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Francia

El Gobierno de Macron consigue aprobar la ley de inmigración en la Asamblea Nacional con apoyo de la ultraderecha

  • El texto ha sido aprobado gracias a los 268 votos a favor del bloque macronista, los conservadores de LR y la ultraderecha del RN
  • Los tres grupos de izquierda de la Cámara Alta se han opuesto de manera enérgica a la nueva legislación

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El Gobierno de Macron y los conservadores alcanzan un acuerdo sobre el proyecto de ley de inmigración en Francia
Sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional antes de la votación del proyecto de ley de inmigración

La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este martes la discutida y restrictiva ley de inmigración del Gobierno de Emmanuel Macron, gracias a los 268 votos a favor del bloque macronista, los conservadores de LR y la ultraderecha del RN, frente a los 186 en contra, básicamente de la coalición izquierdista Nupes.

Se trata de una mayoría "muy amplia", ha afirmado al final de la sesión el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ha subrayado su satisfacción por el hecho de que el bloque macronista, el más numeroso pero que no tiene mayoría absoluta, ha mantenido su unidad. Sin embargo, un total de 189 diputados del bloque de partidos macronistas votaron a favor,  27 en contra y 32 se abstuvieron. Por ello, los legisladores del RN permitieron la aprobación de la ley, ya que si sus 89 diputados hubieran votado en contra el texto habría sido rechazado.

El texto votado es producto de un acuerdo alcanzado este martes por la tarde entre el Gobierno de Macron y los conservadores franceses en una comisión mixta Asamblea-Senado, y que endurece la propuesta inicial y se parece mucho a la que había aprobado inicialmente el Senado, de mayoría conservadora. El golpe de efecto llegó cuando la líder ultraderechista Marine Le Pen anunció que su partido (Agrupación Nacional, RN) apoyaría el texto y trató de apropiarse de su aprobación, al proclamar "una victoria ideológica".

Entre las novedades incorporadas al texto, los extranjeros no comunitarios que lleguen a Francia tendrán vetado el acceso a determinadas ayudas sociales durante cinco años si no trabajan y durante tres meses si sí lo hacen.

Ganar la votación sin contar el voto de la ultraderecha

Darmanin ha denunciado que las declaraciones de Le Pen solo eran "un golpe político", ya que el RN cede finalmente en su política de no aceptar más inmigrantes de fuera de la Unión Europea. Darmanin también le ha recordado a los diputados macronistas que, si mantenían la disciplina de voto, la aprobación sería independiente del respaldo de la ultraderecha, pero aun así 27 votaron en contra y 32 se abstubieron.

Normalmente, el bloque macronista y los conservadores del LR ya son suficientes para lograr una mayoría absoluta, y la primera ministra Elisabeth Borne y Macron buscaban que los votos de la ultraderecha no fueran decisivos en caso de deserciones entre sus filas.

El texto acordado limita a 10.000 trabajadores anuales, pero no bloquea, el objetivo del Gobierno de regularizar a los inmigrantes indocumentados que se desempeñen en sectores que no encuentran mano de obra, como la construcción o la hostelería. Además, extiende a cinco años desde los actuales seis meses, el período de espera a que los inmigrantes legales extracomunitarios pueden solicitar ayudas para la vivienda o de carácter familiar. También se suprime el derecho automático al trabajo para los solicitantes de asilo (actualmente hay un período de espera de seis meses).

El Senado adopta la nueva ley

Previamente, los senadores, dominados por una alianza de la derecha y el centro, habían adoptado el texto por 214 votos a favor y 114 en contra. El grupo macronista ha votado abrumadoramente a favor, junto al grupo Los Republicanos y el grupo centrista. Los tres grupos de izquierda se han opuesto de manera enérgica.

