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Carolina Pecharromán reivindica a las primeras periodistas: "Tenían que firmar con seudónimo masculino"

  • La periodista y directora de Objetivo Igualdad publica Las primeras periodistas 1850-1931

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Detalle de la portada de 'Las primeras periodistas 1850-1931'
Detalle de la portada de 'Las primeras periodistas 1850-1931'

Seguro que el nombre de Sofía Casanova no os dice nada, pero fue una corresponsal de ABC que, en 1917, entrevistó a Trotsky, la mano derecha de Lenin, apenas un mes después de la subida de este último al poder tras la Revolución Rusa. Sofía es solo una de las pioneras del periodismo a las que Carolina Pecharromán (Madrid, 1969) reivindica en el libro Las primeras periodistas 1850-1931. Profesionalización y activismo en España, Francia y Reino Unido (Editorial Renacimiento).

Carolina, actual directora del programa Objetivo Igualdad (RTVE), dedico su tesis a buscar y poner en valor a estas primeras periodistas, que protagonizan este libro: "Además de en periodismo, soy licenciada en Historia Moderna y Contemporánea. Quería hacer la tesis en un programa de doctorado de Historia y dedicarla a algún aspecto de la historia de las mujeres. Mi directora de tesis, Pilar Díaz Sánchez, me propuso unir mis dos ramas principales de conocimiento y trabajo: historia y periodismo, y analizar la historia de las mujeres periodistas".

"Acepté con entusiasmo la idea porque yo misma, pese a mi profesión, desconocía todo sobre las pioneras del periodismo en nuestro país. Nadie me había hablado de ellas cuando estudié. Aunque ya son populares los nombres de algunas como Carmen de Burgos o Josefina Carabias, todavía se las conoce muy poco y no están prácticamente en los manuales de historia del periodismo que se estudian en la Universidad".

"El seudónimo de varón era casi imprescindible"

Llegar al periodismo no fue fácil en la sociedad machista de la época y las primeras lo lograron gracias a la poesía, como nos comenta Carolina: "Las primeras empezaron a publicar a mediados del siglo XIX, cuando comenzaron a aparecer las revistas femeninas o destinadas a las mujeres en nuestro país. Estábamos en plena cultura del Romanticismo y sí se aceptaba que las jóvenes escribieran poesía. En un entorno en el que estaba mal vista la participación de las mujeres en la esfera pública, el que publicaran poemas era algo más liviano y… “Femenino”.

"Esas revistas femeninas hablaban de temas muy variados -continúa Carolina-, desde moda hasta artículos divulgativos de todo tipo de temas y eso es lo que empezaron a hacer ellas. El rechazo social a que una mujer escribiera en prensa era tal que muchas tuvieron que firmar con seudónimo femenino o masculino para que no se las reconociese. Cuando se aventuraron a tratar temas de los considerados como “masculinos” o escribir en otro tipo de publicaciones, el seudónimo de varón era casi imprescindible".

El ojo crítico - 'Las primeras periodistas' de Carolina Pecharromán - Escuchar ahora

El periodismo fue para ellas un medio de autonomía

En un país mayoritariamente analfabeto preguntamos a Carolina de qué estratos sociales surgieron estas primeras periodistas: "Estas mujeres pertenecían a todo tipo de estratos sociales. Desde las más acomodadas o incluso nobles como Emilia Pardo Bazán o Rosario de Acuña o las de clase media-alta como Faustina Sáez de Melgar o Concepción Arenal. Pero la inmensa mayoría eran de clase media y muchas consiguieron hacer del periodismo y la escritura un medio de autonomía económica que no hubieran tenido de otra manera".

"Hablamos -añade Carolina-, de una época en la que la mujer debía ser madre y esposa y se le cerraban todas las puertas laborales que no fueran el campo, la fábrica o el trabajo doméstico. ¿Qué ocurría si no había un hombre que las mantuviera? Mujeres como Josefa Pujol consiguió siendo viuda mantenerse ella misma, a su hermana y sus hijos. Carolina de Soto y Corro, Ángela Grasi, Amalia Domingo Soler, Josefa García Balmaseda, Emilia Serrano y un largo etcétera lograron vivir de forma autónoma, digna y libre, sin necesidad de casarse".

24 horas - En algún lugar del tiempo | Josefina Carabias, la primera periodista - Escuchar ahora

En Francia o Inglaterra surgieron antes

En los países de nuestro entorno como Francia o Inglaterra, esas mujeres periodistas habían surgido mucho antes, como nos comenta Carolina: "En Francia había una tradición importante de mujeres escritoras, sobre todo nobles. Al calor de la Revolución Francesa y las sucesivas de 1830 y 1848, no solo se agitó la actividad política y periodística en general, sino la feminista. Si se pedían derechos para los hombres, las mujeres reclamaban también los suyos. Hubo periódicos activistas feministas elaborados por mujeres, asociaciones, etc."

