Vivir envueltos en plástico, ¿morir ahogados?

• En seis décadas se han generado 8.300 millones de toneladas de plásticos; la tercera parte son residuos contaminantes
• De media ingerimos cinco gramos de microplásticos a la semana, el equivalente a una tarjeta de crédito

Grabando en la isla de Java la preocupante contaminación de residuos plásticos en el río Citarum.

Desde que se crearon los primeros objetos de plástico, su fabricación no ha dejado de aumentar. El exponencial crecimiento de su producción y el fallido sistema de reciclaje han evidenciado la grave contaminación medioambiental que nos afecta.

A esto hay que sumar la amenaza de la toxicidad de los plásticos que estamos ingiriendo a través de los alimentos, el agua, e incluso, el aire que respiramos. Un veneno que origina importantes problemas para nuestra salud y que las leyes aún no han sido capaces de controlar.

Sustancias químicas en un laboratorio donde se trabaja con plásticos. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

Plástico, un invento envenenado

En 1959, el ingeniero sueco Stein Gustav Tuling, preocupado por proteger el medio ambiente de la tala de árboles con las que se fabricaban las bolsas de papel, inventó un nuevo material resistente y versátil. Se trataba del plástico, un elemento muy sencillo de reciclar y que, gracias a un eficaz sistema de recogida y clasificación, podría reutilizarse y dar vida a otros objetos casi indefinidamente.

Producción de plástico en la planta de reciclaje de Prakarsa en Indonesia. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

Pero, sesenta años después, la realidad es bien distinta. Hoy, se producen 400 millones de toneladas al año y si el ritmo no cesa, en 2.050, se multiplicará por tres. Para entonces, según señalan los científicos, en el océano habrá más plástico que peces. Y es que los mares son uno de los ecosistemas más afectados por los residuos plásticos.

La Fundación Swiss Race for Water realiza expediciones por todo el mundo para alertar de la grave situación de nuestros océanos. Según sus investigaciones, los estamos llenando de basura a una velocidad vertiginosa, el equivalente a un camión de residuos plásticos por minuto.

Alta contaminación por residuos plásticos en la playa de Pasuruan en la isla indonesia de Java. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

“Cuando limpias el pescado, encuentras trocitos de plástico, esto significa que nosotros también estamos comiendo plástico“

Una auténtica situación de emergencia de gran impacto en la fauna marina y, en definitiva, sobre nuestra propia salud. "Cuando limpias el pescado, encuentras trocitos de plástico, esto significa que nosotros también estamos comiendo plástico", asegura Ludovic Burns Tuki, un pescador de la Isla de Pascua, hasta donde los residuos plásticos han llegado y ensucian ya sus costas. "Hace ya mucho tiempo que nos llegan residuos plásticos", cuenta un habitante de la isla indonesia de Java.

La contaminación por resíduos plásticos se ha cebado con los países más desfavorecidos del planeta. Sus débiles economías no les permiten establecer ni un sistema mínimamente eficaz contra la lacra de los embalajes plásticos.

Una mujer recolecta botellas de plástico en un vertedero de Kota Kinabalu, en la isla malasia de Borneo. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

En buena parte, porque son los destinos donde los países industrializados desechan sus sobrantes plásticos. Los científicos subrayan que, en 2017, la mitad de los residuos exportados a Asia para su reciclaje procedían de países del G7.

Turquía cierra sus fronteras a los residuos plásticos de otros países

Y lo más alarmante, el 94% de todos los plásticos se hunden en los fondos, el 5% llega a las playas y esas inmensas sopas de plástico que vemos tan solo corresponden al 1% de los restos que permanecen en la superficie.

Reciclar no es rentable

Es evidente que las bondades del reciclado no han sido tales cuando el 40% de la basura de plásticos termina en los vertederos y el 25% es incinerado. A falta de un buen sistema de recogida, selección y reutilización de estos sobrantes, las consecuencias medioambientales y de salud pública por la contaminación de plásticos se ha convertido en "uno de los principales problemas de nuestra sociedad junto con el del calentamiento global", asegura el investigador de la Universidad Agrícola y Tecnológica de Tokio.

