Las claves de la ampliación del Puerto de Valencia: ¿por qué es polémica? ¿qué impacto económico tendrá?
- El Gobierno licita tras años de bloqueo las obras para expandir mayor puerto de contenedores de España
- Vecinos y ecologistas llevan el proyecto a los tribunales porque pone "en peligro" el espacio protegido de La Albufera
Tras años de bloqueo, la ampliación del Puerto de Valencia está cada vez más cerca de hacerse realidad. El Gobierno autorizó el martes la licitación de esta gran obra en el mayor puerto de España por tráfico de contenedores, con una inversión pública de más de 600 millones de euros, días después de que el ministro de Transportes, Óscar Puente, anunciara en la capital del Turia el impulso del Ejecutivo a este proyecto. Lo hizo en un acto en el mismo puerto acompañado del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá (ambos del PP), con brindis incluido, y entre las duras críticas de sus socios de Gobierno de Compromís y Sumar.
El proyecto ha polarizado a la sociedad valenciana y a la política desde hace años. Sus defensores, entre ellos la patronal y el PP, reivindican los beneficios económicos de ampliar el que ya es uno de los principales puertos del Mediterráneo, mientras que sus críticos, entre ellos Compromís, ecologistas y asociaciones vecinales, critican el grave impacto ambiental en la ciudad, en las playas del sur, ya en retroceso, y en el espacio protegido de La Albufera. Repasamos las principales claves de esta infraestructura.
¿En qué consiste la ampliación?
Con la llamada ampliación norte, se construirá una nueva terminal pública de contenedores, que estará operada por la naviera MSC, y que tendrá un coste total de más de 1.600 millones de euros entre inversión pública (656 millones) y privada (más de mil millones, que pagará MSC), la mayor en nuestro país en una infraestructura portuaria. Se doblará el tráfico de contenedores, pasando de cinco a diez millones de TEU (contenedores equivalentes de 20 pies). No se espera que la terminal esté operativa hasta el final de esta década.
¿Qué supondrá para la economía?
Para la patronal, "supone un importante volumen de inversiones extranjeras en la comunidad", según aseguró el presidente de la Cámara de Valencia, José Vicente Morata, a TVE. Calculan, además, que generará 5.000 nuevos puestos de trabajo directos e indirectos. El Gobierno defiende que el puerto ya estaba "cerca de su punto de saturación" y la infraestructura ayudará a "responder al crecimiento de la actividad" del mismo.
Pero los críticos con el proyecto tienen otra visión. "España usa menos de la mitad de su capacidad portuaria, por lo que cualquier problema de saturación se solucionaría con una planificación eficiente de los Puertos del Estado", ha apuntado en un comunicado conjunto la Plataforma Contra las Grandes Infraestructuras de Transporte, coordinadora que aglutina a colectivos ecologistas y en defensa del territorio como Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF
Creen además que "no responde a ninguna necesidad real de la economía del territorio", ya que "esta se desacopló de la actividad portuaria en los años 80". Denuncian que "no aporta valor añadido al comercio, y menos al pequeño y mediano", y además "beneficia las importaciones baratas que lo pondrán en riesgo". En cuanto al empleo, supondrá "la destrucción de más de 500 puestos de trabajo directos debido al aumento de la automatización de la nueva terminal, y al abandono de la terminal actual".
¿Hará que aumenten las emisiones?
El aumento de capacidad portuaria supondrá duplicar las emisiones de gases contaminantes por parte de los barcos, y también por el aumento de tráfico de los camiones que portan los contenedores -hoy en día pasan entre 5.000 y 6.000 al día-, según los contrarios a la infraestructura.
Frente a ello, desde el Ministerio de Transportes resaltan que se construirá, adyacente a la nueva terminal, una estación de ferrocarril, la de mayor tamaño en un puerto español, para aumentar la cuota de transporte de contenedores por esta vía -actualmente el 93% se trasladan en camión-. También aseguran que esta terminal operará con energía 100% renovable.
¿Qué impacto tendrá en el entorno natural de la ciudad?
El Puerto de Valencia tiene la peculiar característica de no disponer de un abrigo natural, a diferencia de otros grandes muelles españoles -Algeciras, Barcelona o Bilbao-. Por ello, sus continuas expansiones necesitan de la construcción de diques de abrigo artificiales, grandes obras que se adentran cada vez más mar adentro -el último, en 2012-, y que en consecuencia alteran el transporte de sedimentos desde el norte al sur. Las playas del norte de la ciudad, como la Malvarrosa, van aumentando en tamaño, mientras que ocurre lo contrario en el sur, desde el barrio de Nazaret hasta prácticamente Cullera.
Esto obliga a continuas inversiones para regenerar estos arenales. La última regeneración de la playa de El Saler costó casi 30 millones de euros, y dos meses después el mar ya deshacía este aporte extra de arena, según denunciaban las asociaciones de vecinos, que apuntaban también que con el cambio climático las tormentas serán cada vez más habituales. Unas playas más estrechas tienen su consecuencia directa sobre la laguna de agua dulce de La Albufera, protegida como parque natural.
"Precisamente, lo que hace que sea dulce es la barrera de arena que la separa del mar, la Devesa. Las playas son la primera línea de defensa de Albufera. Si esa barrera arenosa cada vez se estrecha más, aunque se rellene temporalmente, acabará de hacer esa función", aseguraba a EFE la portavoz de Ecologistes en Acció, Pau Monasterio. Por ello, "La Albufera está en peligro de salinización y ello conllevará el fin de la vida animal y de las cosechas de arroz. Los efectos son imposibles de mitigar", alertaba el miembro de la asociación Per l'horta Josep Gavaldá.
“La Albufera está en peligro de salinización y ello conllevará el fin de la vida animal y de las cosechas de arroz“
¿Qué pasará ahora?
Con el desbloqueo por parte del Gobierno, el proyecto podría echar a andar pronto. Pero tiene por delante un camino judicial que superar. Compromís, integrado en Sumar, ya ha anunciado que se sumarán a la demanda presentada por Comisión Ciudad-Puerto, que aglutina a las asociaciones que se oponen al proyecto en Valencia.
Argumentan que la ampliación debe conseguir una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), ya que la que tiene ahora se remonta a 2007 y desde entonces la obra ha cambiado sustancialmente. Además, el partido preguntará a la Comisión Europea sobre la viabilidad de una ampliación que cuenta con una DIA caducada, que "atenta contra el espíritu del Pacto Verde Europeo aprobado por el Parlamento Europeo en el año 2021". Desde MSC y la Autoridad Portuaria de Valencia, la entidad que gestiona el puerto y que promueve la ampliación, defienden, por el contrario, que la declaración de hace 16 años está en vigor.