"En Inglaterra, patria de la Revolución Industrial y dotada de un activo sistema Parlamentario, las asociaciones de mujeres y la reclamación de sus derechos a través de la prensa fueron también muy tempranas -añade Carolina-. En ambos países la alfabetización de las mujeres era muy superior a la española, la actividad cultural y política a nivel medio era más extensa. Ellas tenían, digamos, unas condiciones de partida muy diferentes a las españolas, un caldo de cultivo que les permitió entrar en periódicos y escribir con más facilidad que las españolas, aunque tanto en Francia como en Inglaterra también hubiera machismo y los derechos de las mujeres se vieran pisoteados".

El primer manifiesto feminista de España

Preguntamos a Carolina a cuáles de estas pioneras del periodismo destacaría: "A dos periodistas gaditanas: Margarita Pérez de Celis y Josefa Zapata. Ellas pertenecían a un grupo mixto de seguidores del socialista utópico Charles Fourier, por lo que tenían mucha influencia de Francia. Desde 1856, ellas dos comenzaron a dirigir una serie de publicaciones en las que escribían tanto hombres como mujeres y en las que difundían esta ideología de justicia social desde una perspectiva feminista".

"Uno tras otro -añade la periodista-, las autoridades fueron cerrando los periódicos que ellas publicaban por considerarlos escandalosos y revolucionarios. Se les llama genéricamente los Pensiles (El Pensil gaditano, El Pensil de Iberia, El Nuevo Pensil de Iberia…). Admiro su valor y su entrega. Ellas persistieron pese a las dificultades y tuvieron que sobrevivir cosiendo y haciendo todo tipo de labores. En esos periódicos se publicó por entregas el que sería el primer Manifiesto Feminista de la historia de España: “La mujer y la sociedad”.

En esa época había incluso reporteras que tenían que disfrazarse para poder acceder a lugares donde las mujeres tenían prohibida la entrada: "Carmen Eva Nelken, que escribía con el sobrenombre de Magda Donato, fue la primera en practicar lo que se ha llamado después “periodismo gonzo”. Para su serie de los “Reportajes vividos” llegó a hacerse pasar por enferma mental para que la ingresaran en un psiquiátrico y comprobar de primera mano las condiciones de vida en ese lugar".

Su primera reivindicación fue la educación para las niñas

Preguntamos a Carolina cuando estas primeras periodistas empezaron a tratar temas que no fueran exclusivos de mujeres y a hablar de otros como la desigualdad de género: "Desde muy pronto. Primero en Francia e Inglaterra y después en España, una de las primeras reivindicaciones de las mujeres en prensa fue la educación para las niñas. Hasta la más “femenina” de las periodistas tiene algún artículo en que reclama formación, instrucción para las mujeres, porque son conscientes de que la ignorancia en la que las mantienen es lo que justifica que las traten como inferiores. Después reclamarían trabajo y más adelante igualdad de otros derechos, como el voto".

En esa lucha por la igualdad y la profesionalización destaca la sororidad entre ellas: "Van profesionalizándose a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX -nos explica Carolina. En esto fue muy importante que empezara a haber mujeres dirigiendo revistas femeninas o culturales, porque efectivamente existió una red de solidaridad entre ellas por la que se daban trabajo las unas a las otras, se animaban o hacían publicidad de las publicaciones de las compañeras. Habrá que esperar, no obstante, a comienzos del siglo XX para que las primeras se integren en redacciones masculinas de periódicos generalistas: Carmen de Burgos y Consuelo Álvarez Pool".

El estudio acaba en 1931 por una razón fundamental: "Tenía que poner el final en algún momento y lo puse ahí porque ya la profesión estaba más normalizada para las mujeres y consiguieron el gran logro ansiado por las feministas, el voto" -asegura Carolina-.

Pero... ¿Qué pasó con estas mujeres periodistas en la II República? "Ya desde principios de siglo -nos epxplica la autora-, fueron avanzando y encontramos, por ejemplo, las primeras corresponsales de guerra en las de África o la Primera Guerra Mundial. En los años 20 y la II República, las periodistas se desarrollaron extraordinariamente. Hubo corresponsales, hacían reportajes, entrevistas, viajaban, se movían prácticamente igual que sus compañeros. También fueron pioneras en la radio".

¿Y tras la guerra civil? "Muchas de ellas tuvieron que exiliarse -comenta Carolina-. A otras, se les quitó en España el carnet de prensa. Se produjo un retroceso de cerca de cuarenta años en su situación, tanto personal como profesional".

Afortunadamente, hoy en día el número de mujeres periodistas es muy superior al de los hombres, aunque no es así en los puestos directivos y de responsabilidad. Y es que, como nos recuerdan Carolina y las primeras periodistas, la lucha por la igualdad de género dista mucho de haber concluido.

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