Un palestino muere en Gaza cada cinco minutos: la violencia y destrucción de la guerra con Israel, en datos
- Más de 20.000 palestinos han muerto desde los ataques de Hamás el 7 de octubre, el 1% de la población de Gaza
- En torno al 40% de los edificios en la Franja habrían sido dañados o destruidos por las bombas
El número de muertos en la Franja de Gaza por la ofensiva israelí supera los 20.000 en 75 días de guerra, según el último dato ofrecido este mismo miércoles por la oficina de medios del gobierno del territorio palestino, controlado por Hamás. Además, se estima que unos 6.700 cadáveres permanecen atrapados bajo los escombros, lo que elevaría la cifra de muertos aún más.
Aun sin los desaparecidos, significa ya que prácticamente uno de cada cien palestinos que viven en esta Franja de apenas 365 kilómetros cuadrados ha muerto a consecuencia de los bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel. En dos meses y medio. Once cada hora, un palestino muerto casi cada cinco minutos. Se calcula, además, que el 70% de los fallecidos son mujeres y niños.
Ya se ha puesto en duda antes la veracidad de las cifras difundidas por las autoridades gazatíes, controladas por el grupo terrorista que desencadenó el conflicto con sus ataques con cohetes e incursiones terrestres en Israel el pasado 7 de octubre. Aunque también es cierto que en anteriores conflictos en Gaza (2008, 2014, 2021) las cifras comunicadas por las autoridades locales se aproximaron mucho a las que más tarde recabó la ONU.
Al margen de las cifras, las imágenes son muy elocuentes; en concreto, las imágenes por satélite. La siguiente visualización muestra cómo desde los atentados del 7 de octubre ha ido incrementándose semana a semana la extensión de las edificaciones dañadas en Gaza por los bombardeos de Israel, reflejando la evolución de los objetivos militares del Estado hebreo, que pretendía con su ofensiva “aniquilar a Hamás” de la Franja, en palabras del primer ministro, Benjamín Netanyahu.
La ofensiva de Israel ha generado una destrucción evidente en Gaza desde el inicio de la guerra. Avanzando de norte a sur, los ataques en las últimas semanas se han centrado en Jan Yunis, y asimismo en los últimos días se han producido por primera vez más daños en Deir al-Balah y en Ráfah que en la zona del Norte de Gaza.
Al menos el 60% de los edificios del norte de Gaza estarían dañados o destruidos por las bombas del Ejército israelí, según el análisis de dos investigadores estadounidenses, Corey Scher y Jamon Van den Hoek, a partir del análisis de imágenes por satélite. Y eso en un cálculo por lo bajo, porque según sus estimaciones hasta el 16 de diciembre, podría elevarse al 75% en su horquilla más alta, que en todo caso solo analiza los daños en asentamientos humanos, sin contar el efecto de la destrucción en otros lugares, como campos de cultivo. En toda Gaza, los daños afectarían a entre el 36% y el 45% de todas las edificaciones urbanas, según estos investigadores.
Los frentes de la guerra entre Israel, Hamás y sus apoyos
Israel parece estar acercándose a la fase final de su operación de limpieza en el norte de la Franja de Gaza. Las fuerzas terrestres israelíes entraron por el norte de Gaza el 27 de octubre. Mediante el uso de fuerzas terrestres, aéreas y navales, el Ejército israelí ha buscado destruir la infraestructura militar del grupo islamista Hamás, en especial su sistema de túneles y sus mandos jerárquicos.
Ha habido enfrentamientos de la milicia palestina y las fuerzas israelíes en prácticamente todos los barrios del norte de Gaza, señalaba en uno de sus informes esta semana el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). Según la radio de las Fuerzas de Defensa de Israel, sus tropas han matado a entre 6.000 y 7.000 combatientes, cita el think tank estadounidense.
La guerra también ha producido bajas entre los israelíes. Además de los 1.200 muertos y aproximadamente 5.400 heridos por los atentados de Hamás, en lo que va de ofensiva 132 soldados han muerto; más que en 2006, durante la segunda guerra del Líbano.
Hamás tampoco ha detenido en este tiempo sus ataques a Israel y a diario suenan las alarmas que advierten del lanzamiento de cohetes por parte de la organización terrorista. Además, los combatientes que apoyan a Palestina y están respaldados por Irán, como Hizbulá, también llevan a cabo ataques continuados desde el sur del Líbano, en la frontera norte de Israel.