Vertedero de plásticos en Kota Kinabalu, al norte de la isla de Borneo. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

Uno de los datos más preocupantes es que en Europa, cerca de la mitad de los materiales recogidos no son aptos para el reciclaje. Para reciclar más y mejor sería necesario restringir el número de plásticos y aditivos y prohibir las sustancias peligrosas.

“Estamos descubriendo que muchos de los plásticos reciclados son peligrosos“

Pero esas sustancias que se necesitan para conseguir resistencia, flexibilidad y transparencia como son los aditivos, colorantes, fungicidas y antioxidantes, entre otros, perjudican la calidad del plástico reciclado y algo mucho más inquietante. "Estamos descubriendo que muchos de los plásticos reciclados son peligrosos", advierte Pete Myers, científico y director de la organización sin ánimo de lucro Ciencias de la Salud y Medioambiental.

Plásticos reciclados muy contaminantes

Que estamos inmersos en el plástico y en sus nocivos efectos es una realidad. Los científicos alertan de la exposición a esas sustancias químicas peligrosas de los plásticos. Se encuentran en el agua, especialmente la embotellada, en el aire que respiramos, en la ropa que usamos.

Una de las plantas de agua embotellada distribuidas por el planeta, cuyos envases para conseguir la transparencia contienen sustancias añadidas al plástico. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

Pero es la exposición a través de los alimentos la que ocasiona fatales consecuencias para nuestra salud por partida doble: por los microplásticos que tomamos a través de carnes, pescados y verduras y la que ingerimos por las sustancias tóxicas del envasado.

Más cerca - Plástico: el ingrediente más tóxico de nuestra alimentación - Escuchar ahora

Los plásticos que están en contacto con los alimentos liberan sustancias químicas y estas son una potente fuente de la toxicidad que nos inunda. En nuestro cuerpo se han hallado hasta 300 productos químicos que no aparecían en generaciones anteriores.

“Se usan muchos plásticos, a pesar de que sabemos que hay sustancias químicas que nos perjudican“

Toxicólogos, como Anna Lennguist, aseguran que hoy día se utilizan muchos plásticos, sin que sepamos si son seguros para la salud, pero también "se usan muchos plásticos a pesar de que sabemos que hay sustancias químicas que nos perjudican". "Entre ellas están presentes múltiples disruptores del sistema endocrino, como los bisfenoles o los ftalatos que hackean nuestras hormonas", explica Myers.

Un químico mezcla en un laboratorio sustancias que posteriormente se incorporan al plástico y que se ha demostrado que son peligrosas. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

“Están presentes múltiples disruptores del sistema endocrino como los bisfenoles o los ftalatos que hackean nuestras hormonas“

Y esto no es baladí, las patologías asociadas a este cóctel tóxico y que pueden desarrollarse son muchas y variadas. "Puede ser cáncer, enfermedades cardiovasculares, puede afectar al sistema inmunológico, al cerebro, al sistema reproductivo y a la salud metabólica como la diabetes", enumera Jane Muncken, la científica y directora del Foro Embalaje de Alimentos.

El lobby petrolero, el lobby del plástico

Es evidente que vivimos en una situación de emergencia. Todos los estudios e informes de los científicos lanzan una alerta. Se impone con urgencia un cambio de paradigma en el uso y consumo del plástico, en la producción, en su ciclo de vida y en su reutilización.

Una botella de plástico ensucia la playa. ©Bord Cadre Films / Peter Charaf

No resulta fácil. La industria petrolera y su poderoso lobby parecen no estar dispuestos a dejar de enriquecerse con este insidioso veneno que fabrican, ni de asumir responsabilidad alguna por los nefastos efectos de su producto estrella en el planeta. La laxitud legal les ampara.

Un dato muy poco esperanzador. Un mes después de la grabación de este documental, los grupos petroquímicos lograron posponer el plan para prohibir las sustancias perjudiciales del plástico para la salud y el medioambiente durante, al menos, 18 meses. Y esto ha ocurrido en Europa.