Chile y el "voto en contra de todo": los escenarios tras el rechazo a la nueva Constitución
- El proceso por el cambio constitucional ha durado cuatro años y ha polarizado a la sociedad
- El pueblo cada vez está más distanciado de la política y se opone a cualquier propuesta
Chile se queda en punto muerto. Vuelve a la casilla de salida. El 55’7% del electorado ha preferido quedarse con la Constitución actual, redactada en tiempos del dictador Pinochet, antes que enterrarla y pasar a adoptar la propuesta redactada por un Consejo Constituyente con una mayoría de la ultraderecha y la derecha.
Triunfa el ‘En Contra’, pero la victoria es amarga para el presidente Gabriel Boric, ya que acabar con la Carta Magna que dejó el dictador fue una de sus promesas al llegar a La Moneda y ha sido uno de los objetivos históricos de la izquierda, ya que nunca la han considerado legítima. El mandatario chileno, como ya avisó hace unas semanas, mantiene su posición y cierra capítulo: este proceso por el cambio constitucional que comenzó hace 4 años con las protestas multitudinarias de 2019 termina así. Boric ha prometido enfocarse en las prioridades que ahora tiene la población del país latinoamericano, como la educación, la salud, el sistema de pensiones o la inseguridad. De hecho, este lunes ha retierado que quiere "ganarle la pelea a la delincuencia”.
Por su parte, José Antonio Kast, el líder del Partido Republicano, de extrema derecha y que ha encabezado el Consejo Constiuyente encargado de redactar la propuesta rechazada, ha optado por dejar la autocrítica para dentro de unas semanas y anunciar que ya está trabajando para las próximas elecciones municipales, previstas para octubre del año que viene. Además, Kast habla de fracaso, reconoce la derrota y afirma que “el daño que ha sufrido Chile en los últimos cuatro años es gigantesco y costará muchas décadas repararlo”.
Nuevo revés
En el anterior intento por cambiar la Constitución del dictador, en septiembre del año pasado, la convención progresista que escribió la propuesta sufrió un contundente revés porque el 62% no apoyaba el borrador. Ante el segundo ‘No’ en poco más de un año, a pesar de que este texto lo haya redactado una mayoría de la ideología contraria, Fernando Atria, profesor de Derecho en la Universidad de Chile y una voz autorizada dentro de la izquierda del país, cuenta en el programa '5 Continentes' de Radio 5 que “pareciera que es un giro de 180º, un vuelco completo, pero, en realidad, es lo mismo: un voto negativo a lo que parece vinculado a la institucionalidad política”.
“Cada vez que se pide su participación, vota en contra, en contra de todo“
En este segundo resultado donde predomina el ‘En contra’ en la población chilena, “se consolida una tendencia de rechazo en los comicios realizados sobre la cuestión del cambio de Carta Magna”, según explica Fernando Atria,quien añade que Chile tiene ahora “una sociedad que mira con profunda distancia y escepticismo, y algo de indignación, a la política: cada vez que se pide su participación, vota en contra, en contra de todo”.
El profesor de Derecho de la Universidad de Chile argumenta que estos datos “reflejan la profundidad del problema que hay en el país”. Además, Atria cree que “el otro problema, el del proceso constituyente, que se pretendía solucionar, va a afectar a la política del día a día en Chile”.
Nuevos escenarios
El texto actual, reformado al menos 70 veces, sobre todo en 2005, durante el gobierno del socialista Ricardo Lagos, se queda como está y la tarea de modificar la ley fundamental queda pendiente. Todo, a pesar de que sigue haciendo falta reformas constitucionales, como cree Mireya Dávila, politóloga de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile.
Dávila explica a Radio Nacional que hacer más modificaciones es complicado debido a que se necesita “unidad y que el presidente lidere esos cambios, con una jerarquización de las reformas que se quieran hacer e implica capacidad de negociación en el congreso, que ahora está muy fragmentado”.
Ahora, por tanto, se abre el escenario post-constitucional. La politóloga de la Universidad de Chile cuenta que “hay que solucionar los problemas contingentes, referidos a las pensiones, salud y orden público, que deben volver a estar en los temas prioritarios de la agenda”.