea han pactado este viernes la ley de inteligencia artificial, un acuerdo histórico que fija las primeras reglas con las que limitar los riesgos de la inteligencia artificial (IA).
"¡Acuerdo!", ha escrito en redes sociales el comisario de Industria y Servicios Digitales, el francés Thierry Breton, junto a un gráfico para destacar que la Unión Europea es la única región del mundo con una regulación.
Los negociadores de la Eurocámara y del Consejo iniciaron el miércoles la que estaba llamada a ser la última ronda para un acuerdo que finalmente no ha llegado hasta última hora del viernes, tras superar los últimos escollos respecto a la vigilancia biométrica y el uso por parte de las fuerzas de seguridad.
La norma prohíbe las cámaras de reconocimiento facial en espacios públicos, pero los gobiernos han presionado para permitirlas en casos concretos, siempre con previa autorización judicial.
Otra de las claves ha sido cómo introducir reglas específicas para los modelos fundacionales, como las plataformas ChatGPT o DALL-E, que vieron la luz después de que la Comisión Europea presentara su primera propuesta de regulación por lo que este capítulo se ha ido desarrollando en el curso de la negociación.
Inicialmente, la ley no estaba pensada para regular este tipo de sistemas, porque aún no se habían popularizado cuando Bruselas propuso la ley en abril de 2021, pero las instituciones comunitarias han visto la necesidad de legislarlos desde el estallido de ChatGPT el año pasado.
Cumplido uno de los objetivos de España
El objetivo de la nueva regulación europea es fijar estándares de seguridad y de derechos fundamentales que eviten que la tecnología se use con fines represivos, de manipulación o discriminatorios; pero sin que se traduzca en una hiperregulación que lastre la competitividad de la Unión Europea.
La presidencia española del Consejo la UE ha logrado uno de sus principales objetivos en este semestre con el pacto de esta norma pionera en el mundo.
Sin embargo, aún lo tendrán que ratificar el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, la institución que representa a los Gobiernos europeos.