Enlaces accesibilidad

¿Qué es la titularidad compartida en el campo y la ganadería? Una fórmula para visibilizar a las mujeres rurales

  • Esta figura jurídica permite, desde 2012, que las mujeres puedan ser cotitulares de las explotaciones agrarias junto a sus parejas
  • La burocracia, el desconocimiento o una mentalidad reacia han provocado que la norma no tenga el resultado esperado

Por
Una mujer trabaja en una explotación agrícola
La titularidad compartida da un trato preferente en las bases de las subvenciones financiadas por la Administración General del Estado

"Cada vez se les da más visibilidad, pero yo creo que (las mujeres) siempre han estado". Así se expresa la ganadera Esther García cuando es preguntada por RTVE.es sobre el papel actual de las mujeres en el mundo agrario. Ella es una voz autorizada para hablar de esta cuestión, ya que es titular, junto a su marido, de una explotación ganadera desde hace aproximadamente dos años y medio en la localidad albaceteña de Nerpio.

García lleva normalmente la gestión administrativa de la empresa, pero también va varios días a la semana a trabajar a su explotación de ganado ovino de carne: "Me gusta coger el tractor o intentar curar a algún animal si le pasa algo".

La suya forma parte de las 1.226 explotaciones inscritas en el registro de titularidad compartida en toda España, según datos de octubre de 2023 del Ministerio de Agricultura. Una cifra muy lejana a las 30.000 explotaciones que se calculaban que podrían acceder a esta figura, según las estimaciones iniciales de la norma.

La titularidad compartida de las explotaciones: asignatura pendiente de la igualdad en el campo

La titularidad compartida es una figura jurídica que se estableció por ley en 2011 "a la que se pueden acoger aquellas parejas que comparten trabajo y gestión de la explotación agraria", tal y como afirma la presidenta de la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agroalimentarias de España -AMCAE-, Dolores Calvo.

Permite "que la administración, representación y responsabilidad de la explotación sea de las dos personas titulares", dice el Ministerio. También posibilita el reparto de rendimientos al 50% y aporta ventajas a la hora de acceder a la condición de explotación prioritaria, entre otras medidas.

Una figura que llegó para solucionar una cuestión pendiente del mundo agrario con las mujeres: la de igualar el valor de su labor al de sus parejas.

"La mujer era considerada una mera colaboración dentro de la empresa"

Pese a que muchas mujeres han trabajado a lo largo de los años en las explotaciones familiares, hasta el 2012 -cuando entró en vigor la ley- no existía ninguna figura jurídica que las amparase. "Aun trabajando en las explotaciones, la labor de la mujer era considerada como una ayuda familiar o una mera colaboración dentro de la empresa", apunta la presidenta de AMCAE.

Y, aunque eran parte activa de las explotaciones agrarias, muchas no estaban dadas de alta en la Seguridad Social ni su nombre figuraba en la documentación de la empresa familiar. La presidenta de ASAJA Mujeres y también vicepresidenta de ASAJA Castilla-La Mancha, Blanca Corroto, lo corrobora, afirmando a RTVE.es que muchas mujeres rurales "se han quedado sin pensión porque no han cotizado", pese a haber trabajado toda su vida.

A esta situación de desigualdad se sumaba otro fenómeno llamado 'doble jornada', ya que "trabajaban en sus casas y también lo hacían en la explotación familiar", dice Corroto. Por ello, esta ley " las dota de nuevas oportunidades, las visibiliza y les permite ser titulares de pleno derecho, algo de lo que antes carecían", afirma Calvo.

La excesiva burocracia puede entorpecer la titularidad compartida

De esta norma también se benefició Mónica Castellanos, ganadera en Navahermosa -Toledo-. Cuenta que, desde que se casó, echaba una mano puntualmente en la explotación de su marido, pero "llegó el momento en el que las niñas se fueron al colegio y había que incorporarse", dice.

Decidieron establecerse como titularidad compartida en el año 2017, cuando "había muy poquitas" empresas de este tipo. Además, la organización agraria ASAJA les asesoró, ya que, según confiesa la ganadera, es un proceso con "mucha burocracia". "En las administraciones nadie te decía las cosas claras y había que ir de un sitio para otro preparando papeles. Un 'no parar'", cuenta a RTVE.es.

Mónica Castellanos, una ganadera de la localidad toeldana de Navahermosa, trabajando en su explotación ganadera

Mónica Castellanos trabajando en su explotación ganadera de Navahermosa, en la provincia de Toledo Imagen cedida a RTVE

El exceso de 'papeleo' y la dificultad de coordinación entre las administraciones implicadas, -como Seguridad Social y Agricultura-, es lo que Blanca Corroto relaciona con que la ley no haya tenido los resultados esperados 12 años después de su publicación. Aunque "parece que ya se van informando y formando más al respecto, al final tanta burocracia hace que la gente se aburra", expresa.

Dolores Calvo reconoce que, sobre todo con los primeros compases de la ley "hubo algunos pequeños atascos", y que todavía "hay aspectos que son mejorables", aunque como presidenta de AMCAE afirma que la Administración tiene "actitud" de querer solucionarlos.

Lo cierto es que establecerse como titularidad compartida no es fácil según la opinión de Esther García a la que, pese a tener un grado superior en Administración y Finanzas, le ha costado "entender la legislación", ya que "nos exigen demasiado", opina.

Solo el 28,9% de las explotaciones tienen a mujeres como jefas

Según datos del censo agrario de 2020 publicado por el Instituto Nacional de Estadística -INE-, en España hay 914.871 explotaciones agrarias y 169.576 ganaderas y de todas ellas, solo el 28,9% tienen a mujeres como jefas. Datos que, si se comparan con las 1.226 explotaciones con titularidad compartida que existen en la actualidad, ponen de relieve la necesidad igualitaria que sigue teniendo el mundo rural.

Otra de las causas de ese "crecimiento tímido" al que alude Dolores Calvo, es que todavía "hay gente que no conoce" esta figura, según la ganadera Mónica Castellanos. De la misma opinión es Blanca Corroto, que afirma que sigue siendo "muy desconocida", y que también pide ampliar la edad para beneficiarse de las reducciones fiscales por convertirse en titularidad compartida -actualmente es hasta los 50 años-.

La figura de la titularidad compartida sigue siendo muy desconocida

Por su parte, Calvo no considera que haya un problema de información y alude a las campañas que se han hecho "por todo el territorio" por parte de organizaciones como Cooperativas Agroalimentarias o ASAJA.

"Para nosotros es una labor pedagógica", dice Corroto, que apuesta por que también asistan los hombres a estas charlas. Incide en que otro de los problemas es la actitud reacia que aún persiste sobre que las mujeres ocupen lugares visibles en las explotaciones.

En algunos casos, "todavía parece que el marido pierde algo de cuota de poder" al compartir al 50% la explotación, afirma Corroto, algo que corrobora Castellanos: "Todo lo que tú tengas es a medias con tu marido, por lo que no en todos los casos el hombre va a ceder todo".

En lo que todas ellas coinciden es en las bondades de la ley, que contribuye a ese "trabajo de lluvia fina", al que se refiere Dolores Calvo, para conseguir más equidad en el mundo rural.