El BCE mantiene el freno ante la caída de la inflación: deja los tipos de interés en máximos del 4,5% por segunda vez
- La inflación en noviembre tocó mínimos de más de dos años lo que podría anticipar una relajación de las condiciones financieras
- Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, no ha dado pistas sobre cuál la senda que seguirá el supervisor en 2024
La última reunión del año del Banco Central Europeo (BCE) se ha celebrado este jueves en Frankfurt con el foco, una vez más, en los tipos de interés. El supervisor ha decidido mantenerlos en máximos del 4,5%, tal como sucedió en octubre, si bien los mercados ya han empezado a especular con una rebaja en las tasas para comienzos de 2024, una vez que la inflación en la eurozona ha caído en noviembre a su nivel más bajo en más de dos años.
No obstante, desde el BCE avisan: "Aunque la inflación ha caído en los últimos meses, es probable que vuelva a repuntar temporalmente a corto plazo", ha dicho la presidenta del organismo, Christine Lagarde, en referencia a "riesgos" que aún están presentes en la economía como la inflación subyacente o la energía.
En consecuencia, tras la reunión del Consejo de Gobierno, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantienen en el 4,5%, el 4,75% y el 4 %, respectivamente.
Ha sido un año marcado por la subida de tipos más intensa hasta ahora registrada en la historia de la política monetaria común. También ha sido la más rápida: el precio del dinero ha aumentado 450 puntos básicos en poco más de un año, pasando del 0% en junio de 2022 al 4,5% en septiembre de 2023. Está solo a 25 puntos básicos de alcanzar el máximo registrado en octubre del año 2000.
Todo ello ha tenido un único objetivo: rebajar una tasa de inflación nunca antes vista en la zona euro y que tocó techo en octubre de 2022 hasta el 10,6% como consecuencia de la invasión rusa en Ucrania. Hoy la inflación media se sitúa en el 2,4% -de acuerdo al último dato facilitado por Eurostat-, una cifra que si bien sigue por encima del objetivo del 2% que marca el BCE, es la más baja desde julio de 2021.
No da pistas sobre futuras decisiones
Precisamente esa caída ha llevado a los mercados a aventurar que una posible bajada de los tipos de interés podría llegar antes de lo previsto, a la vez que los fantasmas de una nueva subida se alejan. Sin embargo, Lagarde no ha dado pistas sobre ello y ha seguido insistiendo en que los tipos seguirán "en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario" y que todo dependerá de "los datos" y "no del tiempo" que transcurra.
Mientras, al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal mantiene congelados los tipos en la horquilla del 5,25% y el 5,5%, su máximo nivel desde 2001. Todo ello, tras haber llevado a cabo once subidas desde marzo de 2022.
Su presidente, Jerome Powell, también se mantiene prudente y, aunque se inclina por una rebaja de los tipos en 2024, tampoco descarta una nueva subida en los próximos meses, dado que la economía no muestra síntomas de enfriamiento sino todo lo contrario, y la inflación está todavía lejos del deseado 2%. "Estamos preparados para endurecer aún más la política si resulta apropiado hacerlo", afirmó.
Y es que la incertidumbre sobre el contexto internacional, donde a los efectos de la invasión rusa en Ucrania se suman ahora las consecuencias de la guerra en Gaza, podría volver a impactar de nuevo en los precios y en la confianza de hogares y empresas, lo que obliga a ambos organismos a mantener a guardia.
Revisa a la baja las previsiones de crecimiento
El endurecimiento de la política monetaria, por tanto, está cumplido su objetivo en lo que respecta a la inflación; no obstante, también ha tenido consecuencias para la economía.
Por un lado, sobre el crecimiento. El Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona se estancó en el segundo trimestre del año y apenas repuntó un 0,1%, dos décimas menos de lo estimado en agosto por Eurostat.
Precisamente en la reunión de este jueves el Consejo de Gobierno también ha revisado el cuadro de previsiones macroeconómicas, rebajando las expectativas de crecimiento económico en la eurozona respecto a septiembre, cuando se actualizaron por última vez. Así, los expertos del Eurosistema prevén un repunte del crecimiento desde un promedio del 0,6% en 2023 (una décima menos) hasta el 0,8% en 2024, y el 1,5% en 2025 y 2026.
En lo que respecta a la inflación, estiman que se situará en promedio en el 5,4% en 2023, para bajar al 2,7% en 2024, al 2,1% en 2025 y al 1,9% en 2026. En comparación con las proyecciones de septiembre, esto supone una revisión a la baja para 2023 de dos décimas y especialmente para 2024 de cinco décimas.
Las subidas de tipos también se nota en la economía
Asimismo, los tipos de interés están haciendo mella en el mercado de la vivienda. El euríbor -principal indicador hipotecario en España- tocó techo en octubre y se situó a cierre de mes en el entorno del 4,16%, su valor más alto desde noviembre de 2008. Si bien, coincidiendo con la caída de la inflación, anotó un descenso en noviembre del 4,022%, lo que podría suponer un cambio de ciclo con respecto a los últimos dos ejercicios al alza.
Esto implica que alguien que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros con un plazo de vencimiento de 30 años, un diferencial del 0,99% y deba revisar su tipo de interés en el mes de noviembre, verá subir su cuota hipotecaria en unos 100 euros al mes.
Este repunte en los tipos también se está sintiendo en la firma de hipotecas, que en septiembre encadenó su séptimo descenso de más de dos dígitos. En concreto, lo hizo en un 29,6%. Al mismo tiempo, la compraventa de vivienda sigue retrocediendo y acentuó su caída durante el mismo mes hasta perder un 23,7% en tasa interanual. En este caso, la venta de pisos suma ocho meses consecutivos en negativo.
Las previsiones no son optimistas y los principales organismos económicos coinciden en una desaceleración de las economías de la zona euro este año y el que viene. Habrá que estar atento al rumbo que tomará la política monetaria en los próximos meses.