Antes, la CMP, compuesta por siete senadores y siete diputados, ha mantenido una larga negociación que comenzó el lunes y que se ha reanudado esta mañana tras una noche caótica marcada por desacuerdos. En concreto, la discordancia ha surgido en torno al establecimiento del periodo mínimo de residencia para que los migrantes legales no europeos puedan recibir prestaciones sociales.

Grietas entre los socios de Gobierno

El acuerdo ha abierto grietas en la mayoría pro macronista. Antes de la votación, las diferencias entre sus socios de Gobierno han llevado a Macron a convocar una reunión de urgencia en el Elíseo. El Jefe del Estado ha hecho un "balance de la situación con el Primer Ministro, los presidentes de los grupos y los dirigentes de los partidos mayoritarios", tal y como ha indicado un comunicado presidencial.

Según ha informado un participante del encuentro citado por Afp, el líder francés ha asegurado en la reunión que la ley de inmigración no debería ser adoptada gracias a los votos de la Asamblea Nacional, y que estaba considerando solicitar una segunda deliberación parlamentaria si ese fuera el caso. El Jefe del Estado ha advertido, además, de que rechazaría cualquier propuesta de revisión de la Constitución en materia de inmigración.

"Nos enfrentamos a una burda maniobra de la RN. No caigamos en su trampa"

Por su parte, la primera ministra, Elisabeth Borne, se ha reunido con el grupo Renacimiento de la Asamblea y ha denunciado la "burda maniobra" del partido de Le Pen al anunciar que votará a favor del texto. Ha prometido que sus votos no se tendrán en cuenta.

"Nos enfrentamos a una burda maniobra de la RN. No caigamos en su trampa. Plantan la bandera en nuestro texto a pesar de que no votaron a favor en el Senado y llevan varias semanas diciendo que no podían votar a favor de un texto de regularización a través del trabajo", ha defendido Borne. "Evaluaremos los resultados de la votación sin tener en cuenta los votos de RN", ha ñadido.

También el aliado histórico del presidente, François Bayrou, ha hecho saber que "no aceptará" un texto sobre inmigración "reivindicado" por la RN, según fuentes citadas por Afp.

Además, según fuentes ministeriales citadas por Afp, los ministros Aurélien Rousseau (Sanidad), Sylvie Retailleau (Enseñanza Superior) y Patrice Vergriete (Vivienda) se han reunido con la primera ministra y "han puesto su dimisión sobre la mesa".

Críticas entre los miembros de la oposición

La semana pasada, la Asamblea Nacional rechazó debatir la polémica ley impulsada por el Gobierno de Macron en una apretada votación que supuso el primer gran golpe para el Ejecutivo del líder francés desde su reelección. La derecha consideraba el texto insuficiente, mientras que desde la izquierda pensaban que la ley era excesiva.

El líder de los diputados socialistas, Boris Vallaud, ha calificado el acuerdo de "momento de desgracia para el Gobierno" y ha asegurado que es "una vergüenza absoluta·.

"Espero que haya hombres y mujeres de coraje y de principios en las filas de la mayoría para rechazar este compromiso", había dicho el diputado, argumentando que "nadie estaba obligado a entregarse así a los republicanos y a la extrema derecha".

El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha asegurado que la nueva ley "desfigura la imagen de Francia" en un vídeo publicado en YouTube. "Lo que hay en esta ley es lo que el Frente Nacional reclama desde hace 50 años", ha añadido, pidiendo a los parlamentarios que "se pregunten" por "el derecho a la dignidad de toda persona humana".

Asimismo, en un comunicado conjunto, una cincuentena de asociaciones, sindicatos y ONG, entre ellas France terre d'asile y la Ligue des droits de l'homme (Liga de Derechos Humanos), también se han mostrado contrarias al acuerdo y han lamentado que "el examen de este texto haya roto poco a poco los diques, dejando el campo libre a una xenofobia que ya está completamente fuera de control".

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha defendido que incluso aunque no sea "el texto perfecto", se alegra de que se haya alcanzado un acuerdo "para proteger a los franceses".