Egipto vota en unas presidenciales con tres aspirantes y Al Sisi como gran favorito
- El actual jefe de Estado egipcio aspira a lograr un tercer mandato que le permita mantenerse en el poder hasta 2030
- Los comicios arrancan este domingo y acaban el martes; la primera jornada ha registrado una afluencia masiva
Más de 60 millones de egipcios están llamados a las urnas a partir de este domingo para elegir al presidente del país en unas elecciones de tres días en las que, por primera vez en una década, el actual jefe de Estado e indiscutible favorito, Abdelfatah al Sisi, se enfenta a tres aspirantes.
Los centros electorales han abierto sus puertas a las 9.00 hora local (07.00 GMT) y estarán disponibles hasta el martes en las 11.631 mesas electorales repartidas en un total de 9,376 centros de votación de todo el país. La Autoridad Nacional Electoral (ANE) egipcia ha asignado a unos 15.000 jueces para supervisar el trabajo de las mesas y realizar el recuento de votos, un proceso que también será monitoreado por 22.540 observadores locales, 14 organizaciones internacionales y 67 representantes diplomáticos de 24 embajadas acreditadas en Egipto.
La primera jornada electoral ha registrado una afluencia "intensiva y sin precedentes", según las autoridades, que han lanzado múltiples llamamientos a la población para participar en los comicios.
Los resultados se darán a conocer el próximo 18 de diciembre, seis días después del último día de votaciones, a no ser que sea necesario celebrar una segunda vuelta, programada entre el 8 y el 10 de enero de 2024.
Pese a que Al Sisi contará esta vez con tres alternativas y el descontento popular por la severa crisis que atraviesa el país, las elecciones se presentan como un nuevo trámite para el jefe de Estado, que lleva una década en el poder tras el golpe perpetrado en 2013 contra el gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes.
Al Sisi ganó las elecciones de 2014 con un 97% de los votos, victoria que revalidó cuatro años después en unos comicios duramente criticados por la oposición y organizaciones de derechos humanos. En 2017, Al Sisi aseguró que solo presidiría Egipto durante dos mandatos de cuatro años en cumplimiento con la Constitución, por lo que su estancia en el poder debía acabar en 2022.
Sin embargo, en 2019 impulsó una polémica reforma exprés de la Carta Magna para extender los mandatos de cuatro a seis años y poder optar a una tercera reelección para seguir en el poder hasta 2030. Además, la extensión de los años de incumbencia de Al Sisi se aplicó con efecto retroactivo a su mandato actual.
Aprobada por el Parlamento egipcio, esta reforma fue ratificada en un controvertido referéndum en el que el 'sí' se impuso con un 88,8 % de los votos, aunque con una participación del 44,3 % del censo.
Represión de la disidencia
Los comicios se celebran tras una década de represión de la disidencia que ha levantado duras críticas, aunque las autoridades egipcias lo han justificado asegurando que era necesaria para la estabilidad de Egipto y que su objetivo eran extremistas y saboteadores que buscaban la desestabilización del Estado.
Organizaciones como Human Rights Watch estiman que desde que Al Sisi llegó al poder alrededor de 60.000 personas han sido detenidas por motivos políticos en Egipto, mientras que Amnistía Internacional denuncia que la represión contra la disidencia ha aumentado en la última década.
Pero los partidarios del mandatario destacan su trabajo para reforzar la seguridad y poner en marcha un plan de infraestructuras en el que destaca su proyecto estrella, la Nueva Capital Administrativa, una megaciudad construida al este de El Cairo, en mitad del desierto, que supone una inversión de 58.000 millones de dólares.
Su impulso por renovar unas infraestructuras decrépitas pasa por la ampliación del Canal de Suez, planes agrícolas y una extensa red de carreteras y puentes.
Pluralidad de candidatos
La gran novedad en estos comicios es que, por primera vez desde su llegada al poder, Al Sisi se medirá a tres adversarios, ya que en anteriores ocasiones tuvo un solo rival, al que venció casi por unanimidad. Farid Zahran, jefe del Partido Socialdemócrata Egipcio (PSE); Abdel Sanad Yamama, jefe del Partido Wafd, y Hazem Omar, del Partido Popular Republicano (RPP) son los aspirantes.
Una pluralidad de candidatos que se produce en medio de cierta apertura para los grupos opositores en el marco del Diálogo Nacional, una iniciativa impulsada por el jefe de Estado a mediados de 2022 para reunir a todos los movimientos políticos de Egipto a excepción de los Hermanos Musulmanes, organización considerada terrorista por su gobierno.
Sin embargo, no se esperan sorpresas durante estas elecciones, en las que, según analistas y medios locales, el actual mandatario tiene todas las papeletas para ganar y no requerirá de una segunda vuelta.
La gran incógnita es la participación, que en las dos últimas elecciones apenas sobrepasó el 40%. La ANE, el Gobierno y los candidatos han insistido durante la campaña electoral en participar en estas elecciones y han pedido a los ciudadanos "que ejerzan sus derechos constitucionales".
La votación se produce en un contexto de descontento general por la severa crisis económica que atraviesa el país, con una inflación de 39%, la pérdida del 50% del valor de la moneda local y una deuda externa que asciende a 160.000 millones de dolares. A ello se suma la guerra en la Franja de Gaza, que hace frontera con Egipto, y el temor de un potencial desplazamiento de la población gazatí a la península del Sinaí.
Según señala a EFE el analista del Centro de Estudios Estratégicos y Políticos Al Ahram, Abdelaleim Mohamed, el papel ejercido por Egipto en la mediación entre Israel y el grupo islamista Hamás "favorecerá" a Al Sisi en estas elecciones, pese a que no se ha hecho público hasta el momento ningún sondeo de popularidad de los candidatos. Pero el experto egipcio lo tiene claro: "Al Sisi ganará en todos los casos, ya que es el candidato del Estado".