Junto a ellos, los hutíes de Yemen en el Mar Rojo han atacado barcos y provocado que algunas de las mayores empresas navieras hayan suspendido su tráfico por esta vía clave en el comercio mundial. Esta ha sido hasta el momento la acción bélica de mayor repercusión global en este conflicto, por sus repercusiones económicas. Estados Unidos ha anunciado una coalición naval de respuesta en la zona a la que ha bautizado Operación Guardián de la Prosperidad.
Ocho de cada diez palestinos, desplazados
A los más de 20.000 muertos, se suman 1,9 millones de desplazados forzosos, viviendo en condiciones inhumanas en los estrechos límites de la Franja de Gaza. Son ocho de cada diez palestinos que han tenido que irse de su hogar, en muchas ocasiones reducido a escombros, incluidas personas que se han visto desplazadas varias veces.
En comparación, en Ucrania, tras casi dos años de guerra, se estima que hay 3,7 millones de desplazados internos, además de 5,9 millones de refugiados en otros países, según datos de ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados. El 27% de la población ucraniana frente a aproximadamente el 83% de palestinos que, además, tienen las fronteras cerradas.
Tras las órdenes de evacuar las áreas al norte del río Wadi Gaza, Israel ha ordenado vaciar un área equivalente a casi el 30% al sur de la Franja. Desde primeros de este mes, decenas de miles de desplazados que han llegado a Ráfah viven hacinados en condiciones extremas.
Casi 1,4 millones de estos desplazados internos están registrados en 155 instalaciones en toda Gaza de la UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados palestinos. Actualmente, 1,2 millones se acumulan en 98 refugios en las gobernaciones de Deir Al-Balah, Jan Yunis y Ráfah. Esta última se ha convertido en la zona más densamente poblada de Gaza, con cientos de miles de personas hacinadas en espacios extremamente superpoblados y en pésimas condiciones de vida. La ONU estima que la densidad de población supera ahora las 12.000 personas por kilómetro cuadrado, cuatro veces más que antes de la escalada.
Y ni siquiera los campos de refugiados están a salvo de las armas. Las fuerzas israelíes informaron el miércoles de que 500 presuntos combatientes palestinos se entregaron en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, algunos de ellos pertenecientes a Hamás y a la Yihad Islámica Palestina.
Crisis humanitaria apenas paliada desde el exterior
Human Rights Watch denuncia que Israel utiliza el hambre como arma de guerra, bloqueando a la población civil el suministro de agua, alimentos y combustible. Según el director regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para Oriente Medio y el Norte de África, la mitad de la población de Gaza sufre hambre severa o extrema, y el 90% de la población pasa regularmente sin alimentos durante un día entero. En los últimos 70 días, solo ha entrado en Gaza el 10% de los alimentos que actualmente necesitan 2,3 millones de personas. El pasado fin de semana se vieron imágenes de personas subiéndose desesperadamente a los camiones de ayuda para hacerse con alimentos, agua y suministros básicos.
El domingo 17 de diciembre abrió el paso de Kerem Shalom, fronterizo con Israel, que había estado cerrado desde el inicio de la guerra, con lo que se espera que se agilice la entrada de suministros. La apertura es temporal y, junto con el paso cercano de Ráfah, se prevé que permita introducir 200 camiones diarios con ayuda internacional.
Sin embargo, desde que se permitió el acceso de camiones con ayuda desde el exterior, hace casi dos meses, apenas han entrado 4.800 camiones en Gaza, menos de los que accedían en promedio a la Franja en tan solo diez días antes de que empezara la guerra.
Violencia y muerte también en Cisjordania
Pero en todo este tiempo desde que empezó la guerra entre Israel y Hamás, la violencia no se ha circunscrito únicamente a la Franja de Gaza. Desde el 7 de octubre, ACLED, una organización especializada en la recopilación, el análisis y el mapeo de datos en conflictos, ha registrado 2.768 actos de violencia de algún tipo en Cisjordania, que comprenden combates, explosiones, disturbios y violencia contra los civiles hasta el 8 de diciembre, es decir, en los dos primeros meses de guerra.
Cisjordania e Israel viven su año más violento desde hace dos décadas, y en lo que va de año han muerto 509 palestinos en hechos violentos, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes y atacantes, pero también civiles, incluidos más de 110 menores. De esa cifra, 301 palestinos (entre los que hay al menos 73 menores) murieron en territorio cisjordano desde el 7 de octubre, al recrudecerse las agresiones en la zona por la guerra en Gaza.
Al mismo tiempo, Cisjordania ha visto aparecer nuevos grupos armados palestinos, que realizan cada vez más ataques y han dejado, según informa Efe, 41 muertos del lado israelí, la mayoría colonos, cinco de ellos menores, y siete uniformados.